Jorge Laverde Columna Semana

Opinión

Territorializar los derechos y deberes humanos

Los derechos humanos y los deberes humanos no se configuran como categorías opuestas, sino como nociones complementarias.

Jorge Laverde
5 de octubre de 2025

Territorializar los derechos humanos significa garantizar su efectividad en todos los territorios del país. La ubicación geográfica no puede ser argumento para justificar su incumplimiento y, en esa medida, este propósito exige también desarrollar los deberes humanos en cada territorio, entendidos como responsabilidades recíprocas que acompañan a los derechos. Solo a partir de esta interacción es posible que la Constitución supere el plano simbólico y se materialice como un orden normativo aplicable en las comunidades históricamente marginadas.

En los territorios más afectados por la pobreza o la violencia, como la Guajira, el Chocó o el Catatumbo, la relación entre derechos y deberes adquiere especial visibilidad, en especial cuando las comunidades demandan agua potable, escuelas dignas y condiciones de seguridad, mientras practican la solidaridad, la cooperación y el cuidado mutuo como deberes compartidos que hacen posible la vida en contextos adversos.

La Constitución adquiere sentido entonces, cuando sus disposiciones se transforman en garantías efectivas para las personas en cada territorio. Ello supone comprender que los derechos no pueden asumirse de manera aislada, pues están acompañados de deberes que comprometen a los individuos frente a la sociedad, el Estado y el entorno. Derechos y deberes se sostienen mutuamente, pues los primeros legitiman a los segundos y estos aseguran la realización colectiva de los derechos en los territorios. En aquellos territorios donde la vigencia de la Constitución enfrenta mayores retos, los derechos humanos muestran con claridad su correlación con los deberes. El derecho a la vida exige el deber de respetar la vida ajena; el derecho a un ambiente sano conlleva la obligación de proteger los recursos naturales; y el derecho a participar en democracia implica el deber de informarse y ejercer el voto de manera libre y responsable. De esta manera, la efectividad de los derechos depende de la vigencia de los deberes, y la validez de los deberes se justifica en la protección de los derechos.

En conclusión, los derechos humanos y los deberes humanos no se configuran como categorías opuestas, sino como nociones complementarias. Los derechos aseguran la dignidad y la libertad en los territorios, mientras que los deberes garantizan las condiciones necesarias para su ejercicio en comunidad. Solo mediante la articulación de ambos es posible atender las demandas de los territorios marginados y consolidar el orden constitucional en beneficio de todos los habitantes del país.

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