Home

On Line

Artículo

Más de 750 secuestrados están secuestrados por las Farc. 47 de ellos, llamados 'canjeables', son lso que podrían quedar en libertad si prosperan los acercamientos con el gobierno para lograr un intercambio humanitario.

Búsqueda de la paz

La oferta del Jefe del Estado despierta la esperanza de las víctimas del secuestro

Cualquier avance que se dé a favor del acuerdo humanitario es, para los familiares de los secuestrados, un paso menos que caminar para ver a sus seres queridos. El optimismo renace en casi todo el país.

7 de diciembre de 2007

A primera vista, el país apoya al presidente Álvaro Uribe. Al mediodía de este viernes, cuando el Mandatario terminó un discurso en la Escuela General Santander de Bogotá, la reacción de políticos, agremiaciones y familiares de quienes están en poder de las Farc fue unánime: apoyo total al Presidente y su propuesta de una zona de encuentro para hablar sobre acuerdo humanitario con las Farc.

Desde hace unos meses, las familias de los secuestrados pasan súbitamente de la ilusión a la desesperanza. La mediación del presidente venezolano Hugo Chávez y de la senadora Piedad Córdoba fue tan solo un espejismo. Igual, ellos se prenden de cualquier luz que les muestre el camino para ver de nuevo a sus seres queridos. Por eso ven con buenos ojos la intención de Uribe con una ilusión que creyeron haber perdido, cuando en el 2005 el Presidente propuso despejar el corregimiento de Bolo Azul en el departamento del Valle, pero que se vino abajo tiempo después.

Soraya Romero, hermana del sargento del Ejército Erasmo Romero, no esperaba la noticia. “Nos toma por sorpresa, yo espero que todo se pueda concretar antes de finalizar este año para poder pasar la Navidad con la familia completa”, aseguró. Lo mismo espera Martha Arango, esposa de Oscar Tulio Lizcano, quien dice que lo importante es que las Farc acepten la proposición y comiencen a hacer los ajustes poco a poco. “El Presidente, atendiendo un llamado de los colombianos, de la Iglesia, de la comunidad internacional, ha retirado el inamovible más álgido, y eso es algo verdaderamente positivo”.

Desde San Gil, en Santander, donde avanza hacia Venezuela en una ‘segunda fase’ de su caminata por la paz, el profesor Gustavo Moncayo dijo que “es un descanso” que el Mandatario de los colombianos hay hablado de una zona de encuentro.

Con la cabeza mucho más fría y guardando especial distancia de las decisiones que se conocieron este viernes, el alcalde de Bogotá, Luis Eduardo Garzón, dice que le parece extraordinaria esta iniciativa, pero que se puede quedar coja por el papel de la mediación, que sólo hay funcionado con el presidente Chávez, la senadora Córdoba y los países amigos. “No soy aguafiestas. Esta es una propuesta audaz, de sagacidad política, pero no hay que generarle ilusión a los colombianos”.

Por su parte, el ex presidente Andrés Pastrana quien asistió a la reunión de la comisión asesora de Relaciones Exteriores donde se habló del tema, aplaudió la zona de encuentro y pidió al presidente Álvaro Uribe no enredarse en la terminología (despeje, zona de encuentro, de distensión, etc.) ni en la forma. “Lo importante es que el gobierno se sienta rodeado. El balón está ahora en la cancha de las Farc, ojalá no le tengan miedo de comenzar a hablar”, dijo en Caracol radio.

Su colega, Ernesto Samper, también dijo que es un paso muy importante, donde “se rompe el hielo y el mito de que no se podía crear una zona de encuentro por razones estrictamente humanitarias”.