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Uno de los síntomas más comunes de las personas con epilepsia son las convulsiones. | Foto: Getty Images/iStockphoto

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El 70 % de los pacientes epilépticos podrían vivir sin síntomas si tuvieran acceso al tratamiento adecuado

Las cifras las entregó la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de un resumen técnico en el que les da recomendaciones a las autoridades sanitarias para tratar este padecimiento.

12 de diciembre de 2022

La epilepsia es la quinta enfermedad neurológica que más años de vida por discapacidad les hace perder a las personas en el mundo. De hecho, según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), advirtió que en la actualidad más de 50 millones de personas en el mundo viven con esta enfermedad.

Por eso, recién publicó un nuevo resumen técnico con miras a mejorar la calidad de vida de los pacientes epilépticos. El documento pone sobre la mesa las acciones que deben adelantar las autoridades sanitarias y los gobiernos de los países para atender y tratar adecuadamente las necesidades de las personas que viven con esta condición neurológica.

“En todo el mundo, se estima que 125 000 muertes cada año están relacionadas con el trastorno. La epilepsia también tiene implicaciones más amplias para la salud física y mental. Aproximadamente la mitad de todas las personas con epilepsia también tienen otras afecciones de salud física o mental, que se asocian con peores resultados de salud y mayores necesidades de atención médica”, indicó la OMS a través de un comunicado publicado este 12 de diciembre.

Una de las preocupaciones de la OMS es que las personas que han sido diagnosticadas con epilepsia son víctimas de discriminación y actos violatorios de los derechos humanos. Eso se refleja en los obstáculos para conseguir trabajo y acceder a espacios educativos, lo que a la larga les impide integrarse en la sociedad.

“Dado que la epilepsia tiene importantes consecuencias personales, de salud, económicas y de inclusión social para las personas que viven con el trastorno y para sus familias y comunidades, la respuesta no debe ser menos que integrada, integral y con la participación de toda la sociedad”, dijo Dévora Kestel, OMS. director de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS.

Hay falta de acceso a tratamientos adecuados

De acuerdo con la OMS, una de las principales problemáticas para contrarrestar los efectos de la epilepsia es precisamente que los pacientes no están teniendo el acceso a los servicios de salud adecuados que les permitan contrarrestar las convulsiones, uno de los principales síntomas.

De acuerdo con los datos del ente multilateral, las personas de países con ingresos bajos tienen una brecha del 75 % en el acceso a tratamientos y en los países de ingresos medios este indicador se encuentra en el 50 %.

“Esta brecha se debe a una combinación de falta de capacidad en los sistemas de atención de la salud, distribución inequitativa de los recursos, baja prioridad otorgada a la atención de la epilepsia y personas que no buscan diagnóstico o tratamiento debido a la falta de conciencia y la estigmatización”, advirtió la OMS.

Pese a todo, el ente multilateral ha señalado que la epilepsia es “altamente tratable”. Esto se debe a que más del 70 % de las personas diagnosticadas con esta condición podría vivir sin convulsiones si tuviera un acceso adecuado al tratamiento anticonvulsivo pertinente. Incluso, advirtieron que esto podría costar alrededor de 5 dólares al año, muy por debajo en comparación al costo de los tratamientos que se requieren para otras enfermedades.

Sin embargo, la epilepsia es altamente tratable: más del 70 % de las personas que padecen el trastorno podrían vivir sin convulsiones si tuvieran acceso al tratamiento anticonvulsivo adecuado, que puede costar tan solo US$5 al año.

Entre otras acciones que la OMS les está pidiendo a los gobiernos del mundo garantizar “la prestación de servicios integrados a lo largo del curso de la vida, en particular en el nivel de atención primaria, mejorar el acceso a los medicamentos anticonvulsivos, proporcionar recursos y formación a la fuerza laboral sanitaria y social”.