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¡Alguien que pare a Yahir!

Yahir Acuña puede ser fácilmente el político revelación de 2014.

José Manuel Acevedo M., José Manuel Acevedo M.
22 de diciembre de 2014

Yahir Acuña puede ser fácilmente el político revelación de 2014. Contra todas las denuncias de portales como La Silla Vacía y la Misión de Observación Electoral, se hizo elegir representante a la Cámara por el departamento de Sucre y se convirtió en pieza clave de la campaña de reelección del presidente Santos. Figuras como el actual vicepresidente Vargas Lleras han compartido tarima con él y se dice que Aurelio Iragorri ha puesto en el ministerio del interior, y ahora en el de agricultura, algunas fichas cercanas al exitoso Yahir.

El joven Acuña no se conforma con un ‘no’ como respuesta y este año demostró tener otra de las virtudes de un buen político: la perseverancia. Nos ha querido convencer de que sus colegas María del Socorro Bustamante y Moisés Orozco son negros de verdad, verdad con el fin de quedarse con las curules de los afrocolombianos en el Congreso. Para demostrarlo ha recurrido a lo posible y lo imposible: presentó una tutela que perdió y luego resolvió tramitar una tutela contra la tutela que le resultó desfavorable. Él no se rinde y ahora cuenta en su causa con un extraño conjuez (por decir lo menos) que a punta de marrullas jurídicas quiere que Orozco y Bustamante vuelvan a tener asiento en el Capitolio.

Cuando todos creíamos que las curules afro ya estaban salvaguardadas, Acuña nos comprobó que en este país, que él y sus socios comienzan a dominar silenciosamente, puede ocurrir cualquier cosa. En el caso de las negritudes, el conjuez de que les habló, de nombre Diego León Villamarín, se las ha ingeniado para hacer de todo menos aplicar la ley. Convocó a una sala extraordinaria de conjueces para hablar de este caso a la que nunca llegó, notificó al presidente de la Cámara de Representantes de una decisión que jamás radicó en la Judicatura y, según comentan en los despachos judiciales, lleva perdido varios días en medio del escándalo y con una denuncia penal a cuestas por sus actuaciones.

Yahir, mientras tanto, hace lo suyo. Difunde por estos días vía chat un audio en el que la magistrada María Mercedes López le cuenta a algunos periodistas las pilatunas del conjuez aquel. Reparte la grabación, calificándola de ‘escandalosa’ para tratar de desprestigiar a López como si ella tuviera la culpa de decir la verdad.

Pero Acuña no se queda sólo con estos pleitos. Irá por más en el 2015. Le tiene el ojo puesto a 17 alcaldías de la costa, tiene al menos dos incondicionales suyos en la Universidad de Sucre que lo ayudan a controlar ese centro educativo y, si no es él, pondrá a su esposa en la Gobernación del departamento para asegurarse de que Sucre le pertenezca por completo.

Lo triste es que la gente lo ayudará. Votará cumplidamente por él y se olvidará de que en el pasado renunció a la Asamblea para irse a la Cámara y que más recientemente dejó botado su puesto en esa corporación para no inhabilitarse y poder completar sus planes. Sí. El pueblo sucreño apendejado tal vez por la danza de los billetes que llegan en tiempos electorales, le premiarán sus mañas. Al fin y al cabo, todos viven agradecidos con él, comenzando por el presidente Santos que convivió con Acuña dentro de sus filas en los tiempos aciagos de la embolatada reelección.

Mientras tanto, seguirán pendientes sus explicaciones sobre el entorno paramilitar que le rodea. No lo digo yo. Lo relata bien León Valencia en una columna escrita hace unos meses y publicada en la Revista Semana.

¡Alguien que pare a Yahir!, dicen algunos, más bien pocos, en un departamento que ya se acostumbró a su presencia. Ese es el joven revelación de la política en este 2014. Y así nos va…  

Twitter: @JoseMAcevedo

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