Home

País

Artículo

NELSON FERNANDO MARIÑO

Equilibrio entre seguridad alimentaria y contención de propagación del virus

Recientemente se anunció una serie de medidas con el fin de evitar que la central mayorista de Corabastos, no se convierta en foco de contagio de la covid-19, tanto para Bogotá como la región. ¿Son realmente efectivas? Un análisis de Nelson Fernando Mariño*.

18 de mayo de 2020

Dentro de las medidas anunciadas, rescato algunas que creo que efectivamente contribuyen a reducir el riesgo de contagio, como por ejemplo restringir la venta minorista (disminuye la aglomeración y además refuerza su vocación mayorista), facilitar zonas de lavado de manos, uso de baños, tapabocas entre otras. 

Sin embargo, se menciona por ejemplo la desinfección total de las bodegas con cierres tres veces a la semana. En principio suena bien, pero no hay ningún estudio científico que demuestre que limpiar los techos, paredes, vías o realizar aspersión en el ambiente, reduzcan real y de manera al menos levemente significativa el riesgo de contagio. Además, las bodegas de abarrotes tienen un comportamiento diferente a las de "fruver" por lo que también es innecesaria una medida general. En esta misma línea, no parece muy útil establecer corredores sanitarios de circulación interna que deben desinfectarse permanentemente. La imagen del vehículo circulando con aspersores se ve bien, pero en realidad ni, las calles, ni las llantas, ni el piso son vectores de contagio, pero se crea una falsa imagen de seguridad, que poco o nada contribuye a mejorar el real riesgo de propagación. Algunas de estas medidas debieron ser tomadas hace tiempo con o sin covid, pero no en este momento de fragilidad.

Algunas medidas no anunciadas todavía, pero contempladas, implican por ejemplo corredores sanitarios para circulación de los camiones “garantizando un tránsito inocuo al interior de la ciudad”. ¿Tendremos que escoltar y sanitizar el paso de un camión de cebolla? ¿Ayuda en algo? ¿Quién paga ese sobrecosto? La respuesta es los ciudadanos.

Medidas y anuncios de cierre generales, punitivos, no asociados al comportamiento del contagio, solo contribuyen a incrementar el pánico, quebrar negocios, incrementar costos, generar desempleo y en este caso rompimiento de la cadena alimenticia. No generan valor, ni contribuyen a mejorar la salud pública. En lugar de malgastar tiempo y dinero público, obstaculizando y desinfectando lo que no se requiere, se debería enfocar los esfuerzos en incrementar el número de pruebas, apoyar al personal médico y su entorno, geolocalizar intensivamente las personas contagiadas y hacer rastreo y seguimiento del virus.

Si bien la situación actual abre un camino y oportunidad para mejorar y repensar el modelo de abastecimiento alimenticio de la ciudad, estableciendo nodos alternos, reduciendo la larga cadena, disminuyendo viajes, mecanizando algunas actividades, estandarizando producto en calidad y presentación, mejor embalaje, entre otras no es momento de incrementar costo a esta golpeada ciudad.

Las medidas iniciales de confinamiento fueron acertadas y nos permitieron comprar tiempo para prepararnos, pero ese tiempo se está desperdiciando y esta carrera desaforada de inventar medidas y restricciones innecesarias, conlleva resultados que empeoran la ya difícil situación, sin realmente proteger. Con este virus vamos a tener que aprender a vivir y ello implica un equilibrio entre salud pública, salud mental del modo de vida y salud económica.

*Socio fundador de Decisiones Logísticas SAS