Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

Fajardo en su laberinto

Sergio Fajardo aparece como cabeza visible de una coalición cuya disparidad ideológica, contradicciones programáticas y débil representación política, lo hacen inviable como candidato presidencial.

Miguel Ceballos Arévalo, Miguel Ceballos Arévalo
15 de diciembre de 2017

Lo que inicialmente pintaba ser el ‘trío maravilla’ de la política colombiana, es decir, Sergio Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo, terminó en la proclamación del primero como candidato presidencial de una coalición que nace con pocas probabilidades de tener una representación política significativa en el próximo Congreso de la República, y que adolece de coherencia programática por cuenta de las grandes diferencias ideológicas que existen entre las personas y partidos que la conforman.

Sergio Fajardo presentó su candidatura por firmas, lo cual implica que aun no cuenta con un partido político con personería jurídica, por esa razón no pudo inscribir listas de candidatos a Senado y Cámara para las elecciones de marzo de 2018. En este escenario dependerá totalmente del Polo Democrático liderado por el senador Robledo, y de la Alianza Verde representada por Claudia López, para poder contar con representación política en el Congreso. Es aquí donde comienzan los líos para el candidato paisa, pues actualmente el Polo solo cuenta con 5 senadores y 3 representantes a la Cámara, mientras que por el lado de los verdes hay 5 senadores y 6 representantes a la Cámara.  

El primer desafío del Polo y la Alianza Verde será mantener su personería jurídica, para lo cual tendrán que superar el umbral del 3 por ciento de la votación total para el Senado de la República, que según las proyecciones más optimistas no superará los 14 millones de votos, por lo cual dicho umbral rondará los 420.000 votos. Si el Polo y la Alianza Verde conservaran la misma votación que obtuvieron en 2014, es decir 540.709 y 567.102 votos respectivamente, alcanzarían el umbral, pero seguirían teniendo un bajo número de congresistas. Aun si fueran exitosos en duplicar su votación, unidos no llegarían a tener una mayoría significativa y decisoria en el Congreso, pues estaríamos hablando de no más de 20 senadores sumados los dos partidos y cerca de 18 representantes a la Cámara.

Si por el lado de la representación política el panorama se ve difícil, imagínense ustedes el costo que tendrá para Fajardo estar en la misma foto y en la misma tarima con Iván Cepeda, quien es el segundo renglón de Jorge Robledo en la lista para el Senado. En contraste con Robledo, un respetado líder de la izquierda democrática, Cepeda representa hoy  la facción de izquierda radical del Polo, no ocultando su gran cercanía con las Farc, con cuyos líderes actuó de la mano tanto en las negociaciones de La Habana, como en el proceso legislativo a través del cual se aprobaron varias reformas legales y constitucionales a la medida de la guerrilla, que en buena hora vienen siendo corregidas e incluso eliminadas por la Corte Constitucional y por el propio Congreso.  

Basta recordar el cuestionado episodio en el cual Iván Cepeda llamó al líder de las Farc, Iván Márquez, en pleno debate en el Congreso, para consultarlo y advertirlo sobre una iniciativa que condicionaba la participación política de las Farc a su paso por la JEP,  la cual había sido presentada por el representante Carlos Fernando Galán,(http://www.noticiasrcn.com/nacional-politica/polemica-llamada-ivan-marquez-medio-del-debate-el-congreso-creacion-del-partido) o el extraño episodio relacionado con un mensaje que el senador Cepeda publicó en su cuenta de Twitter, y que posteriormente borró argumentando haberse “confundido”, en el cual textualmente decía: “SOS por la tregua: alertamos a nuestras fuerzas guerrilleras de todo el país sobre la grave situación”, seguido de un enlace que remitía a la web de las Farc. http://caracol.com.co/radio/2015/01/29/nacional/1422534300_609808.html

En cuanto a Claudia López, quien ya no competirá por una curul en el Senado y quien al menos por ahora no parece ser la fórmula vicepresidencial de Fajardo,  parece haber perdido su relevancia política, después de un gran desgaste en su imagen pública como consecuencia de su tono agresivo y altisonante, el cual le costó 5 rectificaciones ordenadas por autoridades judiciales. Difícil entonces para Fajardo esta otra foto con alguien que en su momento pudo ser una fuerte contendora, pero que hoy se ve desdibujada después de cometer la imprudencia de anunciar vía Twitter el fin de la Coalición, sin haber enterado primero al propio Fajardo.

Finalmente, muy complicada será la foto ideológica con Robledo pues mientras el senador defiende una agenda que se opone a los tratados de libre comercio y privilegia la protección a los trabajadores y a los pensionados, Fajardo defiende ideas propias del liberalismo económico, más cercanas al fortalecimiento empresarial y a la no intervención estatal.

Complejo laberinto político en el cual ha entrado Sergio Fajardo, pues serán sus propios compañeros de coalición quienes terminen minando su credibilidad y coherencia programática.

Noticias Destacadas