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¿PELEA ARREGLADA?

Las autoridades tienen serias dudas sobre la 'pelea' entre Ivan Urdinola y John Jairo Velasquez, 'Popeye', en la carcel de La Modelo.

14 de noviembre de 1994


EL PASADO 29 DE SEPTIEMbre los colombianos escucharon con atención las noticias que daban cuenta de una pelea protagonizada una semana atrás por dos delincuentes recluidos en el pabellón de alta seguridad de la cárcel de La Modelo. Ahora empiezan a trascender detalles que hacen suponer a las autoridades que no se conoce toda la verdad sobre el episodio ni sus reales orígenes.
"Mayor, usted responde por mi vida. Me voy a aislar porque ese tipo me puede matar", le dijo ese día en tono airado Iván Urdinola Grajales al director de la cárcel de La Modelo. Luego se encerró en su celda. Así terminó una acalorada discusión entre Urdinola, reconocido jefe del cartel del norte del Valle, y John Jairo Velásquez, `Popeye', uno de los jefes militares del cartel de Medellín y hombre de confianza de Pablo Escobar.
Eran las 9:45 de la mañana del 22 de septiembre, cuando de repente los gritos de dos hombres rompieron la rutina de los 40 delincuentes que habitan el pabellón de alta seguridad de La Modelo. La riña se tornó aún más candente en el momento en que 'Popeye' le dijo a Urdinola: "Yo tengo 700 muertos encima". Y éste respondió: "¿Y usted cree que yo soy bobo, o qué?" Entonces se dieron golpes hasta cuando sus compañeros los separaron.
Al parecer, la riña tuvo origen en el aparente incumplimiento por parte de Urdinola del pago de la cuota diaria para comprar la comida. Desde entonces, los organismos de seguridad se han dado a la tarea de establecer si en realidad se produjo un choque entre los dos hombres o si por el contrario se trató de una estrategia encaminada a precipitar el traslado de Urdinola a una cárcel del Valle, solicitud que le ha sido negada una y otra vez por la Fiscalía y el Instituto Nacional Penitenciario (Inpec).
El primer elemento de duda es que Urdinola y 'Popeye' convivieron en La Modelo durante los últimos tres meses y nunca -según dijeron los otros internos de ese pabellón- se dijeron palabras soeces o se amenazaron. "No se puede perder de vista que cada uno cree que el otro es muy peligroso y por eso se respetan mucho. Es posible que se hubieran guardado cierto respeto hasta que ya no pudieron más ", dijo una fuente de la Fiscalía que analiza los hechos.
De otro lado, hay inquietud sobre las causas de la pelea porque si algo tienen los reclusos de ese pabellón es comida en abundancia. La fuente de la Fiscalía recuerda que en el último allanamiento -cuando los guardias se enfrentaron a fiscales y policías-, en la nevera de Urdinola había una gran cantidad de alimentos importados.
Pero la teoría que mayor fuerza tiene entre las autoridades es la de que los dos se hayan puesto de acuerdo para presionar una respuesta positiva del Inpec a la última solicitud de traslado de Urdinola.
En efecto, un documento en tal sentido fue presentado el 16 de septiembre, seis días antes de la riña, y a escasas 72 horas de que venciera el término legal para que el Inpec se pronunciara. Como en las anteriores ocasiones, los apoderados de Urdinola argumentaron la necesidad de que el delincuente fuera trasladado a una reclusión cercana al lugar de residencia de su familia. "Los hijos tienen derecho a ver al papá, mucho más cuando le quedan escasos meses para recobrar la libertad ", dijo el jurista en su alegato. No obstante, el organismo respondió negativamente.
Para las autoridades, no es descabellado pensar que los dos narcotraficantes, aparentes enemigos por pertenecer a dos organizaciones rivales, hayan montado la farsa para favorecer a uno de ellos. "Ya hay indicios sobre las maniobras de los carteles para manipular pruebas y desviar investigaciones. ¿Entonces, qué tendría de raro armar una obra de teatro con tantos espectadores? ", dijo la fuente de la Fiscalía.
Más allá de las dudas, se justifica la desconfianza por los trucos que los sindicados de narcotráfico suelen hacer. Mientras esto no se demuestre, habrá que seguir confiando en la versión de que 'Popeye' y Urdinola están de pelea. Porque como decía Laureano Gómez: "A la gente hay que creerle".
Hoy los dos reclusos permanecen en el pabellón de alta seguridad de La Modelo, pero no pueden verse. Urdinola está en el cuarto pasillo y 'Popeye' en el segundo.-