
Opinión
Las pensiones en el aire
No cabe duda de que las aerolíneas son vitales para varios sectores económicos del país, pero las instituciones del Estado no están cuidando a los empleados aeroportuarios.
Por décadas, Colombia ha sido una potencia regional en aviación por su privilegiada ubicación geográfica. Gracias a esto se ha convertido en columna vertebral de la economía, conectividad y cohesión territorial. Volar no es un lujo, es una necesidad. Pero hoy el país enfrenta un momento crítico. La sostenibilidad de las jubilaciones del sector está en juego y, con ellas, gran parte del desarrollo que impulsa la aviación.
A pesar de los logros que hemos tenido en los últimos años, se esconde una fragilidad que no puede ignorarse. Desde la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac) hemos alertado sobre un riesgo sistémico creciente.
La acumulación de deudas pensionales de empresas de aviación sin control y sin sanción por parte del Estado. Hablamos de al menos 17 compañías que hoy llegan a tener una deuda cercana a los 113 mil millones de pesos. Mientras existen empresas como Avianca y Tampa que —teniendo el mayor pasivo pensional del sector— pagaron, garantizando así el derecho a la seguridad social de sus trabajadores, otras compañías como Vertical de Aviación, Líneas Aéreas Suramericanas, entre otras, se convierten en deudoras morosas de los derechos de sus trabajadores, información reportada por Caxdac en su página web (’Informe de gestión de la presidencia y la junta directiva de Caxdac 2025′, numeral 4.6.1. empresas deudoras).
En el entramado de la evasión laboral, empresas como Latam (antes Aires) han optado por una estrategia más ‘rentable’: dilatar y eludir el pago de las obligaciones, enfrentar demandas para cobro de la caja de aviadores civiles Caxdac, antes que cumplir con el pago legítimo de las pensiones de quienes sirvieron mediante su fuerza laboral al servicio de la compañía. Este es el caso de un piloto que, por más de veinte años, sirvió a la aviación comercial entregando su vida laboral a Aires, posteriormente Latam. Cumplió con todos los requisitos legales para el régimen de transición pensional amparado por el Acto Legislativo 001 de 2005; sin embargo, la Superintendencia de Transporte, bajo una interpretación cuestionada, lo excluyó de los pasivos pensionales de la aerolínea, tal y como lo refleja el siguiente documento:
Esa decisión de la Superintendencia de Transporte redujo artificialmente la deuda de Latam (antes Aires) y permitió que la empresa obtuviera un paz y salvo de Caxdac, basado en información incompleta. Años después, se comprobó que el capitán no había sido pagado a la administradora, lo que desconoce lo dispuesto en el Decreto 1283 de 1994, que obliga a las aerolíneas a cubrir las obligaciones pensionales pagando íntegramente lo adeudado por cada aviador. Esto lo demuestran los documentos obtenidos:
El paz y salvo otorgado por Caxdac a Latam (antes Aires) resultó incompleto, lo que obligó en 2019 a exigir un ajuste a la aerolínea. Pese a las reclamaciones, Latam (antes Aires) se negó a pagar, escudándose en un documento irregular. Lo que debería ser una obligación pensional clara y exigible por ley terminó enredada en los estrados judiciales.
Hoy la deuda supera los 19 mil millones de pesos, una cifra que se ha convertido en emblema del abuso empresarial y la complacencia estatal, permitiendo evadir responsabilidades con quienes dedicaron su vida a la aviación, según consta en los archivos revisados:
Actualmente, cursa proceso judicial de la administradora para recuperar lo adeudado por la empresa de aviación, exponiendo cómo la autoridad de control terminó favoreciendo a la aerolínea, dejando en vilo la pensión de un piloto que entregó su vida laboral a la compañía. El impacto colateral de la mora es el estrangulamiento financiero al fondo de pensiones de muchos pilotos (Caxdac), una entidad que garantiza el sustento y la tranquilidad de más de mil afiliados y pensionados del sector aéreo colombiano.
La aviación colombiana es mucho más que aviones y aeropuertos. Es acción colectiva para la existencia de justicia social, que se mide en la forma en la que cuidamos a quienes dieron todo desde los cielos por la construcción del país.