ORGULLO BOGOTANO

2 de diciembre de 1996

En su columna de SEMANA, Antonio Caballero se muestra descontento ante la ausencia de aplausos para el discurso de Horacio Serpa en la asamblea de Anif, cuando dijo que "las causas del fondo de la violencia eran la pobreza y la inequidad social".Me gustaría saber cómo el doctor Caballero explica cómo países pobres como Paraguay, Bolivia y Perú no se encuentran, como la rica Colombia, sumidos en violencia y criminalidad ni que estén al borde de la guerra civil. ¿Cómo puede explicarse la inverosímil tasa de criminalidad en Medellín, una de las ciudades más prósperas de América Latina? En Suecia, el país del sistema más igualitario del mundo, la criminalidad ha ido en auge durante los últimos 30 años de este proceso nivelador. El premio Nobel de Economía, Hayek, apunta en alguno de sus libros que la revolución industrial, proceso durante el cual millones de pobres dejaron el hambre del campo para establecerse en las ciudades, no pudo haberse producido sin que la sociedad estuviera imbuida en una moral muy alta.Hace algunos años la reconocida socióloga Angela Davis escribió en Policy Review un artículo titulado 'Does socialism cause crime?'. Lo que motivó un título tan provocador era el aumento desmesurado del crimen en Nueva York al mismo tiempo que aumentaban cada vez más los subsidios públicos para los más necesitados. La socióloga respondió de manera afirmativa a su propia pregunta. La experiencia sueca demuestra que tenía razón.Pareciera en realidad, totalmente equivocado suponer que la criminalidad tenga que ver con la distribución de la riqueza. La criminalidad en realidad no tiene mucho que ver con la economía: son dos aspectos de la vida social que no ofrecen mucha correlación. Al contrario _se puede seguramente demostrar_, especialmente de aspectos históricos, que durante el proceso de desarrollo, se aumenta en forma progresiva la criminalidad; pienso que todo colombiano tiene que reconocer esto.La criminalidad tiene solo que ver con una cosa, desafortunadamente olvidada en Colombia de hoy día, y es la moral...Magnus IvarssonBogotá

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