CONCESIONARIOS
Marcali, empresa familiar en segunda generación, coquetea con millennials
Marcali, una empresa familiar, hoy dirigida por la segunda generación, primero ayudó a popularizar el Renault 4 y ahora vende Mercedes Benz. Hoy les coquetean a los milenials para que compren carro.

Todo comenzó en noviembre de 1947 con una venta de llantas y de aceites para automóviles en Cali. Dos amigos se unieron para montar ese negocio, que pronto dio sus frutos, pues les dieron la distribución de Goodyear e Icollantas en su ciudad. El siguiente paso fue la subdistribución de las marcas de vehículos Opel, GMC, Ford y Oldsmobile en el occidente del país.
70 años después, el negocio se transformó, creció y hoy es uno de los mayores concesionarios del país, con ventas de más de $175.000 millones en 2017 y 330 empleados directos.Marcela Jiménez, una de las pocas mujeres al mando de un gran concesionario en el país e hija del fundador, Carlos Jiménez Quintana, comenta que tras el matrimonio de sus padres decidieron trasladar Marcali a Bogotá, ciudad de origen de su madre. Entonces, cada uno de los dos socios originales tomó su propio camino.“Mi papá fue un empresario empírico con mucha visión, pero fue mi mamá quien lo convenció de cambiar de plaza, aprovechando el tamaño del mercado bogotano”, recuerda.El cambio de ciudad también llegó con un nuevo desafío: la distribución de la marca Renault, firma que en 1969 montó una ensambladora en el país y que un año después lanzó el Renault 4. “A mi papá le preocupaba ese carro, pues no sabía si podría tener éxito un formato pequeño, pero se convirtió en un automóvil insignia para el país y nos sentimos orgullosos de haber participado de ese proceso”, sostiene Jiménez.Lea también 53 de los vehículos evaden cada año la revisión técnico-mecánicaApuesta multimarcaMarcali es el distribuidor más antiguo de Renault en el país, pero posteriormente, cuando Marcela Jiménez entró a la compañía, propuso que se convirtieran en un concesionario multimarca, que hoy vende también Mercedes Benz, Chrysler, Jeep, Dodge, Kia y Peugeot, entre otros.Su apuesta fue por evolucionar junto con el negocio de los carros, que anteriormente era aspiracional y ahora es considerado principalmente como un medio de transporte que ayuda a vivir experiencias.Justamente para mejorar la experiencia a la hora de comprar, decidieron ofrecer varias marcas en un mismo lugar, una tendencia que se está imponiendo en el país y que, en otros casos incluso ha llevado disputas entre las productoras de vehículos y los concesionarios.“Hasta hace doce años éramos solo Renault, pero negociamos con ellos y empezaron a entrar otras marcas, bajo la idea de crear un clúster, en el que se le ofrecen distintas opciones al cliente, tanto en marcas de carros, como en temas de financiación, seguros, talleres y servicio posventa”, aclara Laura Bayona Jiménez, gerente de mercadeo de Marcali y miembro de la tercera generación que se prepara para continuar con el legado de Carlos Jiménez.Le recomendamos: Pasaremos a la tercera generaciónEn el centro internacionalOtra de las características de Marcali es que desde que llegaron a Bogotá han estado en la misma ubicación (calle 34 con carrera 13, zona del centro internacional), donde poco a poco han ido creciendo y hoy ya ocupan un espacio de 28.650 metros cuadrados.Allí han visto el desarrollo de la capital y de su zona de influencia donde son vecinos de firmas como Ecopetrol y Banco de Bogotá.Hoy cuentan con 9 vitrinas en la capital y Marcela Jiménez, que trabaja en la empresa desde hace 38 años, dice que por ahora seguirán concentrados solo en Bogotá, pues allí está 41% del mercado de vehículos del país.Aclara que ser hija del fundador no la convirtió automáticamente en presidente, pues pasó por todas las áreas antes de llegar a la cima. Comenzó en el departamento de vehículos usados y su pasión por los carros hace que aún siga manejando. Es más, se precia de haber conducido todos los modelos que venden en sus vitrinas. “Yo misma los pruebo”, reitera.Su experiencia le sirve para tener claro que el mercado de vehículos es cíclico y que la clave para mantenerse está en una buena fuerza de ventas y en ponerse la camiseta de cada una de las marcas que comercializan.El informe del sector automotor de Fenalco y la Andi muestra que en el primer trimestre se matricularon 54.215 vehículos, 3,5% menos que un año atrás, manteniendo la tendencia descendiente que viene desde 2014.En el caso de Marcali, vendieron 3.600 unidades el año pasado y este año esperan subir a 4.000. Marcela Jiménez confía en que una vez pase la incertidumbre electoral, el mercado se va a recuperar, pues hay varios factores a su favor. De aquí a 2020, como consecuencia de los distintos tratados de libre comercio que ha firmado el país, los aranceles para vehículos van a llegar a cero, lo que implicará mejores precios. Así mismo, el país tiene una clase media cada vez más consolidada, que está demandando vehículos.No obstante, Laura Bayona dice que el reto está en sus contemporáneos milenials, para quienes la compra de carro no es prioridad. A ellos les ofrecen estrategias digitales, en las que evidencian el hecho de que los carros también son claves para vivir experiencias.Pocas empresas en el país llegan a los 70 años, y esta familia, con flexibilidad, capacidad para adaptarse a los momentos de crisis y ver en ellos nuevas oportunidades, espera cumplir otros 70.Lea también: Las empresas familiares milenarias