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JUAN MANUEL CHARRY

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Doble vuelta para la alcaldía

El sistema de mayoría calificada o doble vuelta, intenta candidatos de mayor representatividad o la posibilidad de alianzas con distintas fuerzas.

25 de octubre de 2023

Uno de los aspectos que incide en forma más determinante en la actividad política es el régimen electoral. Las fuerzas partidistas y los líderes se organizan según la forma y términos de los comicios.

Las elecciones uninominales de mayoría simple, casi siempre, eligen con una cifra cercana a la tercera parte de los votos, por lo cual algunos consideran que la legitimidad del elegido puede resultar precaria, más aún, cuando son muchos candidatos y la mayoría resultante es sustancialmente inferior y apretada con los contendores.

El Constituyente de 1991, para las elecciones presidenciales, optó por un sistema de mayoría absoluta o doble vuelta, que implica una mayor legitimidad del elegido o la posibilidad de un multipartidismo de alianzas; para las corporaciones públicas optó por un régimen de representación proporcional que suele promover un multipartidismo independiente.

En 2019, Claudia López fue elegida alcaldesa de Bogotá con el 35,21% de los votos, seguida por Carlos Fernando Galán con el 32,48. En 2015, Enrique Peñalosa obtuvo el 33,18%, seguido de Rafael Pardo con 28,52%. En 2011, Gustavo Petro obtuvo el 33,36%, seguido de Enrique Peñalosa con el 25,86%.

Si bien es cierto que los resultados electorales en Bogotá obedecían a mayorías simples cercanas a una tercera parte de los votos, el constituyente secundario, mediante el Acto Legislativo 3 de 2019, para las elecciones del próximo 29 de octubre y posteriores, introdujo el sistema de doble vuelta o mayoría del 40% de los votos y diferencia del 10% con el segundo resultado, como se estableció en Argentina para las elecciones presidenciales. Así las cosas, se busca una mayor legitimidad del elegido o la posibilidad de que partidos minoritarios tengan mayor incidencia en la segunda vuelta.

Según el Centro Nacional de Consultoría, a 20 de octubre, la intención de voto para la Alcaldía de Bogotá, sería: Carlos Fernando Galán 37%, Gustavo Bolívar 22%, Juan Daniel Oviedo 17%, Diego Andrés Molano 5%, Rodrigo Lara 5%, y otros con menores porcentajes.

Así las cosas, no habría mayoría del 40% y se debería realizar una segunda elección en tres semanas, con los dos candidatos de mayor votación, permitiendo a las demás fuerzas políticas hacer alianzas.

La fórmula Galán-Oviedo sería sencilla y ampliamente triunfadora. La formula Bolívar-Oviedo requeriría de uno o varios minoritarios (Lara-Robledo) para tener buenas probabilidades. Lo cierto es que el sistema de mayoría calificada o doble vuelta intenta candidatos de mayor representatividad o la posibilidad de alianzas con distintas fuerzas. No se olvide que el electorado no es manso ni dócil, percibe componendas de ocasión y castiga con rigor.

La ciudad capital requiere de políticas definidas y consistentes en el largo plazo, alcaldes ampliamente mayoritarios o producto de alianzas duraderas que garanticen el buen desarrollo de la urbe. Las buenas épocas de los alcaldes Castro, Mockus y Peñalosa mostraron el camino de las políticas sucesivas y coherentes.

Cita de la semana: “Al no haber podido lo que querían, han fingido querer lo que podían”, Michel de Montaigne.

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