"Ahí están las evidencias de que los recursos no fluyeron en la misma proporción a las regiones", aseguró. | Foto: SEMANA

POLÍTICA

"Aquí la enfermedad se llama centralismo": alcalde de Cali

Jorge Iván Ospina aseguró en SEMANA en Vivo que necesitan más recursos y margen de maniobra, porque solo han recibido 13.900 mercados y han tenido que ampliar la capacidad hospitalaria con recursos del municipio.

2 de junio de 2020

Aunque hay directrices generales desde la Presidencia, cada alcalde decide la gradualidad de la reapertura de su municipio, pero su margen de maniobra también lo determinan los recursos que posee. La pandemia ha puesto a prueba la institucionalidad y ha revivido el viejo debate sobre el centralismo en el país. En SEMANA en Vivo, el alcalde de Cali Jorge Iván Ospina aseguró que Colombia sufre de un “centralismo crónico, visceral”.

Ospina, médico de profesión, comparó lo que ha ocurrido en la emergencia con una patología. “El primer paso para resolver una enfermedad es reconocerla. Aquí la enfermedad se llama centralismo. Un país que le es difícil entender la región, que totaliza los esfuerzos desde Bogotá, nos ha llevado a tener territorios muy pobres. Es un centralismo crónico, visceral, que se ha dado en cada uno de los gobiernos”, aseguró el mandatario.

El alcalde de Cali no cree que este sea un problema exclusivo del gobierno Duque; todo lo contrario, asegura que viene desde la concepción de la República. Desde que inició la pandemia, Ospina ha sido uno de los críticos más asiduos de este tema. Ha pedido mayor margen de maniobra y autonomía, no solo para tomar decisiones, sino para disponer de recursos.

“Es cierto, (hay) un decreto que les da posibilidades a los alcaldes para mover sus presupuestos, pero qué presupuesto, si están limitados o agotados. Quisiéramos otro decreto que descentralice el presupuesto, para que quienes estamos en pie de batalla, en la trinchera, lo pudiésemos desarrollar de manera oportuna. De la misma manera que un estado de excepción centraliza, podría descentralizar”, explicó el mandatario.

Según las cuentas del mandatario, los recursos no han fluido como deberían a las regiones. El incremento de la capacidad en UCI lo ha hecho “con recursos propios”; además, le llegaron 13.900 mercados, de los cuales 4.000 fueron para adultos mayores de 70 años, quienes tienen las mayores restricciones. Esto le parece muy poco, para una ciudad con 2,5 millones de habitantes.

Esos recursos que faltan, dice Ospina, los necesita para mejorar la cultura ciudadana y así reforzar el autocuidado, dar seguridad alimentaria y atención primaria en salud, para evitar que los pacientes se agraven. Lo que más le preocupa es el pico de contagio, aunque las cifras de mortalidad son positivas porque el virus está circulando en las calles. “Eso no significa que estemos blindados a futuro de la tragedia anunciada; por el contrario, nos encontramos en un momento que llamaría momento molotov, porque tenemos circulación comunitaria del virus. Hoy más que nunca el virus está circulando en nuestros espacios, en ciudades como Bogotá, Barranquilla, Cali y Buenaventura”.

El alcalde de Cartagena, William Dau, coincidió en que han recibido algunos mercados; por ejemplo, dos camiones con mercados para migrantes venezolanos y 2.000 ayudas que llevó la vicepresidenta. Sin embargo, advirtió que hacen falta más ayudas alimentarias: “Necesitamos darle alimento a la gente, porque si no, van a salir a pendejear (...) El confinamiento sigue para los informales. Siguen confinados los más pobres”, explicó. Para Dau la población más vulnerable en este momento es la que vive de la informalidad.