Secretaria de Tránsito de Barranquilla, Sandra Milena Herrera Jiménez.
Secretaria de Tránsito de Barranquilla, Sandra Milena Herrera Jiménez. | Foto: Alcaldía de Barranquilla

Atlántico

“En Barranquilla no hay caos en la movilidad”: Distrito se defiende; entonces, ¿por qué tantas críticas?

La secretaria de Tránsito le aseguró a SEMANA que seguirán implementándose cambios en los sentidos viales para mejorar la movilidad, para noviembre se contempla uno. Autoridades tienen identificados los puntos críticos.

26 de octubre de 2022

De la casa al trabajo, o viceversa, Andrés Felipe tarda más de una hora en transporte público. Un trayecto que, según él, no debería alcanzar los 30 minutos. Sin embargo, advierte que el recorrido se convierte en una odisea.

“Anteriormente, los trancones solían ser en horas pico. Hoy en día, el trancón en Barranquilla existe en cualquier momento. Un ejemplo claro es la calle 72. Esto, sin contar que muchas veces la flota disponible no es suficiente para cubrir la alta demanda actual”, aseguró Andrés.

Una experiencia similar compartió Álvaro Vargas. Desde el norte de la ciudad, en la calle 80 con carrera 78B, hasta su residencia, ubicada en la carrera 2 con calle 35E, solía demorarse dos horas y media cuando utilizaba el servicio urbano.

“Eso era un trancón porque el bus se mete por el centro, por la calle 33 y por la vía 40″, explicó el ciudadano.

En las redes sociales las críticas se acrecientan. Incluso, cibernautas comentan y publican que la movilidad en la ciudad “colapsó”.

“A Barranquilla no le cabe un carro más. O paran la construcción de edificios en altura, o mejoran la malla vial o construyen un eficiente sistema de transporte público masivo, o todas las anteriores. Es decir, planifiquen la ciudad que hoy es un caos urbano y de movilidad”. “La movilidad en Barranquilla, hoy más invivible que nunca”, son algunos trinos que circulan por las redes sociales.

SEMANA se contactó con la Secretaría de Tránsito y Seguridad Vial del Distrito. En primera instancia, aclararon que en Barranquilla no existen trancones, sino represamiento vehicular. Dos conceptos que, en teoría, son diferentes.

“Trancones es cuando permaneces quieto por más de 5 minutos. Aquí existe tráfico lento o represamientos momentáneos en horas pico”, precisaron desde la entidad.

En ese sentido, la oficina indicó que las críticas podrían estar relacionadas con un tema de percepción, en el cual, tentativamente, inciden dos factores. Primero; los horarios con mayor tráfico de vehículos, las denominadas horas picos; y, segundo, las obras en la infraestructura vial que se están adelantando en diferentes puntos de la ciudad.

“Es un tema de percepción. Hay puntos en la ciudad en donde se están generando obras y de pronto nos están dando la percepción de la ciudadanía de que la movilidad es un caos, pero no es eso”, afirmó la secretaria de Tránsito, Sandra Milena Herrera Jiménez, en conversación con SEMANA.

La funcionaria explicó que la entidad dispone de 250 orientadores, quienes se distribuyen en los sitios de mayor concurrencia para regular el tránsito de vehículos.

“Nosotros a través de los orientadores nos apoyamos con policía de tránsito para una mejora en la movilidad. Tenemos lugares en los que se necesitan estudios y los venimos trabajando a través de análisis que se hacen desde el área técnica, y una vez que hacemos los análisis y los estudios generamos las microintervenciones”, dijo Herrera en diálogo con SEMANA.

En cuanto a las horas picos, que comprenden dos momentos - de 7:00 a.m. a 9:00 a.m. y 6:00 p.m. a 8:00 p.m. - las autoridades señalaron que la percepción está arraigada con los horarios laborales y las actividades académicas en colegios y universidades, que supone mayor flujo de automotores.

Así las cosas, desde la oficina de Tránsito recomendaron, por ejemplo, utilizar vías alternas. “Las personas salen de sus trabajos a las 5:00 p.m. - 5:30 p.m. ¿ Y por dónde creen que suben? Todo el mundo sube por la 53, y tú puedes subir por las 56, por la 59, incluso por la 60″, ejemplificaron.

Las obras públicas

Ahora bien, en cuanto a las intervenciones viales, Sandra Milena Herrera reconoció que las obras generan cierto tipo de incomodidades y por ello pidió paciencia. “La invitación a la ciudadanía es a tener un poco de calma. Las incomodidades están, pero las obras quedan”,

Sin embargo, la ciudadanía esgrime que intervenciones como en La Cordialidad llevan más de cuatro años y el tráfico sigue siendo un “caos”.

No obstante, la funcionaria le dijo a SEMANA que los puntos críticos están identificados y se están planteando estrategias con miras a mitigar la problemática del tráfico.

“Yo le solicité al área técnica que me generara un mapa de calor de la ciudad que son los puntos críticos y que requieren una intervención puntual por temas de flujo vehicular. Ya los tenemos identificados. Al finalizar esta semana o la otra yo personalmente iré a cada punto de esos, voy a hacer acompañamiento, los estaremos validando y vamos a ver cuál podrían ser las opciones para dar mejoras en la movilidad”.

Entre los puntos críticos se encuentran el sector de Alameda del Río, Vía 40, La Cordialidad, Calle 30, el Centro y la Carrera 53.

Herrera le afirmó a SEMANA que los cambios en sentidos viales seguirán implementándose de manera paulatina.

Transporte público

Para Julián Arellana, decano de la división de Ingenierías de la Universidad del Norte, el panorama actual de la movilidad devela la necesidad de implementar un sistema de transporte integrado.

“Ahora mismo el sistema no está integrado. Son una cantidad de empresas compitiendo por los pasajeros”, argumentó Arellana con relación a las diferentes flotas de buses que prestan el servicio.

El experto propuso armonizar la planificación urbana con la oferta de transporte. En términos más sencillos, este tipo de iniciativas invita a pensar en otras alternativas como la puesta en marcha del Sistema integrado de transporte público (SITP), que permitiría, según Arellana, reducir los tiempos de trayecto y complementar otras rutas.

El decano enfatizó que con un sistema integrado se podría adoptar el modelo de ciudades 15 minutos, es decir, que los recorridos en el transporte público tengan una duración aproximada de ese rango de tiempo y no durar una o dos horas para llegar a un destino.