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columna del lector

El último sueño de Bernardo Romero Pereiro

Ubaldo Lozada, lector de SEMANA.COM, narra su encuentro con el recientemente fallecido libretista.

Ubaldo Lozada Moreno*
7 de agosto de 2005

La puerta se abrió y me vi frente a la lividez del rostro, que sin embargo aún tenía sus maneras amables y la sonrisa cálida del bogotano. Fue hace tres años.

- "Maestro, cómo está", fue lo único que atiné a decir, emocionado ante ese personaje cuya grandeza me apabulló de inmediato.

Apareció en segundos en mi mente una retrospectiva de imágenes, todas con el rostro de Bernardo Pereiro. Las primeras fueron en blanco y negro y en ellas lo vi en su papel en 'Destino La Ciudad', junto a Yudy Henríquez. Luego un domingo en la tarde, interpretando a dúo con Oscar Golden un tema de Piero que decía: "de vez en cuando viene bien dormir... viene bien", coreaba el joven actor Bernardo Romero.

Cuando volví a la realidad aún tenía su mano huesuda estrechando con debilidad la mía.

- "Maestro, cómo ha seguido".

- "Ahí luchando... luchando", contestó.

Estaba luchando pero yo no sabía de su enfermedad, aunque era evidente que había algo grave.

Entonces abrió la carpeta con mi hoja de vida. Yo había aplicado para una convocatoria a un curso gratis de Libretos para T.V., dictado por él.

Ya sentados me explicó su sueño. Quería encontrar un grupo de jóvenes talentos para enseñarles los secretos de escribir para T.V., de transmitirles su experiencia, sus conocimientos, eso sí, con alta dosis de exigencia.

-"Tienen que estar dispuestos a dos cosas: cualquier día y en cualquier momento, si me doy cuenta que alguien no sirve, se lo digo y se va, sin molestarse. Lo otro es que debo atender algunos compromisos en México, entonces me ausentaré con alguna frecuencia".

Y remató con su defensa de las telenovelas. Dijo que el curso era sobre libretos para telenovela, porque este género es el único rentable, el más comercial y el que había permitido cambiar la televisión en Colombia. Y miren quién lo estaba diciendo.

Noté que por esos días, estaba empecinado en dejarles, con afán, su legado de conocimientos a jóvenes talentos. Durante esa charla de escasos cinco minutos repitió varias veces ese deseo: "quiero enseñarles a los jóvenes talentos". Como que era su principal proyecto, o tal vez su último sueño.

Me despidió con la promesa de que alguna de sus asistentes me llamaría. No me aceptaron en el curso y creo que al final el Maestro no tuvo fuerzas para dictarlo.

Posiblemente este Gabo de la televisión murió luchando no sólo contra una enfermedad sino intentando realizar su último sueño, el último sueño de Bernardo Romero Pereiro.