Home

Nación

Artículo

| Foto: Cortesía El Nuevo Día

CAQUETÁ

El comprometedor relato del padre de los niños asesinados

¿Qué hicieron la Fiscalía y el Ejército tras las denuncias de Jairo Vanegas?

9 de febrero de 2015

Las miradas de las autoridades en Caquetá recaen en un solo nombre: Silvio Martínez. Se trata de un campesino que, según se ha conocido, podría estar implicado en el asesinato a sangre fría de cuatro menores en la vereda Las Brisas, que hace parte de la capital departamental.

¿Por qué? Porque -al parecer- Jairo Vanegas, el padre de los menores, denunció a Martínez ante las autoridades por haber invadido parte de unas tierras que adquirió meses atrás en esa zona.

El pasado 29 de diciembre, Vanegas llegó hasta las Fiscalía local e hizo un detallado relato sobre la manera como Martínez lo habría estado hostigando y amenazando. La denuncia -conocida por la periodista María Camila Díaz, de Blu Radio- advertía que Martínez había incendiado sus predios.

“(…) El día 22 de diciembre del 2014, me encontraba en mi casa en la vereda las Brisas. Yo estaba con toda mi familia cuando nos dimos cuenta de que estaba una pared prendida y nos dispusimos a sacar todo porque ya se estaba prendiendo la ropa. Nos dedicamos a apagar las llamas y sacamos a los niños”, dice la denuncia.

Acto seguido, Vanegas asegura en su denuncia que “al amanecer del 24 de diciembre estábamos durmiendo cuando nos dimos cuenta de que la pared del frente de la casa estaba prendida. De una vez saqué la cámara y grabé y volvimos a sacar las cosas y apagamos el fuego. Yo me hice detrás de un poste y miré que pasó una persona a toda carrera y se metió a la casa de mi denunciado (Silvio Martínez) y escuché que a esa plaga la tenían que quemar”.

Vanegas, algo nervioso, continuó con el estremecedor relato. “El 26 de diciembre dos amigas de nombre Lucila y Lucelly iban de aquí a Florencia y se bajaron en la casa de mi denunciado. Ahí ellas escucharon que la esposa de don Silvio y otra muchacha habían dicho que de ahí teníamos que salir quemados”.

Añadió que “con mi denunciado vive un señor de nombre Ángel y la señora de él se llama Johana, ellos también me tienen invadido un pedazo de terreno. Este señor Ángel, el sábado 27, me dijo que ya tenían foto mías y de mi familia y que ya se las habían mandado a los papás de la mujer de él. Dicen que los papás de ella son guerrilleros”.

Vanegas continúa su relato con más detalles. “En vista de esto, me fui para la base militar a informar estos hechos y un cabo me dijo que ellos sabían que en la casa de mi denunciado había una persona que le colaboraba a la guerrilla”, manifestó.

En medio de la declaración, el funcionario de la Fiscalía le preguntó a Vanegas qué lo llevaba a pensar que Silvio Martínez fuera la persona que incendió en dos oportunidades su vivienda. Vanegas no dudó en contestar: “Porque él me tiene amenazado de muerte y cada vez que pasa por la casa le hace señas a mis hijos menores de edad de que les va a dar plomo”.

Según la denuncia, Martínez tiene un negocio de lavadero de autos en el terreno que le ocupó. “Ahí donde él llega gente muy extraña de la región que se dedican a observar mi casa. (…) Él (Silvio) hace eso porque estoy reclamando lo mío, porque esos terrenos donde ellos viven son míos y tengo documento de compra de esos terrenos y de esto tiene conocimiento la junta de acción comunal”.

Se trata de una delicada denuncia porque de ella se desprende que el papá de los menores asesinados puso en conocimiento, de tiempo atrás, los atropellos a los que él y su familia estaban sometidos y a las constantes amenazas de una persona que invadió sus terrenos.

Por último asegura que si algo llegara a pasarles a él o su familia, responsabiliza directamente a Silvio Martínez y a su familia porque, según él, no tiene problemas con “nadie más”.

¿Qué hicieron las autoridades? ¿Por qué la Fiscalía ni el Ejército evitaron tomar cartas en el asunto ante estas denuncias? Esas son las respuestas que buscan las mismas autoridades que hoy investigan en la zona después del repudiable crimen sobre cuatro niños inocentes. Al mismo tiempo la comunidad en Florencia sale a marchar para reclamar acciones de las autoridades y pedir justicia.