Home

Opinión

Artículo

Pacho Santos Columna Semana

Opinión

Bichota, Milei y el antisemitismo

En esas estamos. Guerra en el Medio Oriente por causa de un grupo terrorista, guerra en Europa por cuenta de un seudonazi dictador –Putin– y marchas antisemitas en toda Europa y en Estados Unidos. ¿Les suena? El paralelo con la Europa de los años treinta es aterrador.

Francisco Santos
16 de diciembre de 2023

Ya pronto termina el año y mirando atrás estos son mis personajes que en 2023 tuvieron gran impacto. Obvio, no es un estudio, no son encuestas, ni mucho menos una decisión científica. Estas son las personas o los temas que marcaron el año por una razón u otra. Pero en especial, en mi caso, porque tocaron el alma, porque mostraron lo peor del alma o porque dieron esperanza al alma.

La Bichota o Karol G, sin duda, es el personaje del año. No solo por lo que ya representa en la música acá en nuestro país y en el mundo, que es de marca mayor, sino, y más importante aún, por lo que significa su mensaje, que toca en especial a millones de mujeres.

Hay que empezar por su apodo, la Bichota, que viene de big shot, esas palabras que se usan en Estados Unidos para significar un duro. Y sí, esa mujer, sin duda, es un big shot o, su traducción al paisa profundo, algo que no ha dejado y que es otra de sus características, la autenticidad, una bichota. Pero la manera y la razón por la que esta bichota utiliza ese término es mucho más importante que el término en sí, pues no es para darse la importancia que ya tiene, sino para algo que es mucho más relevante y de mayor efecto: usted como mujer puede y debe considerarse una bichota.

Sus canciones, sus comentarios y su misma banda forman parte de ese mensaje de comodidad con el cuerpo, con la personalidad, con la femineidad y con el éxito. En un mundo donde la perfección lo es todo, en especial la perfección corporal, Karol G manda un mensaje de “fresssscaaaaaaaa, no se preocupe, no se angustie, su cuerpo es su cuerpo y lo importante es todo lo demás”. Tiene ese toque de poder de la mujer –que todos los hombres sentimos, sobre todo yo, que llevo casado 37 años– que es una realidad que muchas veces se desconoce o se minimiza. Y además la frescura con que les dice a las mujeres que manden a la mierda a esos hombres culos o cachondos o infieles es refrescante. Ah, y para terminar, la Bichota, en un mensaje de empoderamiento, deja claro que todos podemos soñar y ser bichotas.

Javier Milei, el presidente de Argentina, es otro personaje del año. Su mensaje de libertad es algo que esta región necesitaba. Con el auge populista que quebró países tan ricos como Venezuela y Argentina, donde se trató de crear un ciudadano dependiente del subsidio del Estado, el mensaje de libertad de Milei caló hasta los huesos no solo en su país, sino en toda la región. Ser de derecha, la izquierda lo había convertido en un estigma que Milei destruyó. Y si la recuperación económica de Argentina, dolorosa, pues el desastre económico que heredó del kirchnerismo es brutal, se da con su mensaje de austeridad, de buen gobierno y de libertad para el ciudadano y las empresas para crear riqueza, su impacto va a ser generacional.

Apenas comienza el gobierno y falta ver cómo reacciona esa izquierda saboteadora que con Rusia, Cuba y Venezuela como instigadores buscarán a como dé lugar destruir un posible éxito de Milei. Pero su mensaje liberal y de libertad crea un viento de frescura política necesaria en la región. La verdad es que los Lulas, los Petros y los Ortegas de la región nos tienen mamados y ya era hora de que saliera un contrapeso que después de Álvaro Uribe la región necesitaba. A los argentinos, mis respetos, pues tuvieron el coraje y la valentía para darles ese mensaje a los pueblos del continente. Ojalá pueblos sumisos como el cubano escucharan este mensaje.

Finalmente, el otro personaje del año es el antisemitismo que se ha visto en el mundo a partir de la masacre y el secuestro de civiles por parte de Hamás en Israel el pasado 7 de octubre y que personajes como Gustavo Petro despliegan con orgullo. Las manifestaciones en Europa, en Estados Unidos y de menor tamaño en nuestra región muestran un sentimiento que más se parece al nazismo de los años treinta que al supuesto mundo moderno del siglo XXI. Tal y como lo hicieron los nazis para justificar su holocausto, convirtieron en victimarios a los judíos y luego los volvieron víctimas. Acá los judíos fueron víctimas de ese horror de Hamás que el mundo no había visto nunca casi en vivo y en directo, y cómo reaccionan militarmente frente a un grupo terrorista que se escuda entre los civiles, que los utiliza y que no le importa la vida de estos, ahora los vuelven victimarios.

Escuchar en las grandes universidades americanas ese discurso antisemita y genocida, y ver a las presidentas de MIT, Harvard y Penn volver ese discurso un tema de contexto cuando es blanco o negro, muestra cómo el mundo hoy –con la promoción de los claustros universitarios y de esa ideología progresista– alimenta un alma antisemita tal y como sucedió en Alemania en los años veinte y treinta.

Que una democracia, víctima del horror que vivió, ahora sea convertida en victimario, muestra cómo es de fácil que el mundo, o por lo menos un sector fundamental, caiga en esa propaganda. ¡Qué susto! No olvidemos, ese es el instrumento que las dictaduras utilizan para promover sus intereses, que en el caso de Ucrania hoy o de la Alemania nazi hace un siglo llevaron a una guerra mundial o a una guerra en Europa.

En esas estamos. Guerra en el Medio Oriente por causa de un grupo terrorista, guerra en Europa por cuenta de un seudonazi dictador –Putin– y marchas antisemitas en toda Europa y en Estados Unidos. ¿Les suena? El paralelo con la Europa de los años treinta es aterrador. Y con redes sociales que solo incendian.

Feliz Navidad y feliz año, así sea en este triste panorama.

Noticias Destacadas