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El llanto de San Valentín por las flores colombianas

En Colombia es ‘malo porque bogas y malo porque no bogas’, malo porque previenes y malo porque no previenes.

16 de febrero de 2015

El país está polarizado entorno a los anuncios que ha hecho el IDEAM desde mediados del año pasado en referencia a la posible ocurrencia del fenómeno de El Niño. Unos dicen que está bien que se haya anunciado para que las comunidades se preparen, otros afirman que el IDEAM hace anuncios equivocados que generan confusión. 

Estas críticas no pasarían de ser simplemente el tema de una conversación cuando ‘no hay tema’, de no haber sido hechas por un presidente gremial como Augusto Solano, presidente de Asocolflores.

Es pertinente poner en contexto al país sobre la manera como se declara oficialmente un fenómeno de El Niño. La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), monitorea la cuenca del Pacífico y sus temperaturas cambiantes que dan origen a los fenómenos de variabilidad climática como El Niño y La Niña. Este instituto científico ofrece los insumos para que su símil en Colombia, el IDEAM, enuncie al país la situación del clima.

Solo se declara un fenómeno de estos al transcurrir cinco meses consecutivos en los cuales la NOAA registra una anomalía de calentamiento, El Niño, o de enfriamiento, La Niña, antes de cumplido ese término, se habla de una “posible ocurrencia” para que, se adopten medidas y se tomen decisiones adecuadas, para evitar, la pérdida de vidas y de recursos económicos.

Durante el segundo semestre del 2014, el IDEAM anunció en repetidas ocasiones por todos los medios de comunicación, la ‘posible ocurrencia de un fenómeno El Niño’, habría sido casi un crimen no haberlo hecho si recordamos que el pasado fenómeno La Niña dejó afectadas más de 3,3 millones de personas, 1.4 millones de hectáreas, 448 colombianos dejaron de existir y 73 más se encuentran aún desaparecidos; además, las pérdidas económicas han sido estimadas en 26 billones de pesos según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, (CEPAL).

Gracias a dios esta vez el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), aprendió la lección y ha hecho los anuncios con suficiente tiempo de antelación para que Colombia se prepare para un Niño débil, ¡ojo!, débil, pero sobre todo para que se tomen las decisiones más acertadas. 

Sin embargo, San Valentín lloró por las flores colombianas y en un sorprendente anuncio, Augusto Solano, presidente de Asocolflores, salió ante los medios de comunicación en un despliegue pasmoso de contradicciones a asegurar que los “floricultores perdieron el 20 por ciento de su cultivo”, adjudicando la culpa al IDEAM por advertir al país de la probabilidad de un fenómeno El Niño, que aún se encuentra en gestación.

Solano sin duda pretende endosar responsabilidades propias a sujetos ajenos y al parecer encontró quién le hiciera el eco o el ‘mandado’, sin tomarse la molestia de indagar más allá de una declaración del presidente gremial. En el mes de septiembre, como producto de uno de los anuncios de las agencias meteorológicas internacionales como la NOAA, el director del IDEAM anunció al país la posible ocurrencia de un Niño Débil, los floricultores calcularon con ese anuncio dos variables:

La primera: calcularon una determinada cantidad de días de sol entre la siembra y el corte de la flor, basados en el anuncio de la probable ocurrencia de un Niño, olvidando que se anunció desde hace meses que de presentarse este fenómeno, sería de características débiles; por tanto no obtuvieron tantos días de sol como pretendían y ahora quieren achacar la responsabilidad en el IDEAM y seguramente también en la NOAA.

Lo anterior generó una obvia consecuencia, al no obtener tantos días de sol como esperaban, las flores no abrieron el día indicado en el que esperaban para enviarlas a EE.UU y ser comercializadas en día de San Valentín. Esto indica claramente una ineludible conclusión, el sector floricultor evita el gasto que representa incluir las variables climáticas que prevendrían amenazas a la planificación de producción de su negocio.

El segundo factor variable de negocio que no calcularon bien, según asegura un empresario exportador, y por lo cual andan buscando culpables fuera, cuando los tienen en la casa, fue la reserva cambiaria que tomaron los floricultores agremiados en Asocolflores, para el pago de las ventas que se realizan año tras año en la fecha de los enamorados en Norte América. 

Muchos de ellos estimaron una reserva cambiaria con un techo de 2.100 pesos por dólar, sin prever que la moneda norteamericana a la fecha se encuentra en más de 2.400 pesos; lo que efectivamente tiene que hacer crujir dientes al saber que dejaron de ganar más o menos 300 pesos por cada dólar vendido, unas cifras nada despreciables, teniendo en cuenta que las ventas en San Valentín representan entre el 12 por ciento y el 15 por ciento del mercado anual del sector.

En esa búsqueda de responsables, ¿será el IDEAM el culpable por hacer los anuncios de la ‘posible ocurrencia de un Niño Débil”; o serán los mismos floricultores por no tomar las decisiones acertadas en su ejercicio de negocio?

Faltaría más que resultara ser que el IDEAM o la NOAA, fueran culpables de que no se hayan presentado tantos días de sol como los floricultores deseaban. Resulta casi perverso pensar que habría sido mejor que no se hubieran presentado lluvias en el país, sino un Niño Moderado o Fuerte, para que los floricultores y San Valentín no lloraran tanto por las flores colombianas el 14 de febrero, en detrimento de las condiciones de vida del resto de colombianos y sectores productivos.

“Si la NOAA advierte de la posible ocurrencia de un huracán, la gente se encierra y se protege, si no se presenta, ¿usted cree que alguien sale a decir que la NOAA es un instituto científico irresponsable?” declaró el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo López, a Blu Verde de Blu Radio, en días pasados a propósito de la queja de los floricultores a través de su presidente Augusto Solano.

Resulta impensable que alguien se pueda olvidar que la falta de prevención en Colombia costó dos puntos del PIB representados en 26 billones de pesos hace apenas cuatro años. También resulta impensable que alguien se pueda quejar porque en esta oportunidad, a diferencia de hace cuatro años, sí se hayan hecho los anuncios suficientes y necesarios para que se adopte una cultura de la prevención que salva vidas y billones de pesos en recursos económicos, pero así es, en Colombia es ‘malo porque bogas y malo porque no bogas’, malo porque previenes y malo porque no previenes.

*Director de Blu Verde – Blu Radio