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La educación en Colombia ha avanzado, pero no lo suficiente

Según el Informe del Progreso Educativo Nacional 2000-2005, la equidad en la calidad de la educación, la inversión y la deserción escolar siguen siendo el talón de Aquiles del país.

Juliana Bedoya Pérez
5 de diciembre de 2006

El sistema educativo fue evaluado y este martes se recibió la libreta de calificaciones de los últimos cinco años. Si bien el panorama ha mejorado, se podría decir que la educación pasó raspando en varios aspectos y todavía no es la mejor de su clase. Lo más preocupante es que los que reciben la peor educación siguen siendo los más pobres.
 
El Informe de Progreso Educativo Nacional 2000-2005 hace parte de un proyecto en el que se busca revisar el nivel de educación al que están accediendo los niños y los jóvenes latinoamericanos.
 
Colombia se le midió a la revisión en nueve aspectos: calidad, eficencia, equidad, acceso y cobertura, estándares, evaluación, profesión docente, autonomía escolar e inversión en educación.

La nota del país fue de 2,7, bastante regular, pero más alta de la que se dio hace tres años y dentro del promedio continental. Esta vez hubo aspectos sobresalientes, con notas de cuatro, como la formación y la profesionalización de los profesores. El estudio también demostró que los criterios de evaluación y enseñanza ahora son más claros que hace unos años.
 
Este estudio parece ir en concordancia con las metas que tiene el ministerio de educación para los próximos años. Las falencias que consideró el informe parecen ser los puntos que también preocupan más al gobierno.
 
Por eso, la sensación entre los especialistas e investigadores es que, a pesar de que la situación no es buena, de seguir así se podrían llegar a cumplir las metas establecidas en el plan decenal de educación. El Ministerio busca ampliar la cobertura de educación preescolar y básica a un cien por ciento para 2019, y la superior a un 50 por ciento.
 
Dichas cifras son bastante ambiciosas, si se tiene en cuenta que el promedio de educación en Colombia es de 8,3 años, es decir que gran parte de los colombianos entre los 25 y los 28 años no alcanzó a terminar el bachillerato. Si bien la cifra aumentó con respecto a 2000, lo que preocupa es que en las zonas rurales es donde más pocos años se estudia: 4,8 años, mientras que en las ciudades el promedio es de 9,3 años.
 
Datos como estos demuestran que la iniquidad sigue siendo el gran problema del sistema educativo. Este aspecto precisamente fue uno de aquellos en los que hubo mejoras, pero no lo suficiente como para no rajarse. Con una calificación de 2 en equidad, el informe resaltó que “se deberán realizar esfuerzos por mejorar la calidad de la educación y disminuir la reprobación y la deserción escolar en las instituciones educativas oficiales”.
 
En la misma línea se declaró la viceministra de educación Juana Inés Díaz, quien señaló que el Plan Nacional de Desarrollo contempla la creación de 900.000 cupos nuevos para población vulnerable y desplazada. También insistió en que la misión de la educación oficial no sólo es dar más, sino mejor educación.
 
Para eso están los profesores que, según indican los informes, son de los mejores del continente. La viceministra dijo que “como país de la región, tenemos los docentes mejor formados y cualificados”, pero reconoció que “además de que haya docentes, tienen que estar donde los niños están”, al referirse a la necesidad de que los niños no tengan que desplazarse grandes distancias para llegar a sus escuelas o de la preferencia que tienen los profesores por ir a enseñar a las cabeceras municipales o quedarse en las ciudades, antes de ir a las zonas rurales y de más difícil acceso.