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La semana pasada, el representante Simón Gaviria mostró las cartas en las que el DNP hace serias observaciones a los estudios del metro en la capital

BOGOTÁ

¿Qué pasó con el metro?

Después de año y medio de gobierno, el proyecto bandera del Alcalde todavía no tiene luz verde. Las críticas de Planeación Nacional vuelven a encender el debate.

13 de junio de 2009

La semana pasada, el secretario de movilidad de Bogotá, Fernando Álvarez, tuvo más estrés que de costumbre. Y todo por cuenta del eco que tuvo una denuncia del representante Simón Gaviria que genera preguntas sobre el futuro del metro.

La imputación del congresista se basa en cuatro cartas de Planeación Nacional (DNP) a la Secretaría de Movilidad del Distrito, en las que se hacen más de 30 observaciones a los estudios que -desde finales de 2008- viene haciendo un grupo consultor para actualizar los diseños del metro. La mayoría de las anotaciones señala la falta de una metodología clara para demostrar cuántos bogotanos utilizarían este sistema de transporte.

La primera carta, del 26 de marzo, es una señal de alarma. En ella, el entonces subdirector de la entidad, Andrés Escobar, insiste en que los consultores no consideran el impacto de la primera línea del metro sobre el Sistema Integrado de Transporte; calculan la demanda de pasajeros sin considerar que el pico y placa diario es transitorio, y no responden una pregunta fundamental para los bogotanos: ¿cuál es la mejor alternativa de transporte masivo en corredores tan importantes como la carrera séptima?

El interés de Planeación por el metro se debe a dos razones. Primero, a que la Nación financiará el 70 por ciento de los proyectos de transporte masivo del país. Segundo, a que es garante de un préstamo con la banca multilateral por 40 millones de dólares para la financiación parcial de proyectos de movilidad en Bogotá. Cerca de nueve millones se destinarán a los estudios del metro que adelanta el grupo consultor Sener & Transportes Metropolitanos de Barcelona.

Lo otro que preocupa a Planeación es que el secretario de Movilidad no haya contestado sus inquietudes. Hace tres semanas el DNP expresó que "no ha sido posible recibir la información solicitada ni aclarar las dudas manifestadas". Y aunque el alcalde Samuel Moreno anunció que las observaciones se incluirán al final del proceso, las tensiones con el gobierno terminarán dándole más largas a la idea del metro.

"Las relaciones con DNP son fluidas. En las cartas de Planeación no se evidencian objeciones, sino inquietudes", dice el secretario Álvarez. No obstante, el día en que Gaviria publicó el contenido de las cartas, se reunieron representantes de la Nación y de Bogotá para nombrar 'validadores' de los estudios. Así, se acordó que la Universidades de los Andes y Nacional revisen las inquietudes del DNP y, de acuerdo con un análisis financiero, digan qué debe ir primero: las fases pendientes de TransMilenio, la primera línea del metro, o el tren de cercanías. "Los estudios han debido preguntarse qué sistema le sirve a la ciudad y qué puede pagar. Pero se hizo lo contrario. Se decidió hacer metro y después surgieron las preguntas de por dónde iría y cuánto valdría", dijo a SEMANA un funcionario del DNP.

Pero las discusiones trascienden los argumentos técnicos y en las calles de Bogotá el metro es tema de todos los días. Y es que 18 meses después de posesionado el alcalde Samuel Moreno, ni funcionarios, ni expertos, ni políticos tienen elementos para predecir qué pasará con la megaobra.

Las condiciones no están dadas para el optimismo y muchos de los que señalaban que había que darle tiempo a la administración Moreno son escépticos. Una línea de metro subterránea, por barata que sea, cuesta mínimo 100 millones de dólares por kilómetro. Eso sin considerar los costos y los subsidios de funcionamiento. A la pregunta acerca de dónde saldrá el dinero, se suman los atrasos del cronograma. Además de que el Distrito adjudicó la actualización de los diseños con ocho meses de retraso, la entrega de los estudios se aplazó por tercera vez: en 2008 el Alcalde anunció que estarían listos en marzo de este año, pero hace pocos días dijo que sólo se conocerían el 20 de julio.

El DNP dice que Movilidad debe aclarar las dudas antes de que los estudios sean aprobados por la interventoría del proyecto. Será difícil para Moreno cumplir su promesa de empezar a construir la primera línea del metro en 2010.