Home

Opinión

Artículo

OPINIÓN

De la Calle se los tiró

El Presidente de la República tiene, en todo caso, la potestad de negar una solicitud de extradición. Dependiendo de quién salga elegido, existen tres posibilidades: concederla sin dilación, negarla o negociarla.

Poly Martínez, Poly Martínez
1 de mayo de 2018

Si hay algo que a estas alturas de las encuestas no se le puede alegar a Humberto de la Calle es que con movidas mediáticas –las que sean- va a dar un salto cuántico para quedarse con el primer puesto en las encuestas electorales o pelearse uno de los dos cupos a la final de la elección presidencial.

Entonces, ¿por qué tanta molestia con lo que dijo? Porque tiene razón en eso de que cada uno (candidatos, partidos, gobierno, autoridades, líderes de la Farc y etc), a su manera y según sus intereses, ha contribuido a quitarle piso a los acuerdos o ha entorpecido su implementación por acción, omisión o corrupción. De eso no se salva prácticamente ninguno. Por eso es que el tema sigue sobre la mesa y el Acuerdo sirve de munición para la guerra electoral.

Y es por todo eso que en vez de analizar el nuevo escenario que se presenta, donde ya el de Santrich no sería un caso aislado y eventualmente podría solicitarse la extradición de otros líderes de la Farc, específicamente de Iván Márquez, una de las figuras con mayor peso dentro de esa organización, lo candidatos prefieren descalificar hoy la propuesta de De la Calle: antes de dar el visto bueno al pedido de extradición, como ha sido la forma y trámite con los narcotraficantes colombianos, las autoridades deben valorar las pruebas aportadas y mirar el fondo del asunto. Si el resultado es que hay sustento suficiente, se debe avanzar con la aplicación del Acuerdo y extraditar a quien corresponda.

Como país de abogados que es este, los expertos se fueron por las ramas del Código de Procedimiento Penal y lo difícil que sería su eventual modificación a través de una ley por parte del nuevo Congreso. En realidad, más que un tema de procedimiento sería de falta de voluntad política, que en otros casos sí se ha dado para cambiar artículitos. Aquí nadie está planteando acabar con la extradición o que no aplique para miembros de la Farc. Lo que De la Calle señala –de forma un poco exagerada, vehemente y mediática, también es cierto- es que, vistas las implicaciones, es mejor mirar caso por caso, un poco más a fondo y con calma, sin la presión e interés electoral.  

Lo dice ahora, efectivamente de forma extemporánea, precisamente porque antes semejante escenario no había sucedido. Pero este es el país de la Ley de Murphy y no sobraría darle vuelta a lo que está señalando el candidato del Partido Liberal: hay que pararle bolas al futuro del Acuerdo, su efectiva implementación, la respuesta a las víctimas y el cumplimiento de contar con verdad y reparación. Ahí nos jugamos el futuro.

El Presidente de la República tiene, en todo caso, la potestad de negar una solicitud de extradición. Dependiendo de quién salga elegido, existen tres posibilidades: concederla sin dilación, negarla o negociarla. Cualquier respuesta tiene consecuencias en el contexto de los Acuerdos de paz y afectará su gobernabilidad. ¿Qué va a hacer, a la hora de la verdad y no de campaña, el nuevo presidente? ¿Cómo va a blindar la decisión que tome para contar con el respaldo de las diferentes fuerzas políticas y de la sociedad civil?

No entiendo por qué la ofensa ante la recomendación de que se definan los casos de extradición a partir de la claridad y fundamento que presenten las pruebas, sobre un real sustento de incumplimiento de los acuerdos; no tomar el tema a la ligera. Y seguramente De la Calle lo dice con la tranquilidad de saber que ese chicharrón de la extradición de líderes de la Farc no va a estar en sus manos.

Noticias Destacadas