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¿Se suicidó el coronel William Cruz Perdomo?

Aunque para el Ejército no hay dudas de que el oficial se quitó la vida de un disparo, sus allegados sostienen que es imposible por los valores católicos y las convicciones familiares del oficial.

6 de junio de 2004

El día de su muerte, el domingo 31 de mayo, el coronel William Cruz Perdomo, de 43 años, estuvo extrañamente parco con sus compañeros de armas. Llegó al casino de oficiales del Batallón Navas Pardo y desayunó sin cruzar palabra. Se marchó a su habitación, de donde salió hacia el mediodía. Se subió a su vehículo y solitario empezó a darle vueltas a la unidad militar. Así estuvo un largo rato hasta caer la tarde, cuando volvió a su cuarto, en donde moriría entrada la noche.

El mismo día, sin embargo, estuvo amoroso como siempre con su esposa y sus hijos. "Conversé con él en seis ocasiones. Estaba, como todos los días, muy afectuoso. Hablamos de nuestro amor, de Dios. Y también estuvimos conversando del viaje de vacaciones a Melgar, en el club de oficiales, a donde partiríamos el 22 de junio", cuenta su esposa Martha.

Ese día la actitud de este hombre tradicionalmente amable llamó la atención en las instalaciones del batallón en donde acampa desde hace año y medio la Brigada Móvil Número 5, al mando del coronel Cruz.

"Pensé que estaba bravo porque era raro que no hablara con nadie. Porque él era todo un señor, todo un caballero", comentó uno de los soldados en Tame, Arauca.

En iguales términos se refieren a él todas las personas consultadas por SEMANA en esta localidad donde se libra una guerra a muerte. Incluso en la página web Anncol, que reproduce información de las Farc, y en una nota sobre su muerte dice que se "trataba de un brillante oficial de infantería".

En efecto, el coronel Cruz había logrado construir a pulso una sólida reputación. Era aún adolescente cuando ingresó a la Escuela Militar de Cadetes, donde terminó su bachillerato con el mejor puntaje del Icfes a nivel nacional. En todos los cursos de la carrera militar también sacó las máximas condecoraciones. Su vida personal fue igualmente ejemplar. Se casó con Martha hace 18 años después de un noviazgo de tres, y tuvo seis hijos: tres niñas y tres niños. Hoy la mayor tiene 17 años y la menor, 7.

Aunque su familia vivía en Bogotá, él siempre cultivó en la distancia un amor excepcional. Todos los que lo conocieron descartan que haya tenido cualquier relación extramarital. "Jamás. Ese hombre no tenía ojos sino para su mujer, la adoraba", cuenta el alcalde de Tame, Alfredo Guzmán Tafur. "Nunca. Para él la honestidad era fundamental", asegura el coronel Andrés Alfonso Murillo, comandante del Batallón Navas Pardo. "Ese hombre era de una rectitud a toda prueba", dice un vocero del grupo paramilitar Bloque Vencedores de Arauca. "Además de padre de familia ejemplar y profundamente católico, difícilmente se puede colegir que una personalidad de esta naturaleza se suicide por motivos sentimentales, amorosos o por una posible dificultad de tipo económico", añade en su análisis la página web Anncol.

Sin embargo, para las Fuerzas Armadas no hay dudas del suicidio. El comandante del Ejército, el general Martín Orlando Carreño, confesó estar profundamente impactado no sólo por lo que él informó había sido un suicidio sino porque era uno de los oficiales más brillantes de su generación. "Estaba destinado para que en un futuro no lejano nos reemplazara", dijo.

"Por sus convicciones morales, por su fe en Dios, es imposible que mi hermano se haya suicidado", asegura una de sus hermanas. Martha, su esposa, da detalles de su vida familiar para corroborar esta tesis. El coronel Cruz había hecho varios cursos de liderazgo tanto en Estados Unidos como en México. Esto le había inspirado para que junto con su esposa decidiera crear un proyecto de liderazgo familiar al que bautizaron Tasuch, iniciales de una familia Trabajadora, Amorosa, Solidaria, Unida, Creyente y Honorable.

Según ellos si una familia se une para fomentar estos valores puede alcanzar cualquier meta que se proponga. En el proyecto familiar participaban todos sus miembros. El grupo estaba cohesionado alrededor de Dios pues son profundamente creyentes. Hace unos meses, el coronel estuvo en una zona rural de Arauca donde conoció a una campesina que elaboraba artesanías con figuritas. El oficial le encargó a la mujer varias camisetas bordadas con esos símbolos que representaban a los ocho miembros de su familia y mandó a hacer ocho camisetas, una para cada uno. Ese fue su regalo en la Navidad. Cuando la familia fue a visitarlo a Arauca en Semana Santa, su esposa y sus hijos llegaron todos luciendo las camisetas, un hecho que lo alegró profundamente.

Él se sentía orgulloso de gestos como ese porque simbolizaba que toda la familia jalaba para el mismo lado. Para él eso era fundamental. Un hombre formado en el fragor de la guerra consideraba que las causas de esta estaban en la fractura de la unidad familiar en el país. Por eso, les explicaba a sus hijos la importancia de mantenerse unidos. "Si hay un problema, se consulta en familia y se resuelve", decía él.

Su esposa dice que el proyecto de pareja, que luego llevaron a la familia, era una linda forma de agradecerle a Dios la creación y la vida, como único ser que puede decidir sobre la vida de un ser humano. Con estos antecedentes, uno de sus hermanos pregunta: "¿Alguien cree que un hombre con estos valores se iba a suicidar y dejar sola a la mujer que amaba como cuando eran novios y huérfanos a sus seis hijos todos unos niños?".

El teniente coronel Alfonso Murillo dice que no hay dudas de que se suicidó, aunque explica que él no sabe cuáles fueron las causas: ¿Quién puede saber por qué una persona toma una decisión tan drástica? Ese secreto sólo lo sabe el suicida y como en la mayoría de los casos ese secreto se lo llevan a la tumba". Otro oficial del Ejército dice que probablemente la clave esté en la misma hoja de vida que se había construido el coronel Cruz. "Era de mi generación. Era brillante. Tenía el futuro asegurado pues lo iban a enviar a Alemania a prepararse más todavía. Y seguramente tuvo un problema que para otro sería normal pero para él, que era número uno en todo, se le creció, no lo supo manejar y en cuestión de segundos tomó una decisión de semejantes dimensiones".

Pero, ¿qué motivos tuvo un oficial tan respetado para terminar así? Hay dos hechos notorios ocurridos este año. El primero fue una acción militar de la XVI Brigada del Ejército contra el bloque paramilitar Vencedores de Arauca en la que perdieron la vida 14 ilegales. Aunque el hecho se produjo en Hato Corozal, Casanare, es una zona muy cercana a Tame. La comunicación entre los dos puntos es constante no sólo de la gente sino de los actores del conflicto.

El Ejército atacó a los paramilitares en la noche del 29 de enero. Entre los muertos cayó alias 'El Cantante', un importante jefe del bloque. La organización ilegal protestó airadamente. "Claro que nos molestamos. Nos mataron cuando dormíamos, a cada uno le dieron un tiro de gracia. Es incomprensible porque los enemigos del Estado son las guerrillas y no nosotros. Eso fue una masacre", aseguró a SEMANA un vocero del BVA.

Entre tanto, en el parte reglamentario el Ejército informó que esa acción estaba plenamente justificada porque había sido contra un grupo armado ilegal y que las muertes se produjeron en combate. "Las autodefensas ilegales habían salido de aquí de Arauca hacia Hato Corozal a extorsionar. Nosotros perseguimos bandidos sean los que sean". Lo cierto es que en círculos de Arauca, un departamento que durante dos décadas estuvo bajo el dominio de la guerrilla y que en los últimos cuatro años fue 'liberado' por las autodefensas, le hicieron saber al coronel su molestia.

Más tarde, entre el 20 y el 24 de mayo, se presentó una incursión de los grupos de autodefensa en la región de Flor Amarilla, en la que según la oficina del Alto Comisionado para la Paz, hubo 13 víctimas en violación de los acuerdos de paz. Las Farc imprimieron volantes para acusar de la acción a los paramilitares junto con el Ejército. La versión fue recogida por las denuncias de varias organizaciones defensoras de derechos humanos.

Un amigo del coronel insiste en que fue por esta masacre que el militar se puso nervioso. Para él se le vendría encima una campaña en su contra que le podría frenar su brillante carrera. "Él se sentía ya viviendo el drama del general Uscátegui", explicó la fuente. Su versión fue corroborada por los militares en Tame, en donde abrieron las puertas a SEMANA.

Los investigadores estudian un texto del coronel Cruz de su puño y letra hallado en su agenda personal en la que dice: "Estoy preocupado por la situación de la zona... No tengo responsabilidad sobre esas muertes... Pido perdón. Soy inocente...".

Mientras los investigadores averiguan a cuáles muertes en concreto se refería y tratan de establecer qué fue lo que realmente ocurrió, la única certeza hasta ahora es que el domingo 31 de mayo, a las 6:45 de la tarde, un disparo puso fin a una brillante carrera. El mismo día que el coronel Cruz estuvo extrañamente parco con sus hombres, pero igual de afectuoso, como siempre, con su familia.