Julio Londoño Paredes Columna Semana

Opinión

Algo flota sobre el agua

¿Será que llegó el momento de una tercera vía en Venezuela?

Julio Londoño Paredes
21 de noviembre de 2025

Una novela del húngaro Lajos Zilahy tiene ese nombre y con él hace recordar las incidencias de la guerra fría que sostienen Venezuela y Estados Unidos.

Sorpresivamente, la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia ha formulado declaraciones que parecerían indicar que existe un plan en marcha, que se llevaría a cabo más pronto que tarde, según el cual Maduro abandonaría el poder sin ser sometido a un proceso penal en Venezuela. Al mismo tiempo, María Corina Machado hace pocos días hizo un “Manifiesto libertad”, que es todo un plan de gobierno.

De eso ya se había hablado. La alternativa de una invasión militar, o de una “operación quirúrgica” de cualquier modalidad, sería absurda y se ha generado la impresión de que poco a poco Trump se está metiendo en un laberinto en el cual no podría seguir para adelante, ni retroceder ni quedarse ahí.

La canciller colombiana no hubiera hecho semejante declaración a un medio internacional, siendo Colombia tácitamente aliada de Venezuela, si algo parecido no se estuviera moviendo entre Estados Unidos y Caracas. Da, además, la impresión de que el Gobierno colombiano en alguna forma estaría coadyuvando la salida de Maduro. El comunicado de la Cancillería afirmando que lo publicado no corresponde a lo expresado por la ministra deja, sin embargo, interrogantes.

Maduro, por su parte, ha declarado a Jesucristo como “señor y dueño” de Venezuela. En tan solemne ocasión participaron pastores evangélicos, su esposa, así como el presidente de asuntos religiosos del partido, el diputado Nicolás Maduro Guerra, hijo del mandatario. Es decir, un evento casi familiar, transmitido por televisión a todo el país.

Al mismo tiempo, el embajador colombiano en la OEA, en una sesión del Consejo Permanente de la organización, censuró los bombardeos de Estados Unidos a las embarcaciones con cocaína en el Caribe y en el Pacífico, pero no se fue ‘lanza en ristre’ contra Estados Unidos.

Petro comenzó a actuar para tratar conseguir que él y su familia sean borrados de la funesta lista Clinton. Además, modificando sus posiciones anteriores, ha ordenado el bombardeo a las huestes de Iván Mordisco, independientemente de que en ellas se encuentren menores de edad.

Los grupos armados han multiplicado su reclutamiento, una atrocidad que hace recordar la estrategia de Hitler para la defensa de Berlín ante la entrada del ejército soviético; la utilización de niños convertidos en ‘bombas humanas’ por grupos terroristas en Medio Oriente, y la presencia de niños en primera línea armados solo de palos y cuchillos, en la guerra entre Irán e Irak.

Para no hablar de los sicarios que cotidianamente son utilizados en nuestro país, sea para cometer magnicidios o para ejecutar venganzas de carácter personal en los cuatro puntos cardinales.

Aunque las consagraciones de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús por Marroquín en 1902 y a la Virgen de Chiquinquirá por Suárez en 1919, no han servido hasta ahora para devolver la paz a nuestro país, de pronto la decisión de Maduro de declarar a Jesucristo como dueño y señor de Venezuela puede tener efecto.

De todas maneras, hay una cosa evidente: con el régimen actual de Venezuela, la paz en Colombia seguirá siendo una utopía.

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