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 Las movilizaciones agudizaron los problemas de la pandemia, y la respuesta no es muy favorable para ningún actor, ni siquiera para el mismo Comité del Paro o los políticos de la oposición.
Las movilizaciones agudizaron los problemas de la pandemia, y la respuesta no es muy favorable para ningún actor, ni siquiera para el mismo Comité del Paro o los políticos de la oposición. | Foto: guillermo torres-semana

PROTESTA

Paro nacional: Comité del Paro se levantó de la mesa de diálogo; muertos, destrozos y pérdidas billonarias, ¿han valido la pena?

Más de 40 días de paro, 21 muertos, una cifra superior a los 1.700 heridos y ciudades devastadas por el vandalismo ¿se compensan frente a lo obtenido por el Comité Nacional del Paro?

12 de junio de 2021

El desgaste del paro es notorio. De las calles llenas de manifestantes el 28 de abril, cuando inició el caos en el país, queda poco. A medida que pasan los días, la euforia de las protestas parece extinguirse; la ciudadanía se cansó de los bloqueos y empezó a entender que las movilizaciones, más allá de reclamaciones justas, tenían intereses ocultos. Nelson Alarcón, directivo de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), confesó en una grabación “que todo esto es para llegar al poder en 2022 y seguir mucho más allá para derrotar al Centro Democrático, para derrotar a la ultraderecha...”.

Las declaraciones cayeron como un baldado de agua fría; provocaron un efecto contrario debido a las motivaciones ocultas de las protestas, y deslegitimaron a quienes exigían las reclamaciones y deudas heredadas al Gobierno. Lo lamentable es que provienen de un directivo de Fecode, agremiación de maestros que se han negado a asistir presencialmente a clases por temor a la covid-19, pero han participado en las marchas. Aunque Iván Duque ordenó la vacunación de docentes, muchos aún se resisten a regresar a los colegios.

El pasado miércoles, cuando el Comité Nacional del Paro convocó a la toma de Bogotá, las autoridades esperaban que se mantuviera la masa en las calles. No obstante, de acuerdo con la alcaldesa de la ciudad, Claudia López, no se movilizaron más de 3.000 personas; una cifra baja que de inmediato encendió las alarmas en el comité y llevó a que los voceros conversaran con el Gobierno para reunirse en un cónclave, buscar alternativas y lograr que el mandatario les siga prestando atención.

Percy Oyola, presidente de la CGT, le confirmó a SEMANA que el paro continuará, pero examinarán las estrategias para seguir protestando en las ciudades. Una de las propuestas era acabar las movilizaciones y concentrar a la ciudadanía en puntos estratégicos. Aseguró que le iban a comunicar al país la decisión; sin embargo, aplazaron la conferencia de prensa porque en el Comité Nacional del Paro hay sectores que insisten en que, ante la negativa del Gobierno de ceder a la totalidad de sus pretensiones, deben seguir en las calles.

El Comité del Paro es consciente de que la protesta se desdibujó. Las movilizaciones tienen un límite, y ante los más de 15 billones de pesos en pérdidas económicas, los 468.000 colombianos nuevos sin empleo, más de un millón de familias perjudicadas, 40.000 mipymes quebradas, una cifra de muertos confusa, más de 1.700 heridos en las manifestaciones y el riesgo de morir como consecuencia del recrudecimiento de casos de covid-19 –con casi 600 fallecidos diarios en Colombia–, lo mejor es cambiar de estrategia.

Las cifras son alarmantes y la apatía hacia el paro es evidente. La más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para CM& concluyó que el 67 por ciento de los colombianos cree que si las protestas se mantienen, ellos saldrán perjudicados. De hecho, seis de cada diez ciudadanos ya se han visto afectados. Ante esto, dirigentes políticos se empezaron a desmarcar. Gustavo Petro, en lo que llamó su “tercera alocución”, tuvo un tono menos confrontacional, con el que intentó alejarse de la violencia, de los actos vandálicos y hasta dijo que él no es quien ha estado al frente de las movilizaciones, a pesar de que han trascendido reuniones y conversaciones entre el líder de la Colombia Humana y voceros del Comité del Paro. Así mismo, Jorge Robledo se distanció y pidió cesar los bloqueos.

¿Los más de 40 días de paro han valido la pena? La protesta agudizó los problemas de la pandemia, y la respuesta no es muy favorable para ningún actor, ni siquiera para el mismo Comité del Paro o los políticos de la oposición. Aunque Iván Duque ha escuchado a los voceros del comité y ha pedido a su gabinete negociar los puntos del pliego de emergencia, lo conseguido por quienes convocan las marchas hasta ahora es poco.

El primer trofeo fue la caída de la reforma tributaria, un proyecto que entró muerto al Legislativo y que, antes de ser radicado, se sabía que no correría con suerte debido a la dura crisis económica y a las elecciones que se avecinan. Un triunfo más fue la salida del ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla (de la confianza del uribismo), quien ya tenía un pie afuera de la Casa de Nariño por otras aspiraciones laborales. El nuevo ministro, José Manuel Restrepo, trabaja en el consenso de una tributaria menos lesiva para el bolsillo de los colombianos, que no toque a la clase media, y que, según confirmó, será radicada en el Congreso en el segundo semestre del año. Otro más fue el hundimiento de la reforma a la salud.

De las crisis se aprende, y Duque entendió que no podía gobernar solo con el Centro Democrático, con el cual también ha tenido diferencias. El caos le sirvió para renovar su gabinete, fortalecer la presencia en la Casa de Nariño con líderes de Cambio Radical, el Partido Conservador y La U, quienes le garantizarán la gobernabilidad política, al menos hasta agosto de 2022, y la aprobación de una nueva reforma tributaria.

Entre los anuncios del mandatario están varias de las peticiones del Comité del Paro y de los manifestantes. Habrá gratuidad en la universidad pública, al menos para el próximo semestre porque en adelante deberá contar con el visto bueno del Congreso; apoyos para viviendas y empleo para los más jóvenes, entre otros beneficios. Se anunció una reforma a la Policía más estricta con el cumplimiento de los derechos humanos.

Contrario a lo obtenido, algunas ciudades quedaron devastadas. Cali, por ejemplo, tardará más de diez años en recuperarse, si corre con suerte. De 23 estaciones de gasolina vandalizadas, 17 no están en funcionamiento aún, lo que suscita aglomeraciones para abastecerse de combustible. Los caleños de los estratos de menores ingresos, que en su mayoría utilizan el servicio público, han visto afectada su movilidad porque 90 por ciento de las estaciones del MÍO fueron destruidas, 13 de ellas, incineradas. Para rematar, 18 buses fueron quemados y otros 53 vehículos registraron algún daño. Los caleños pusieron 46 por ciento más de muertos durante mayo pasado, en comparación con el mismo mes de 2020, según cifras de las autoridades de la salud. En la ciudad todavía reina la desesperanza; el vandalismo sigue provocando zozobra en diversos sectores, pese a los controles de la fuerza pública.

  Gran parte de los colombianos cree que si las protestas se mantienen, ellos saldrán perjudicados. De hecho, seis de cada diez ciudadanos ya se han visto afectados.
Gran parte de los colombianos cree que si las protestas se mantienen, ellos saldrán perjudicados. De hecho, seis de cada diez ciudadanos ya se han visto afectados. | Foto: esteban vega la-rotta-semana

Tuluá se quedó sin Palacio de Justicia; Jamundí, sin edificio de la Alcaldía; mientras que en Candelaria, Valle, las autoridades buscan dónde guardar los vehículos inmovilizados porque los patios de tránsito, que albergaban más de 3.000 motocicletas, ardieron. Popayán se quedó sin URI, con las sedes de Medicina Legal y la Alcaldía afectadas por el vandalismo, y el país tiene 18 peajes destruidos por encapuchados, entre otros impactos.

La crisis económica es evidente, y el golpe al empleo, devastador. Para el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, el crecimiento económico de Colombia podría ser del 7 por ciento, es decir que se recuperaría de la pandemia; sin embargo, la verdadera alerta está en el desempleo, que podría quedar en 13 por ciento.

“En materia económica, seguramente nos vamos a recuperar. El problema es que las afectaciones producto del paro, junto con la llegada del tercer pico, lo que harán es provocar que el mercado laboral no se recupere rápidamente. El riesgo probable es que este año sea de crecimiento económico, pero no de recuperación del empleo”, dijo Mejía a SEMANA.

El balance de orden público tampoco es alentador. En la retina mundial ha quedado la violencia entre manifestantes autodenominados de “primera línea” y agentes de la Policía y el Esmad. Hasta ahora, de acuerdo con cifras oficiales, se registran tres policías fallecidos y al menos 21 civiles muertos.

Más de 1.000 uniformados han resultado heridos en las protestas. Uno de los casos que enlutó al país fue el del patrullero Carlos Andrés Rincón, quien estaba desaparecido desde hace unos días y fue encontrado en el río Cauca con varias lesiones de armas de fuego y de elementos cortopunzantes. Ante esto, a quienes realmente ha beneficiado un mes de paro es a los grupos al margen de la ley que se han infiltrado en actos de terrorismo urbano. En ese orden de ideas, ¿ha valido la pena el caos y la destrucción? La historia se encargará de la respuesta.