OPINIÓN

Paquete de reformas fiscales del Gobierno Duque: necesarias pero controversiales

El aumento del desempleo, el crecimiento económico por debajo de lo esperado y la tasa de inflación por encima de lo pronosticado, entre otros factores, han llevado al Gobierno y a otras entidades a buscar medidas para mejorar esos indicadores y mitigar sus impactos negativos. Un análisis de Sergio Guzmán y Daniel Díaz.*

Sergio Guzmán, Daniel Díaz, Sergio Guzmán, Daniel Díaz
5 de noviembre de 2019

Por ahora se han puesto sobre la mesa grandes cambios que podrían presentarse en el próximo año. Estas medidas no han calado bien en la población, pues considera que serían perjudiciales a nivel social y generarían desigualdad e inequidad.

El primer gran cambio que promoverá el Gobierno es la reforma pensional, que tendrá como pilares los siguientes puntos: no se aumentará la edad de pensión ni para hombres (62 años) ni para mujeres (57 años), se buscará la cobertura universal, aumentar el número de aportantes y se eliminará el régimen de prima media. Colombia es un país donde solo 2 de cada 10 ciudadanos llegan a pensionarse, sin embargo, para 2020, el país tendrá que destinar aproximadamente $43 billones para pagar pensiones estatales, el equivalente a 20% del presupuesto total. Al eliminarse la prima media, se busca reducir las megapensiones que el Estado y los cotizantes están financiando para tener un modelo en el que sea más equitativa la distribución del dinero del sistema. Aún está por definir de dónde saldrán los recursos para ampliar la cobertura, además de qué pasará con Colpensiones, que aunque el Gobierno ha dicho que no lo acabará, sí afirmó que será modificado.

Después está la flexibilización laboral como medida para reducir la cifra de desempleo en el país. Roberto Steiner, co-director del Banco de la República puso el tema sobre la mesa y afirmó que sería interesante manejar el mercado laboral de manera distinta y que se pudiera, por ejemplo, cotizar a seguridad social por menos de 30 días, pues al no permitir que esto ocurra se produce un aumento de la informalidad. Steiner aplaudió al Gobierno de Duque por las reformas que planea presentar, por la capacidad de mantener la estabilidad económica en este momento y por ser el país de la región que más crecerá en su PIB en 2019. Sobre la reforma pensional, Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, afirmó que se debe incrementar progresivamente y unificar la edad de jubilación de mujeres y hombres para que aumente el número de años de ingreso para calcular las pensiones, reducir el salario mínimo para aumentar la formalidad laboral, aumentar la apertura económica y dar la pelea para que se apruebe nuevamente la ley de financiamiento, que aplaudió y respaldó.

Gremios empresariales como la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) y la Federación Colombiana de Comerciantes (Fenalco), así como el Ministerio de Trabajo, han propuesto medidas para dar solución al problema del desempleo. Como primera medida promueven la flexibilización laboral para permitir a los empresarios contratar por horas, con lo cual podrían absorber un mayor número de trabajadores actualmente por fuera del mercado laboral. La segunda propuesta es reducir el salario mínimo el cual consideran alto. De igual forma, Anif propone pagar un salario equivalente al 75% de un SMMLV para las personas menores de 25 años durante un año, lo cual se consideraría un periodo de aprendizaje. Sobra decir que ninguna de las propuestas fue recibida con entusiasmo por las principales centrales obreras o por los líderes del movimiento estudiantil, que continúan sus jornadas de protestas en las principales ciudades del país.

Pronóstico

A pesar del visto bueno por parte de la OCDE, la población no ve con buenos ojos las reformas propuestas. Esto ocurre en parte porque se han presentado una tras otra de manera casi simultánea en un momento en el que la imagen del Presidente es desfavorable y presentar medidas que puedan afectar el bienestar y los ingresos de la población serán mal visto. Por otro lado, las protestas en varios países de la región por la reivindicación de derechos y temas sociales han calado en la sociedad colombiana, que se ha sumado y ha encontrado en estas propuestas la gasolina para impulsar las movilizaciones sociales que se han dado en los últimos meses.

Las reformas son necesarias. El sistema de prima media no es sostenible en el tiempo y desde hace años se lleva aplazando la modificación del sistema pensional colombiano. Esta reforma es la que presenta menor reto para el Gobierno de llegarse a decidir presentarla, pero la flexibilización laboral y el salario para jóvenes serán los verdaderos desafíos. No solo porque los colombianos lo ven como una reducción de beneficios e ingresos, sino porque el Presidente Duque no ha podido capitalizar una coalición estable de Gobierno en el Senado, que le facilite la aprobación de leyes. Aunque ha logrado pasar sus principales medidas fiscales, incluida la Ley de Financiamiento de 2018 (que deberá pasar nuevamente antes del final del año) y el Plan Nacional de Desarrollo, es poco probable que Duque encuentre apoyo en el Congreso para pasar nuevamente la Ley de Financiamiento sin sufrir modificaciones, o que encuentre alianzas en el Legislativo para tramitar exitosamente sus propuestas pensionales y de flexibilización laboral antes de que acabe 2019.

El incremento del desempleo alienta no solamente a los movimientos políticos alternativos que ganan cada vez más espacios, sino también a los sentimientos generalizados de insatisfacción con el actual sistema político y económico. La protesta social, que ha desbordado a Chile y que ha tomado por sorpresa a Latinoamérica, deja en evidencia la desconexión de la clase política y económica de ese país frente a los reclamos de millones de ciudadanos. En una reciente entrevista, el Presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno, calificó al empresariado nacional de estar “ausente” y que muchos líderes empresariales y gremiales no entienden aún que su labor va más allá de pagar impuestos y producir utilidades. Más que un sentimiento anti-empresarial, lo que está creciendo es una sensación de que la clase empresarial es indiferente a la desigualdad que atraviesa el país y que las medidas que proponen, en lugar de cerrar las brechas, las aumentan.

*Directivos de Colombia Risk Analysis 

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