Home

Seguridad

Artículo

El Salto Estratégico es un plan que debe quedar listo para el mes de agosto de 2010. (Foto: Archivo SEMANA)

SEGURIDAD

A un año de Jaque... el Salto Estratégico

Luego de la operación que logró la liberación de 15 personas, sin un tiro, el MinDefensa se ha lanzado a consolidar los territorios en donde los militares intentan ganarle el pulso a los grupos ilegales.

Andrea Peña de Semana.com
25 de junio de 2009

La "Operación Jaque", símbolo de los golpes de mano que con inteligencia le ha dado el Estado a las Farc, esta semana está cumpliendo un año. Desde entonces, el gobierno ha venido desarrollando una estrategia más difícil y silenciosa y menos espectacular, que busca ser duradera: establecer con raíces firmes el Estado de Derecho en todo el territorio nacional  y que ha llamado el Salto Estratégico.

El Salto Estratégico es un plan que combina lo militar con lo social (aunque se le da prioridad a esto último) y es el camino con el que se busca consolidar los territorios donde tradicionalmente han estado las Farc, los paramilitares y los grupos criminales. En teoría, este Salto debe quedar listo antes de agosto de 2010, cuando el presidente Álvaro Uribe termine su mandato.

El plan tardó en tomar forma seis meses, tiempo en el que unos 25 almirantes y generales se reunieron varias veces con los viceministros de Defensa y otros asesores para evaluar juiciosamente cuáles eran las amenazas más críticas de los grupos ilegales, en dónde se estaban presentando y cuáles eran las debilidades más visibles del Estado para ganarles. La pregunta del millón fue la de cómo acelerar los procesos para obtener “resultados irreversibles” en zonas donde las Fuerzas Militares ganaran la guerra, y donde la presencia del Estado (la justicia, entidades de salud, instituciones educativas, etc) se asentara definitivamente.

El Salto Estratégico se convirtió así en la búsqueda de esos resultados donde, por ejemplo, ni la presencia, ni la amenaza de los grupos ilegales aparecieran nuevamente; donde tampoco hubiera resiembra de cultivos ilícitos; y donde la gente pudiera subsistir con proyectos de economía legal.

“Lograr que las instituciones políticas y militares trabajen es relativamente fácil y rápido. Pero integrar la parte civil sí toma un poco más de tiempo”, dice el viceministro de Defensa, Sergio Jaramillo, quien ha participado activamente en la creación del plan.

Esas zonas duras de consolidar como el Catatumbo, el Bajo Cauca, los Montes de María, el sur del Tolima y departamentos como Nariño y Arauca, son algunas de las que darán el Salto Estratégico con un modelo muy similar al de La Macarena, cuya consolidación arrancó a finales del 2007. Lo harán a través de un centro de coordinación (en el que estarán representantes de casi todos los Ministerios) que lidere el proceso.

Las fases

Son seis las etapas por las que tiene que pasar el Salto Estratégico. Primero, se identifica el territorio donde hay presencia guerrillera o de otros grupos ilegales y allí se concentra una campaña militar masiva hasta desarticular la mayor cantidad posible de combatientes a través de la activación de los comandos conjuntos que se requieran.

Después se evalúa con el área de inteligencia la presencia de jefes de las Farc, de bandas criminales o de organizaciones emergentes a los cuales se les pueda capturar, matar en combate o llevar a la desmovilización. En tercer lugar viene, sacar del juego al mayor número de guerrilleros (milicias y combatientes) o de integrantes rasos de los organismos para su respectiva judicialización. En cuarto lugar está la labor antinarcóticos. Quinto, la contención en las fronteras y en las áreas a donde se moverían sus estructuras, pues es muy probable que después de desterrar a los ilegales se refugien en estas zonas. Y por último viene la recuperación social de los territorios en los que tradicionalmente han habitado las Farc o los otros grupos ilegales emergentes aún tengan dominio.

Lo más importante en este proceso es este último punto. Ya que no basta con la mera presencia estatal, sino que se necesita que haya un horizonte de desarrollo, donde permanezca la economía legal y donde ruede la democracia para, finalmente, consolidar el Estado de Derecho fortalecido.

Nicolás Urrutia, investigador de la Fundación Ideas para la Paz, dice que si el Salto Estratégico funciona, se podrá consolidar la presencia del estado en áreas ‘cautivas’. “Este Salto se puede considerar como un modelo de contrainsurgencia moderno, con el que se busca dislocar las estructuras ilegales. Una vez se ha logrado esto, comienza la presión final sobre los grupos insurgentes donde se vuelca un volumen de recursos importante”, dice el especialista.

El volumen de recursos requerido es grande. No más en La Macarena se han invertido unos 190 mil millones de pesos en los últimos dos años y medio. La plata para el resto de zonas saldrá de otros ministerios y, posiblemente, de los gobiernos locales.

En teoría, este podría ser el verdadero fin del fin que ha repetido tantas veces el comandante de las Fuerzas Militares, general Fredy Padilla de León. Es el nuevo y gran desafío del Ministro de Defensa que entre a reemplazar a Santos para el último tramo de gobierno: dar el Salto Estratégico y dejar sentadas las bases para consolidar una vida civilizada, donde la gente pueda producir legalmente y en paz, y con el Estado como único y legítimo mediador de los conflictos que surjan.