“No los hemos desamparado un solo minuto”: Santos a Mocoa

El presidente Juan Manuel Santos hubiese querido terminar su gobierno entregando todas las obras de reconstrucción de Mocoa, la capital de Putumayo que hace un año quedó casi que sepultada por una avalancha de lodo y piedra: 335 muertos, 400 heridos, 48 barrios afectados, y  1.450 casas destruidas, dicen las cifras oficiales que esconden un drama que en ese municipio no termina.

Hace un año, Santos tuvo que trasladar su despacho capitalino a Mocoa durante cuatro días. Visitó los barrios más afectados, pasó revista en el hospital, lideró la atención humanitaria. Doce meses después quería volver a darle la cara a los mocoanos, y mostrarles en el terreno que la reconstrucción de la ciudad va en marcha, a pesar de que sus habitantes no lo perciban. “Entiendo que mucha gente esté desesperada y ve que las obras no se han hecho. Este es un esfuerzo de largo plazo”.

Puede que estas palabras no sirvan de consuelo para quienes lo perdieron todo en una noche. Y más cuando sacan la lista de promesas que un año atrás en algo los reconfortaba, pero que con el paso de días, semanas, meses, creen que se quedaron en eso, en promesas.

Y es que lo prometido no era cualquier cosa. La reconstrucción del hospital, del acueducto, de la subestación de energía que fue apagada por el lodo, la plaza de mercado, las carreteras que la tragedia reveló su atraso, los cuatro puentes peatonales que se vinieron al piso. Casas gratis, subsidios comerciales, becas, infraestructura educativa, conexión a internet.

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Santos tenía previsto viajar con parte de su gabinete de ministros desde Bogotá, en un vuelo de algo más de una hora hasta el aeropuerto de Villa Garzón. De allí, media hora por tierra hasta Mocoa. A las 10:00 de la mañana, se leía en la agenda oficial, el presidente entregaría 100 casas de las casi mil prometidas, en la vereda El Pepino. Luego, un  acto de inauguración de una carretera. Más tarde revisaría las obras de reconstrucción del hospital José María Hernández, y lideraría una reunión con todas las autoridades locales, antes de conceder una entrevista en una emisora local.

La presencia de Santos estaba confirmada desde hace dos semanas, y en Mocoa eran cientos los ciudadanos que querían tener al presidente en frente, precisamente para confesar ese malestar que hoy es generalizado. La capital del Putumayo parece la misma a cómo quedó el 31 de marzo del 2017, con miles de sueños destruidos.

Santos y algunos de sus ministros llegaron a las 7:30 de la mañana al aeropuerto militar, pero nunca pudieron abordar la aeronave que ya estaba lista en una de las pistas. El mal tiempo, el cierre de varios aeropuertos, entre ellos los de Villagarzón y Puerto Asís, dejaron a todos con las ganas. “El tiempo no nos permitió viajar, como era nuestra intención”, se excusó el presidente.

Ante la circunstancia, se adelantó una videoconferencia en la sala VIP de Catam. En Bogotá, Santos y los ministros; en Mocoa, el alcalde, la gobernadora, y funcionarios de ambas administraciones. No duró más de una hora. Apenas para hacer un inventario de lo que está listo, que es poco, y de lo que falta, que es gran parte de la lista.

A su término, Santos se asomó a la pista de aeropuerto, desde allí, y con el avión que lo iba a llevar a Putumayo a su espalda, presentó sus conclusiones ante la prensa. Desde Bogotá envió su mensaje a Mocoa.

Partió con que se han dispuesto 1,2 billones para la recuperación del municipio, además de los 37.344 millones de pesos de donaciones ($10.089 que se donaron en Colombia y $27.255 millones que  aportaron gobiernos extranjeros). Luego recordó que la fase humanitaria, los primeros 20 días desde la tragedia, fue “una tarea sin precedentes”: más de 10.000 personas, 2.500 toneladas de ayuda humanitaria, 58.000 personas vacunadas y 1.600 animales.

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También hizo memoria, y contó que en la segunda fase, la de estabilización, los siguientes 90 días, se atendieron a 45.000 personas en albergues, se entregaron 4.400 subsidios de arriendo, se condonaron créditos, se habilitaron 4 puentes provisionales, 3 vías nacionales, se limpiaron 57 sedes educativas, y 4 boca tomas.

Pero a la hora de hablar de la tercera fase, la de reconstrucción, Santos aclaró que esta dura tres años. “Apenas llevamos uno”.

De las 100 casas que se anunciaron para entregar este 2 de abril, solo estaban listas 28, cada una de dos plantas y de 68 metros cuadrados de área. Las más grandes, dijo, de las viviendas gratis que ha entregado en su gobierno. Luis Carlos Villegas, ministro de Defensa, y gerente de la reconstrucción de Mocoa, dijo que en la reconstrucción de Armenia tras el terremoto de 1999, la primera casa que se entregó fue 15 meses después de aquella catástrofe.

Las obras de reconstrucción del hospital José María Hernández no tienen atrasos, aunque van por el 42%. Para ello se invirtieron 61.000 millones de pesos, de ellos 20.000 del gobierno departamental con recursos de regalías. A eso, Santos le sumó los $3.000 millones adicionales, asignados para para dotación de equipos del viejo hospital.

Dijo que antes del desastre la carretera San Miguel - Santana era una trocha que la asumió el Invías, y ya lleva 91 kilómetros pavimentados. En 2019, se comprometió, quedarán terminados los 101 kilómetros.

En cambio, la carretera Santana-Mocoa - Neiva, apenas está en proceso de contratación, pero Santos aseguró que reducirá en una hora el  trayecto entre Neiva y Puerto Asís, y que la perimetral de Mocoa está en ejecución por 10.000 millones de pesos. También iniciaron licitaciones por $20.000 millones para pavimentar 2,3 kilómetros de vías urbanas.  

El Ejército, además, ha pavimentado 5 vías urbanas y adelantan obras en otras tres. De los cuatro puentes, tres están en obra con una inversión de 3.500 millones de pesos, las cuales terminarán en junio. En septiembre, quedará reconstruido el puente Sangoyaco. Nuevos compromisos.  

En cuanto al acueducto, Santos dijo que se invierten 28.000 millones de pesos para duplicar la capacidad de almacenamiento y tratamiento, y cuyo suministro al casco urbano será de 24 horas diarias. La obra registra un avance del 28%, y ha tenido un atraso porque las comunidades indígenas no han permitido que en su territorio se haga ningún tipo de obra. Si mantienen esa posición, dijo el presidente, las obras no van a pasar por territorio indígena. “Ya está previsto”. Para el acueducto están previstos 30 millones de dólares correspondientes a un  préstamo del BID.

Tres colegios nuevos están en construcción, uno de ellos es el megacolegio Sauces II. Otros cuatro colegios están siendo ampliados, y a 9 sedes educativas se les está mejorando sus instalaciones. La inversión es de otros 30.000 millones de pesos. Santos dijo que una de la promesas cumplidas ha sido la asignación de cupos del programa Ser Pilo Paga, con 51 cupos adicionales. En total 89 pilos son de Mocoa.

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A 2.572 jóvenes les fueron condonados por un año los intereses de Icetex, y 226 becas se entregaron en estudios de sistemas. 2.500 uniformes para los niños fueron confeccionados en Mocoa para generar empleo adicional, y en el SENA, se triplicaron los cupos de capacitación a 12.000.

Uno de los asuntos que más preocupa es la subestación de energía. Aunque Santos sacó pecho al decir que 11 días después de la tragedia se había restablecido el servicio, la subestación Junín, la que se llevó la avalancha, volverá a estar lista en mayo. Y habrá una nueva, se llamará Renacer, y funcionará desde 2020.

“En este año, se aprobaron 28.700 millones en créditos a 2.200 empresas; 123 negocios formales que tuvieron pérdida total recuperamos”, dijo Santos. La plaza de mercado de momento sigue en promesa. Está en la fase de estudio y diseños, y en tres meses empieza la obra por 8.100 millones de pesos.

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El Sistema de Alertas Tempranas ya está funcionando y se invirtieron 3.000 millones de pesos, para que “Mocoa vuelva a dormir tranquilo”, explicó el presidente.

De los $37.000 millones de donaciones, se han venido ejecutado $27.000 millones, así: viviendas urbanas ($4.500 millones), viviendas rurales ($1.200 millones), plaza de mercado ($2.100 millones) y pavimentación ($5.000 millones).

“Siempre hay reclamos en estos procesos. Pero que la gente sienta total tranquilidad que cada peso que se ha donado está siendo correctamente ejecutado”, dijo Santos, e invitó a que cualquier colombiano que quiera puede hacer escrutinio público de la inversión, a pesar de que en Mocoa son muchos los que se preguntan y qué pasó con el dinero de las donaciones. “Todo se está haciendo y todo está siendo financiado, el próximo gobierno  va a tener los recursos para continuar con las obras”, reiteró.

Santos, desde la pista del aeropuerto militar en Bogotá, dijo: “No los hemos desamparado un solo minuto”. En Mocoa se quedaron esperándolo un año después de la tragedia.