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Denuncia de abogados colombianos no tiene futuro, dice Correa

11 de julio de 2009

QUITO (AP) — El presidente Rafael Correa señaló el sábado que el pedido de un grupo de abogados colombianos ante la fiscalía de ese país, para que se lo procese judicialmente por supuestos vínculos con la guerrilla, no tiene futuro.

Durante un programa radial, calificó al hecho como una "revancha" tras la orden de prisión dictada por un juez ecuatoriano en contra del ex ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, en un proceso que se sigue por el bombardeo del 1 de marzo del 2008.

En el ataque militar a un campamento guerrillero instalado clandestinamente en Ecuador falleció el segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Raúl Reyes y otras 25 personas.

"Ese adefesio de denuncia ante la Fiscalía y la Corte (Internacional) de la Haya no tiene ningún futuro", señaló Correa.

Instó a los denunciantes a llevarlo ante el tribunal internacional "y ahí demostraremos quiénes son los terroristas, quiénes son los vinculados a los paramilitares, quiénes son los vinculados al narcotráfico".

Agregó que "nosotros no utilizaremos como pruebas supuestos mensajes (encontrados en la computadora de Reyes)... discos duros que ya ha declarado la propia policía de Colombia que no existían" y que "desde el punto de vista jurídico no sirve para nada", sino testimonios.

Sobre la orden de prisión contra el ex ministro Santos, explicó que fue dictada por un juez de Sucumbíos en contra "del que se declaró autor intelectual y responsable de ese delito en nuestro territorio, el bombardeo y 26 muertes".

"Nuestro propio defensor público de oficio está apelando a la decisión judicial de encausar al ex ministro Santos y ordenar su prisión, porque eso se llama civilización", agregó sin dar más detalles.

Añadió que "aquí se están persiguiendo delitos (pero) ¿qué es lo quieren hacer ciertos personajes colombianos, en revanchas, en odios? Perseguir personas. Eso hacen los fascistas", comentó.

La orden de prisión contra Santos y la denuncia contra el presidente Correa y otros funcionarios de su gobierno aumentaron la tensión entre Ecuador y Colombia, que mantienen rotas sus relaciones diplomáticas desde el 3 de marzo tras el bombardeo.