Tras varias semanas de trabajos de inteligencia, las autoridades pudieron capturar a los terroristas en un taller de metalmecánica en el barrio Chiquinquirá donde era guardado el material explosivo. Allí, encontraron, además de los 100 kilos de azufre y pólvora negra, utilizadas para la elaboración de explosivos, 10 kilos del explosivo de R-1 almacenados en tarros de leche en polvo y listos para ser empleados en atentados, con los que se podrían causar destrozos en un radio de dos manzanas.
Las autoridades se han mostrado preocupadas por la evidente asesoría de terroristas internacionales para la planeación de este tipo de acciones. Para el Comandante del Sub comando de la II Brigada del Ejército Miguel Ángel Páez Vargas es evidente que esto esté sucediendo, debido al mejoramiento de las técnicas terroristas, "por ejemplo, estos explosivos que acabamos de incautar son plásticos porque ya no están dispuestos a dejarse descubrir por los detectores de metales", aseguró.
Los capturados fueron identificados inicialmente como Víctor Julio Acosta (ex militante del ELN que ahora pertenece a las FARC), Elxer Augusto Jaimes Arango y Luis Miguel Montaño Peñalosa. Las identidades se están verificando con las huellas dactilares de esas personas, porque es probable que no correspondan a la realidad, aseguró el director del DAS Atlántico, Emilio Vence Zabaleta, quien también explicó que los elementos incautados, son "muy parecido al empleado en atentados en Arauca y Medellín".