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La bancada liberal en el Senado marcará esta semana distancia de varios puntos centrales de la agenda económica del gobierno. Los rojos dejarán de ser incondicionales a los proyectos santistas en la Cámara alta.

POLÍTICA

Senadores liberales, al rojo vivo

Los senadores liberales están descontentos con el gabinete y con la agenda económica del gobierno.

6 de diciembre de 2014

“Con excepción de la paz, ni las ideas ni los hombres del Partido Liberal están gobernando en la segunda administración de Santos”. Con estas palabras un senador del liberalismo expresó el creciente malestar de su bancada frente a la Casa de Nariño. En semanas recientes el bloque rojo de la Cámara Alta –que integran conocidos dirigentes como Horacio Serpa, Viviane Morales, Juan Manuel Galán y Luis Fernando Velasco– ha manifestado abiertamente  su descontento con puntos centrales de la agenda del gobierno. El hundimiento del proyecto de reelección de alcaldes y gobernadores, con una votación de 12-0, fue el primer grito de independencia.

El próximo martes y miércoles, los 17 senadores de la cuarta fuerza del Congreso se reunirán con expertos económicos. De esas conversaciones lo más probable es que surja una postura pública de la bancada senatorial roja que marque distancias en temas como el Tratado de Libre Comercio con Corea y el impuesto al patrimonio. Si bien todos los congresistas consultados por SEMANA negaron que se trate de un rompimiento con el gobierno, que hasta los copartidarios del ministro de la política, Juan Fernando Cristo, estén molestos, es diciente de las dificultades en el manejo de la Unidad Nacional.

El liberalismo constituyó un pilar fundamental tanto en la primera presidencia de Santos como en la reelección. Iniciativas como la Ley de víctimas surgieron de las huestes del trapo rojo y el expresidente César Gaviria fue clave para la victoria de la segunda vuelta. No obstante, al igual que el Partido de la U, los senadores liberales no se sienten representados por el primer gabinete de Santos II. Además de Cristo en Interior y de Simón Gaviria en Planeación Nacional, el presidente adjudica al partido de sus antepasados a los ministros de Salud, Alejandro Gaviria; de TIC, Diego Molano y de Justicia, Yesid Reyes.

Sin embargo, con excepción del jefe de la cartera política, los senadores reclaman que “no hay comunicación con el gobierno”. De hecho, en una comida convocada por el Ejecutivo para mejorar esos canales de encuentro, uno de los ministros ni siquiera asistió. A diferencia de lo que pasa con las carteras asignadas a Cambio Radical, Vivienda y Transporte, ningún beneficiario de las tabletas que reparte el MinTIC atribuye esa política pública al logo del liberalismo. Mientras los representantes del partido en la Cámara encuentran en su excolega Simón Gaviria un canal, los senadores se sienten excluidos.

Las molestias no se limitan al gabinete e incluyen preocupaciones ideológicas. La bancada roja teme que la agenda económica de Santos los aleje de su plataforma socialdemócrata. En el TLC con Corea, por ejemplo, los liberales preferirían una protección de la industria, mientras que son sensibles a los efectos de la reforma tributaria. Alineados en la política de paz, los senadores resienten apoyar iniciativas que, a diferencia del primer mandato de Santos, pertenecen al cuerpo programático de otros partidos.

La molestia liberal llega en el peor momento para el ministro del Interior. Cristo se esfuerza, como lo reconocen senadores consultados por SEMANA, en mantener el puente entre su antigua bancada y la Casa de Nariño. Sin embargo, la cuña de su propio palo aprieta su mensaje de control de las mayorías de la Unidad Nacional. “A La U le dieron la política social y a Cambio Radical las casas y carreteras, mientras que uno de nosotros diseña el plan de desarrollo que los demás ejecutarán”, resumió un senador.

Ni el gobierno, ni el ministro Cristo, ni la bancada liberal hablan de rebelión dentro de la coalición mayoritaria. Tampoco se verán afectadas las votaciones de los proyectos prioritarios de la agenda del Ejecutivo. Pero al hacer público el descontento, los senadores rojos presionan para que la Casa de Nariño gire a la izquierda su agenda económica y en la próxima crisis de gabinete nombre liberales en carteras con ejecución y visibilidad.