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El senador conservador Hernán Andrade es uno de los ponentes del proyecto. | Foto: Daniel Reina

POLÍTICA

Conservadores ponen condiciones al referendo

El Partido Conservador llega dividido al primer debate del referendo por la paz.

9 de septiembre de 2013

Los conservadores llevan dos semanas en ‘asamblea permanente’. Aún discuten si es pertinente darle su espaldarazo al Gobierno en uno de los proyectos que más han causado polémica: el referendo para refrendar los eventuales acuerdos de paz con las FARC. Este coincidiría con las elecciones para Congreso o presidente.

La principal preocupación de los conservadores es que la iniciativa del Gobierno sea contraria a la Constitución, pues esta estableció que los referendos deben ser autónomos o independientes de otros actos electorales. Por eso una amplia mayoría de parlamentarios conservadores se opone a que la posible consulta a los ciudadanos coincida con las elecciones, lo que de fondo supondría una oposición al proyecto.

Heriberto Sanabria, representante a la Cámara y quien será uno de los parlamentarios encargados de votar la iniciativa en el primer debate, que se realizará este martes en las comisiones primeras de Senado y Cámara, insiste en que la Constitución es clara al advertir que los referendos deben ser independientes de otras elecciones y los electores deben acudir libremente a pronunciarse. Considera que esto no se aplicaría si los ciudadanos son convocados a las urnas con otros propósitos, como es el de elegir al Congreso o al presidente de la República.

Sin embargo, el Gobierno considera que habilitar el referendo en las elecciones ordinarias sólo es un mecanismo de previsión para sellar los acuerdos y para garantizar una mayor participación ciudadana, toda vez que la mayoría de iniciativas de esta naturaleza ha fracasado por no poder superar el umbral electoral.

Según la Ley 134 de 1994, se prohíbe que los referendos coincidan en elecciones ordinarias. Para que sea aprobado un referendo deben tener como mínimo una participación del 25 % del censo electoral, es decir, cerca de 7,5 millones de votos. El Gobierno cree que será más fácil tener ese mínimo de participación en las elecciones ordinarias, ya que en el país las elecciones atípicas se han desarrollado con elevados índices de “abstención apática”  

Pero el ponente de la iniciativa, el senador conservador Hernán Andrade, dice que oponerse a que el referendo coincida con las elecciones, en la práctica sería oponerse al proyecto. Por eso asegura que el Partido Conservador, que ha respaldado desde el comienzo el proceso de paz, no puede “bajarse del bus de la paz” cuando este se encuentra en su recta final.

Sanabria aclara que las observaciones al proyecto son de carácter constitucional y no significa una oposición al Gobierno. “El Partido Conservador es amigo de la paz. Estamos jugados con el proceso, sólo pretendemos que el texto no sea hundido por la Corte Constitucional cuando haga su estudio”. 

Por eso los conservadores se inclinarían por apoyar la iniciativa siempre y cuando el texto de la futura norma acoja ciertas ‘condiciones’ para que los electores acudan a las urnas en plena libertad.

“No nos gusta y no es de buen recibo que se obligue al jurado de votación a entregar primero el tarjetón del referendo y como anexo los otros tarjetones de Congreso o de presidente”, dice el senador Eduardo Enríquez Maya, quien le aclaró a Semana.com que el Partido Conservador nunca ha manifestado la oposición al proyecto.

Lo que proponen los conservadores es que los jurados de las mesas de votación no estén en la obligación de entregar el tarjetón del referendo, y este sólo pueda ser suministrado siempre y cuando lo exija cada elector.

La segunda exigencia que plantearán los conservadores es un conjunto de garantías para las personas que quieran oponerse al referendo, las cuales no sólo se concentrarían en la financiación por parte del Estado, sino en el acceso a medios de comunicación para impulsar el voto negativo y la abstención.

Y la tercera condición es que esta norma sólo se aplique “una sola vez” y no para derogar las normas que le sean contrarias al proyecto, como lo señaló el Gobierno. Según Enríquez Maya, si se aprueba el proyecto en este sentido los referendos no podrían ser convocados para aprobar o derogar normas, como quedó en la Constitución, sino exclusivamente para refrendar acuerdos. Por eso asegura que con este proyecto no se puede “atentar” contra la naturaleza de este mecanismo de participación ciudadana.

Los conservadores son la segunda fuerza política en el Congreso y por eso su voto se ha convertido en decisivo para este proyecto. En el primer debate, nueve representantes y cuatro senadores componen la bancada azul. Los representantes son los más indecisos en apoyar la iniciativa, pero en buena parte si resuelven no apoyar el proyecto su decisión se podría entender como una oposición al proceso de paz. Probablemente los conservadores terminen por votar a favor, siempre y cuando se acojan sus condiciones.