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Cristina Cabrales Columna Semana

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Amenaza nuclear en 2023

A raíz de la guerra de Rusia en Ucrania, el temor nuclear vuelve a ser protagonista en pleno siglo XXI. Es aquí donde el concepto de disuasión nuclear surge como una estrategia política y militar, que pretendía limitar las acciones no deseadas del enemigo a través de la amenaza de infligir un daño desproporcionado.

27 de enero de 2023

El padre del realismo político, Hans Morgenthau, advirtió del peligro de la aniquilación de la humanidad en la era nuclear. Afirmó que una guerra nuclear sería la guerra final, donde naciones enteras desaparecerían. Este temor estuvo presente durante la Guerra Fría, contexto en el que surgieron diferentes doctrinas que intentaban explicar y predecir las consecuencias de una guerra nuclear.

Una de ellas fue la mutual assured destruction, o destrucción mutua asegurada, que fue mencionada por primera vez por el secretario de Defensa del gobierno Kennedy, Robert McNamara, y luego desarrollada por teóricos como Donald Brennan. En dicha doctrina se plantea que el uso de armas nucleares tendría como resultado la aniquilación total de todas las partes involucradas en la disputa.

Es aquí donde el concepto de disuasión nuclear surge como una estrategia política y militar, que pretendía limitar las acciones no deseadas del enemigo a través de la amenaza de infligir un daño desproporcionado. Algunos analistas afirman que este principio ayudó a prevenir una confrontación directa entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

No obstante, con la publicación del libro On Thermonuclear War, de Herman Kahn, se esboza que una guerra nuclear puede ser posible. Kahn plantea diferentes escenarios en los que todos coinciden con la aniquilación de gran parte de la población mundial, una porción significativa del planeta quedaría inhabitable por miles de años debido a la contaminación causada por la radioactividad y los supervivientes de dicha guerra tendrían que verse enfrentados a hambrunas y enfermedades.

Además, muestra los límites de la teoría de la contención nuclear, ya que no tiene en cuenta los conflictos regionales que no confrontan directamente a las potencias nucleares, pero cuyos conflictos convencionales podrían escalar a una confrontación nuclear.

A raíz de la guerra de Rusia en Ucrania, el temor nuclear vuelve a ser protagonista en pleno siglo XXI. Debido a los reveses militares que tuvo el ejército ruso a finales del año pasado, el gobierno de Vladimir Putin incrementó el discurso de amenaza nuclear como una táctica para disuadir el apoyo de occidente a Ucrania.

Declaraciones como las del Ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, en las que advierte del riesgo de escalar a una guerra nuclear si Occidente sigue suministrando apoyo militar y logístico al ejército ucraniano, dan muestra del nerviosismo que tiene Moscú por una posible derrota en la guerra con el país vecino.

Ante esta situación, el gobierno de Estados Unidos ha reiterado el compromiso que adquirieron las potencias nucleares en dos declaraciones internacionales, una realizada por Joe Biden y Vladimir Putin en junio de 2021, y la otra por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en una reunión celebrada en enero de 2022.

En ambas declaraciones, las potencias nucleares afirman que una guerra nuclear no puede ser ganada y nunca debe ser luchada. Así mismo, Joe Biden advirtió que Rusia evade los compromisos adoptados en las Conferencias de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares(TNP), al hacer amenazas nucleares irresponsables.

Según la Federation of American Scientists, Rusia posee 5.977 ojivas nucleares; Estados Unidos tiene 5.428; China, 350; Francia, 290, y el Reino Unido, 225. Es decir, el 90 % del total de cabezas nucleares del mundo está en manos de Estados Unidos y Rusia, dos rivales históricos.

Putin, como buen exagente de la KGB, sabe que el miedo tiene un poder de manipulación significativo y por ello utiliza la amenaza nuclear como una poderosa arma de disuasión, pero al parecer no le está funcionando. El apoyo de Occidente a Ucrania sigue firme. El gobierno estadounidense acaba de anunciar el envío de 31 tanques M-1 Abrams y Alemania enviará 14 tanques Leopard 2, lo que daría un giro táctico positivo para Ucrania en esta guerra.

Putin se encuentra ante una gran encrucijada. El discurso de la disuasión nuclear como estrategia de miedo no está funcionando y, en caso de tomar la decisión irracional de iniciar una guerra nuclear, representaría su propia aniquilación. Esperemos que sea la diplomacia la que triunfe en esta guerra que ya ha costado miles de vidas inocentes.

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