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Los delincuentes engañaban a colombianos que querían sacar la visa para viajar a Estados Unidos. | Foto: suministradas a semana api

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Así operaba sofisticada banda que lograba engañar a la embajada de Estados Unidos para que cualquiera pudiera tener una visa de ese país

SEMANA revela la operación de una organización que cobraba entre 8 y 10 millones de pesos por inflar, con documentos falsos, perfiles de solicitantes de visa, engañando a autoridades de Estados Unidos.

11 de marzo de 2023

Uno de los documentos más anhelados y difíciles de obtener para los colombianos es la visa americana. Pero en el municipio de Manatí, en el departamento del Atlántico, parecía que quienes la solicitaban la obtenían iban a la fija. Lo que no se sabía es que detrás de la buena suerte de los pobladores había una red criminal que se encargaba de inflar perfiles con documentos y certificaciones falsas, y de este modo engañaron incluso a las autoridades de los Estados Unidos.

Así, conseguir el sueño americano para los habitantes de esta pequeña población se estaba convirtiendo en algo normal, quienes se presentaban a la embajada salían con su sello autorizado para ingresar al país de las oportunidades.

Pero la ‘buena suerte’ de los habitantes de Manatí se vino abajo con el caso de Carolina (nombre cambiado por reserva judicial), quien llegó a la embajada el año pasado con una abultada carpeta con documentos, diplomas y certificaciones laborales; su perfil económico y académico era muy alto, el pasaporte tenía sellos de varios países, lo que demostraba que era una frecuente viajera por el mundo y que además contaba con los recursos suficientes.

En el municipio de Manatí, en el departamento del Atlántico, parecía que quienes solicitaban la visa americana iban a la fija. | Foto: suministradas a semana api

Algo hizo dudar al funcionario norteamericano que la estaba entrevistando. Las respuestas que daba Carolina no se ajustaban a lo que decía su carpeta, la joven resultaba contradictoria, dubitativa e incoherente, señales que llevaron al oficial no solamente a negarle la visa, sino a poner una luz roja sobre el caso.

Con los datos de la mujer, el servicio de Seguridad Diplomático de la Embajada de los Estados Unidos le envió una alerta a la Policía para que revisara el caso, pues llamó la atención el atípico comportamiento de la joven, quien se había presentado como destacada empresaria y comerciante de ganado del Atlántico.

La sorpresa de los investigadores de la Dirección de Investigación Criminal, Dijín, fue mayúscula cuando comenzaron a jalar la pita en el caso de Carolina. Encontraron que los sellos de ingreso a otros países que había en el pasaporte de la solicitante, el título universitario que la acredita como abogada de la Universidad Simón Bolívar, los certificados laborales, los de tradición y libertad de sus propiedades, entre otros, eran falsos.

Incluyendo títulos de propiedades falsos, diplomas y certificaciones académicas, certificaciones bancarias y sellos de ingresos a otros países, la red criminal logró engañar incluso a las autoridades de los Estados Unidos.
Incluyendo títulos de propiedades falsos, diplomas y certificaciones académicas, certificaciones bancarias y sellos de ingresos a otros países, la red criminal logró engañar incluso a las autoridades de los Estados Unidos. | Foto: suministradas a semana api

El resultado en terreno reveló por completo la trampa. La finca de la que Carolina era la supuesta propietaria no existía, en la región no la conocían y su verdadera ubicación era la ciudad de Cali.

¿Era Carolina la única persona que había sido capaz de crear un perfil falso para engañar al Gobierno de los Estados Unidos? Para resolver el interrogante, iniciaron un intercambio de información con las autoridades americanas y dieron en el punto. No se trataba solo del municipio de Manatí, era una red que cobraba entre 8 y 10 millones de pesos por inflar perfiles para obtener la visa americana. Lo hacía por toda la costa caribe.

Al revisar los documentos de 30 personas de dicha región que habían hecho el trámite, la sorpresa fue enorme, todos contaban con un perfil similar al de Carolina: ganaderos, con altos ingresos económicos, profesionales, con estudios superiores y viajes al exterior. Todo era información falsa, pero ya habían obtenido la anhelada visa.

Embajada de Estados Unidos. | Foto: suministradas a semana api

Las autoridades de ambos países sabían que detrás de esto había toda una organización delincuencial que estaba creando determinados perfiles para lograr visas americanas legales, con información ilegal.

En Manatí alguien soltó la lengua y les contó a los investigadores que había un costeño que era muy efectivo sacando visas a los Estados Unidos, pero que cobraba duro.

Algunos de los solicitantes que no tuvieron éxito en el proceso, como el caso de Carolina, les contaron a los investigadores de la Policía que habían acudido a la red, ubicada en Barranquilla, y que allá se encargaban de armarles una nueva y pudiente vida.

La organización, compuesta por un puñado de personas, no era de poca monta, al parecer llevaba unos 20 años engañando a las autoridades de Estados Unidos. | Foto: suministradas a semana api

La operación

Los servicios que ofrecía la red iban desde diligenciar el formulario DS-160 –solicitud de visa de turista–, crearles el perfil falso, darles entrenamiento para responder en la embajada, para finalmente obtener el documento.

La organización, compuesta por un puñado de personas, no era de poca monta, al parecer llevaba unos 20 años engañando a las autoridades de Estados Unidos. De los cuatro presuntos integrantes que la conformaban, tres se ubicaban en Barranquilla y otro más en Bogotá.

“Se logró obtener suficiente material probatorio para desarticular esta organización delincuencial que afectaba de manera directa los derechos fundamentales de los migrantes.”, le dijo a SEMANA la general Olga Salazar, directora de la Dijín.

Con el modo de delinquir descifrado por los investigadores, el siguiente paso consistía en identificar a los integrantes de la hábil estructura. Para ello se desarrollaron entrevistas, controles técnicos a los integrantes de la estructura, interceptaciones, reconocimiento en álbumes fotográficos, seguimiento a personas, entre otros, permitiendo la captura de Javier Monterrosa, Griselda Ramírez, Michael Ospina y Octavio Reina.

El presunto líder de la organización era Monterrosa. Sobre esta persona, las autoridades se encontraron varias sorpresas, pues ya tenía antecedentes penales y había sido capturado en 2014 cuando trató de retirar una alta suma de dinero en un banco utilizando también documentos falsos.

En medio del proceso también se conoció que la red de Monterrosa ofrecía un servicio adicional, VIP, que consistía en agendar citas médicas en centros médicos especializados en Estados Unidos para incluir ese documento en la carpeta. Así, en la embajada concluirían que la visita era por temas médicos y el visado estaba asegurado, el servicio tenía un valor adicional.

Una investigación conjunta con las autoridades de Estados Unidos logró la desarticulación. La directora de la Dijín,  general Olga Salazar,  destacó los resultados de la investigación.
Una investigación conjunta con las autoridades de Estados Unidos logró la desarticulación. La directora de la Dijín, general Olga Salazar, destacó los resultados de la investigación. | Foto: suministradas a semana api

Durante el operativo al centro de operaciones de la organización, se encontraron 200 documentos para tramitar visas, 36 pasaportes, 33 sellos migratorios, 16 cédulas, siete tarjetas de crédito, cinco tarjetas profesionales de abogados, cinco celulares, discos duros, entre otros. El cálculo que hacen las autoridades arrojó que, en el último año, Javier y su red se habrían lucrado con más de 500 millones de pesos.

Tras la situación, la alerta de las autoridades norteamericanas están encendidas. Fuentes de la Dijín confirmaron a SEMANA que la embajada está revisando al menos 1.500 visas, y de encontrarse que fueron expedidas mediante engaños como lo pretendía hacer Carolina, estos documentos serían revocados, cerrando el telón del sueño americano prepago.