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Nicole Levy. Columna Semana

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69 días de sufrimiento

Para muchos queda claro que Israel está procediendo de manera correcta, pues es lo que cualquier país al que le importen sus ciudadanos haría.

Nicole Levy
14 de diciembre de 2023

Han transcurrido 69 días desde que Israel ha tenido que afrontar una de las guerras más sangrientas y barbáricas de los últimos tiempos contra la organización terrorista Hamás.

Al grupo de asesinos y criminales Hamás no parece haberle sido suficiente haber asesinado, violado y ultrajado a miles de personas inocentes, incluyendo niños y ancianos, el 7 de octubre. Tampoco le bastó con haber secuestrado a cientos de ellas. Ahora busca proyectarse como la mansa paloma de la historia que obviamente no es.

Israel tuvo que acceder a un acuerdo terrorífico con Hamás que implicaba liberar criminales detenidos en cárceles israelíes a cambio de rehenes inocentes que tenía Hamás en su poder. Además, Israel hizo un cese al fuego durante este periodo de intercambio. Está claro que fue una decisión muy difícil de tomar, pero los israelíes siempre interpondrán el bienestar de sus ciudadanos por encima de cualquier situación. Hamás violó este acuerdo en múltiples ocasiones, incluyendo no devolver a todos los niños y mujeres que tenían privados de su libertad, lo que llevó a Israel a no hacer más tratos con ellos. Desde que el acuerdo culminó, Israel está batallando de manera sobrenatural, ejerciendo unos esfuerzos indescriptibles con el fin de salvar a los secuestrados y que puedan volver a sus hogares.

Para muchos queda claro que Israel está procediendo de manera correcta, pues es lo que cualquier país al que le importen sus ciudadanos haría. Pero hay algunos otros que se han dedicado a condenar y a tildar a Israel de genocida y, peor aún, a pedirle un cese al fuego. Para aquellos que tienen este pensamiento hay que hacerles un recorderis de que Hamás es un grupo terrorista que se dedica a asesinar, violar e infligir violencia.

Esta no es una guerra entre Israel y los palestinos, es una ofensiva entre Israel y un grupo criminal. A Israel le importan tanto los civiles inocentes que desde que empezó la guerra se ha dado a la tarea de evacuar y proteger a los civiles palestinos, a diferencia de Hamás, que los utiliza como escudos humanos y carne de cañón para que mueran en vez de ellos. Pedirle a Israel que vuelva a llegar a un acuerdo con Hamás después de que lo infringieron y están jugando con vidas humanas de niños de diez meses y tres años, es como pedirle a una persona que se dispare en un pie por voluntad propia, es algo totalmente inadmisible, injusto e inhumano.

Pretender victimizar a Hamás es un tema que no cabe en una cabeza pensante, pero tristemente y de manera muy alarmante esta organización a lo largo de los años se ha dado a la tarea de proyectarse como las víctimas. Con noticias falsas y una propaganda abismal que es extraordinariamente mentirosa ha llevado a muchos a creer que son las víctimas de este conflicto.

Se han proyectado como los underdogs o los desvalidos, haciendo que las personas ni siquiera sepan lo que son y causando lástima al mundo. La situación es tan grave que al preguntarles a manifestantes pro-Hamás en Estados Unidos a favor de qué estaban marchando, muchos respondían que no sabían lo que Hamás había hecho el 7 de octubre.

Es una desinformación y alteración mediática perpetuada por medios de comunicación y políticos lo que ha llevado a muchos a confundir la verdad. La triste realidad es que Hamás y sus aliados terroristas no quieren acabar solo con Israel y con los judíos, como lo han dicho en repetidas ocasiones. Quieren conquistar todos los países y lo harán con asesinatos y violencia. Para aquellos que piensan que es solo contra un grupo étnico, abran los ojos, mañana será tarde. Pregúntenles a varios países europeos que dejaron entrar a miles de fanáticos y terroristas que hoy apoyan a Hamás, a los que la fuerza pública ya no puede contener. Vienen para destruir todo lo que no piense como ellos.

“Nosotros decimos ‘paz’, y el eco nos vuelve del otro lado diciéndonos ‘guerra’”, Golda Meir.

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