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Juan Camilo Restrepo y sus críticas a José Félix Lafaurie, nuevo delegado en las conversaciones con el ELN.
Juan Camilo Restrepo y sus críticas a José Félix Lafaurie, nuevo delegado en las conversaciones con el ELN. | Foto: SEMANA/Francisco Argüello

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“Al ELN no lo van a convencer con tres curules; José Félix Lafaurie como negociador con el ELN generará un búmeran contra el proceso”: Juan Camilo Restrepo

El exjefe negociador del ELN dijo que es un error la llegada de Lafaurie a la mesa de diálogos. También critica la no presencia de la fuerza pública en los diálogos. Además, dijo que el grupo guerrillero puede durar hasta 2, 3 o 4 años negociando. “Es resabiado y muy complejo”, resumió.

19 de noviembre de 2022

SEMANA: ¿Cómo le pareció el equipo negociador del gobierno de Gustavo Petro con el ELN?

JUAN CAMILO RESTREPO: En líneas generales, me parece que está bien conformado, son personas que tienen experiencia y vocación en trajines atinentes a la paz. Me parece que no es muy acercado excluir de los negociadores a los militares en retiro porque si este proceso llega al momento del cese al fuego bilateral, el consejo, la experiencia de los militares en la mesa es muy importante, como quedó demostrado en el proceso de negociación con las Farc. Un cese al fuego es algo muy importante, técnicamente complejo y la voz de los militares en retiro puede ser de fundamental importancia en la mesa de negociaciones.

SEMANA: ¿Cómo le pareció el nombre de José Félix Lafaurie como negociador con el ELN?

J.R.: Debo confesar mi gran sorpresa por la designación de José Félix Lafaurie. Algunos la han interpretado como una jugada política muy hábil del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, puede ser un búmeran que juegue en contra del proceso de paz porque el señor Lafaurie y el grupo más cercano representan la más rupestre enemistad con los procesos de paz, así él lo manifestó hasta la saciedad en el proceso pasado. Uno no entiende cómo puede ser una jugada magistral de política.

Claro, silencia voces de extrema derecha que van a tomar cuidado en no criticar el proceso con el ELN, pero, por otro lado, es un búmeran que puede volverse en contra porque nada está asegurando que los delegados del ELN se vayan a sentir cómodos en una mesa de negociación cuando tienen como contraparte a un declarado enemigo de los procesos de paz, como ha sido Fedegán y Lafaurie.

SEMANA: Y queda en un papel incómodo María Fernanda Cabal…

J.R.: A eso no le daría mayor importancia porque Cabal siempre ha ido por su lado, lo que me parece es que no lo interpreto como una jugada política genial como algunos están diciendo. Repito: es un búmeran tremendo que se puede volver contra la misma mesa de diálogo.

SEMANA: ¿Qué cree que responda el ELN?

J.R.: Es una pregunta que me hago. El ELN es un grupo armado muy complejo, ideológicamente muy estructurado, no lo van a convencer ofreciéndoles tres curules en el Congreso. Será un proceso de diálogo lento, complejo, donde tendrá que haber una serie de acercamientos y concesiones. No se trata de entregarle al ELN cualquier cosa que pida. Este es un tema que apenas va a empezar.

SEMANA: ¿No cree que Petro concertó la designación de Lafaurie con los elenos?

J.R.: No. No sé qué haya previamente.

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SEMANA: Lafaurie no es tibio, quienes lo conocen saben que no tiene problema en decir lo que piensa. Algunos lo comparan con el general Mora en las conversaciones con las Farc.

J.R.: No. El general Mora tenía una serie de compromisos y posturas muy claras y muy transparentes, inclusive, con el proceso de paz. Uno no ve cómo una persona que hace un año despotricaba de los acuerdos de La Habana ahora no solo es el socio privilegiado del gobierno en la política agraria, sino uno de los voceros gubernamentales para buscar la paz.

SEMANA: ¿Cómo ve a Caracas y La Habana como sede inicial de diálogo?

J.R.: Sería más adecuado La Habana, aún Colombia mismo. Esto tiene un sentido de desagravio que el Estado le está haciendo a Cuba, maltratada por la administración de Iván Duque. Me parecería que tendría toda la lógica que la sede, como culminación al desagravio, sea en La Habana.

SEMANA: ¿Le gusta que cada punto acordado con el ELN se vaya implementando?

J.R.: Puede ser, pero hay que tener mucho cuidado. Cada cosa que se acuerde necesita un aparataje de supervisión internacional y más tratándose del ELN que es un grupo resabiado y complicado. Si cada cosa que se negocia implica el montaje de un aparato de supervisión se puede volver interminablemente compleja en grado extremo la negociación y todos quisiéramos que fluyera con mucha agilidad.

SEMANA: ¿Usted ya vio a los negociadores del ELN?¿Qué tan complejo son? Usted los conoce.

J.R.: La mayoría ya estuvieron en la mesa de negociaciones de Quito. El 60% ya vienen del grupo de negociación anterior, creo que son personas que están en su política, en su cuento, son de muy buen trato, nunca subirán la voz, nunca dirán una palabra altisonante en la mesa, pero naturalmente son unos negociadores avezados y duros y el gobierno tiene que ser consciente que estará en una mesa donde la negociación apenas comenzará. No se puede dar la sanción de que esto se está acabando. Tenemos que prepararnos. Esto puede durar meses.

SEMANA: Por último, usted dijo que al ELN no lo pueden convencer con tres curules en el Congreso. ¿Así de complejo es este grupo?

J.R.: El ELN es un grupo muy complejo, yo escribí unas memorias de lo que fueron esas negociaciones en el Ecuador, no para que se siguiera textualmente lo que allí se negocio, sino para que se entendiera el ADN del negociador del ELN. No es un grupo fácil. En materia de terrorismo y sofisticación malévola en voladuras y demás, el ELN tiene más sofisticación que las Farc en su momento. Si ellos tienen que aguantar 2, 3, 4, 5 años, lo hacen. No van a negociar en dos meses. Ojalá que sea en un tiempo breve.