Covid-19 y desempeño estatal

¿Cómo medir la efectividad de los Gobiernos del mundo en contener la expansión y letalidad de la pandemia de covid-19 en sus países? La pregunta es importante porque de la respuesta que se le dé dependerá la evaluación de los políticos que debieron lidiar con el mayor desafío de salud pública del último siglo. Para poder responder a esa pregunta, primero hay que definir cuáles son las variables que permiten construir un indicador del desempeño de los Estados frente al virus.

Una primera variable (C) es el número de contagiados por cada millón de habitantes. Esta cifra permite medir la capacidad estatal para mantener el distanciamiento social, así como la disciplina de la población para acatar las medidas de bioseguridad. Un índice de rigurosidad de las medidas tomadas por cada país para controlar el contagio se puede consultar aquí.

(Es necesario expresar todas las variables como una proporción de la población, pues las magnitudes absolutas no son comparables entre países. Decir, por ejemplo, que hoy Colombia es el octavo país con más contagiados en el mundo no nos dice mayor cosa sobre el desempeño de su Gobierno, si no tenemos en cuenta que también es el vigésimo noveno país más poblado del mundo).

Una segunda variable (CA), más idónea para medir la capacidad del sistema de salud frente al virus, es el número de casos activos, que equivale a la cantidad de contagiados (C) menos la cantidad de muertos (M) y recuperados (R). En suma: CA = C − (M+R).

Una tercera variable es la cantidad de muertos (M) debida al covid-19 por millón de habitantes, esto es, la letalidad del virus por país. Sin embargo, esta variable hay que ponderarla con cuidado porque, además de medir la capacidad del sistema de salud (cobertura, calidad, personal profesional y unidades UCI disponibles, entre otros parámetros relevantes), viene determinada por condiciones exógenas tan diversas como la edad promedio de la población, sus antecedentes de morbilidad respiratoria (la cual explica en buena medida la alta letalidad italiana en los inicios de la pandemia) e incluso la prevalencia de población femenina o menor índice de masculinidad, ya que las mujeres tienen un mejor sistema inmunológico.

Una cuarta variable importante, porque influye en la magnitud de todas las anteriores, es el número de pruebas de covid-19 practicadas por cada millón de habitantes. En efecto, cuanto menor es la capacidad de testeo, menor será la de detección tanto de contagiados como de muertos y de recuperados por el virus en un país.

La agregación de tres de las cuatro variables anteriores nos permite construir un indicador más completo del desempeño estatal (DE) frente a la pandemia, que puede expresarse mediante la siguiente ecuación:

En esta ecuación, todos los valores vienen ajustados por el tamaño de la población para hacerlos comparables entre países. El numerador lo conforman la sumatoria de dos variables cuyo aumento de magnitud indica un peor desempeño (a mayor cantidad de muertos por el virus y casos activos, entendemos que el Gobierno ha sido menos efectivo). El denominador lo constituye la cantidad de pruebas practicadas, cuyo crecimiento y mayor cantidad representa un éxito del Estado.

Con base en este indicador (donde el desempeño estatal es mejor a medida que se acerca a cero), el ranking de los peores 45 países (entre 189 evaluados) en el manejo de covid-19, hasta el 12 de agosto pasado, sería el siguiente:

Tabla 1. Ranking de los países con peor desempeño estatal frente al covid-19

Fuente: elaboración propia con datos de https://www.worldometers.info/coronavirus/ (con fecha de corte del 12 de agosto de 2020). Todos los valores que corresponden a cantidad de personas están ajustados por millón de habitantes.

Ahora bien, el modelo arriba propuesto no aspira a ser exhaustivo respecto de todos los factores que determinan el desempeño de un Estado frente al covid-19. Desde luego que hay otras variables que pueden tener incidencia y se quedaron por fuera de nuestro análisis, como por ejemplo la situación geográfica del país. Es más probable que los territorios insulares poco poblados, como Australia e Islandia, logren controlar mejor la pandemia gracias a las facilidades para aislarse y bloquear el flujo externo de contagios.

Otra variable importante es la calidad de la información estadística disponible, la cual a su vez está correlacionada con el tipo de gobierno: es de esperarse que los datos disponibles sean más fiables en las democracias que en las autocracias, donde el régimen tiende a esconder o disfrazar las cifras como estrategia típica de propaganda, debido a la ausencia de controles sobre la transparencia del Gobierno. Por esa razón, en Latinoamérica, los datos que ofrecen dictaduras ya consolidadas como Cuba, Nicaragua y Venezuela son altamente sospechosos.

También es importante mencionar que el índice aquí presentado es de desempeño estatal frente a la expansión y letalidad del covid-19, y no sobre todos los efectos de la pandemia en general. Nuestro indicador no tiene en cuenta los efectos económicos de la crisis, como por ejemplo su impacto negativo sobre el PIB y el desempleo. Por esa razón, algunos países que han privilegiado proteger su economía sobre controlar la expansión del virus (como Estados Unidos) pueden verse peor calificados en un índice que, como el nuestro, no considera variables económicas.

Además, los países que tienen mayor disponibilidad de pruebas porque las fabrican (como Estados Unidos, China y Alemania) se ven favorecidos por el índice, pues pueden practicarlas masivamente con facilidad, mientras que los que deben importarlas, como Colombia y la mayoría de países latinoamericanos, se ven perjudicados en este indicador.

Incluso variables a primera vista irrelevantes pueden terminar impactando significativamente el manejo de la crisis. Dos hipótesis para explicar el contagio desbocado en Perú han sido la ausencia de neveras en la mayoría de hogares como consecuencia de la cultura de comprar comida fresca, así como la informalidad laboral, variables que habrían impedido que las medidas de distanciamiento social sean acatadas por la población.

Ahora bien, si se analizan separadamente las tres variables de nuestra fórmula, el ranking de los países también cambia, como se observa en la siguiente tabla:

Tabla 2. Ranking de los países con peor desempeño estatal frente al covid-19, desagregado por muertes, casos activos y pruebas practicadas

Fuente: elaboración propia con datos de https://www.worldometers.info/coronavirus/ (con fecha de corte del 12 de agosto de 2020). Todos los valores que corresponden a cantidad de personas están ajustados por millón de habitantes.

En el indicador de letalidad por millón de habitantes Colombia ocupa el lugar 19 de los peores en el mundo, entre 189 considerados. En América, han tenido una peor letalidad que nosotros Bolivia (15), Ecuador (14), Panamá (12), México (10), Brasil (8), EE. UU. (7), Chile (6) y Perú (4). Eso nos muestra que, en el contexto de Latinoamérica (caracterizado por sistemas de salud débiles comparados con los del Primer Mundo), Colombia lo ha hecho relativamente bien.

En cantidad de casos activos por millón de habitantes, Colombia se ubica en el lugar 11 de entre los peores, superado en los malos resultados en América continental por Brasil (10), Perú (9), Honduras (8), Bolivia (4), Panamá (3) y Estados Unidos (1).

El indicador en el que mejor le va a Colombia es en tests de covid-19. En cantidad absoluta de pruebas practicadas en Latinoamérica, solo Perú y Brasil superan a Colombia (a pesar de que Perú combina pruebas rápidas con PCR, que son las más fiables). Sin embargo, en número de pruebas practicadas por millón de habitantes, Colombia ocupa el lugar 95 en el mundo (de peor a mejor entre 189). En Latinoamérica, nos ganan en ese indicador Uruguay (96), El Salvador (104), Venezuela (118, sospechoso por ser dictadura), Panamá (120), Brasil (125), Perú (137), Chile (147) y Guyana Francesa (161). Estados Unidos es el país 18 en el mundo con más pruebas por millón de habitantes, lo cual explica que su puntaje mejore en nuestro índice (posición 43 entre los peores), a pesar de ser el octavo con más contagios y el décimo con más muertes por millón de habitantes.

Hay que precisar que varios países fueron excluidos de la muestra analizada debido a la ausencia de datos suficientes para hacer el análisis o a la baja calidad de la información disponible en la base de datos utilizada como fuente. Reino Unido, España, Suecia y Holanda fueron excluidos por no haber datos sobre el número acumulado de recuperados ni sobre casos activos. Yemen y Sudán fueron sacados porque la cantidad de contagiados era mayor que la de pruebas realizadas, lo que resulta anómalo.

Para terminar, el desempeño de Colombia tiene más sentido compararlo con un subconjunto más similar de países, como los latinoamericanos. Se trata de países que comparten características negativas como la debilidad estatal (que se traduce en una menor calidad del sistema de salud y una menor capacidad de practicar pruebas), así como la informalidad laboral y una cultura con menor disciplina social, las cuales reducen la efectividad de las cuarentenas. En ese contexto, Colombia figura en la posición número siete de peor desempeño entre 16 países. (Nicaragua, Venezuela y Cuba fueron excluidos de la comparación por tener dictaduras y, por ende, datos poco confiables).

Tabla 3. Ranking de los países latinoamericanos con peor desempeño estatal frente al covid-19

Fuente: elaboración propia con datos de https://www.worldometers.info/coronavirus/ (con fecha de corte del 12 de agosto de 2020). Todos los valores que corresponden a cantidad de personas están ajustados por millón de habitantes.

Para ser justos, a los países hay que evaluarlos también en función de los recursos de los que disponen para reaccionar frente a la crisis, pues la capacidad presupuestal es un factor decisivo. También es importante decir que el balance aquí presentado solo cubre hasta el 12 de agosto pasado, es decir, apenas una parte de la línea histórica de defensa de los países contra el covid-19. En este momento, Colombia atraviesa una de las etapas más críticas o de “pico” de la crisis con los contagios disparados. Etapa que algunos países de Europa y Asia ya superaron y a la cual otra parte del resto del mundo aún no ha llegado. Por esa razón, la posición de Colombia podría mejorar con el paso del tiempo, cuando haya atravesado el pico y mejoren sus cifras respecto de los demás países que habrán entrado en él.

Cabe precisar, finalmente, que otro límite de nuestro índice es que no registra la dinámica de la pandemia respecto de la capacidad hospitalaria. En esa medida, varios países podrían tener indicadores de desempeño (DE) próximos, sin importar que algunos enfrentaron picos con colapso total del sistema de salud (en escenarios apocalípticos con muertos en la calle y cementerios desbordados al estilo italiano, español, ecuatoriano y noeyorquino); mientras que otros, como Colombia, le dieron un manejo más controlado a la disponibilidad hospitalaria, sin que ese mejor desempeño se vea recompensado por el índice. Por esa razón, Colombia puede tener hoy el mismo número de contagios y muertes que otros países, pero llegó a ese resultado con una curva convexa que subía despacio, evitando el sufrimiento de los países que subieron aceleradamente al principio, llegaron a un tope y luego bajaron.

José Fernando Flórez Ruiz (Ph. D.)

@florezjose