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Seguridad social

Bicidomiciliarios por aplicaciones web ¿Deben pagar seguridad social?

Esta forma de trabajo, de moda por las calles del país, ha sido clave para que los negocios incrementen las ventas y para personas que no han podido encontrar estabilidad laboral. Pero sigue sin establecerse algunas reglas para generar empleo formal.

Francisco J. Gómez Villamizar
30 de mayo de 2018

Todos los días, Pablo* está despierto desde las 6:00 a.m. toma una ducha, desayuna y se pone su uniforme, arregla su gorra, lleva su maletín o la caja donde almacena los pedidos y en su bicicleta, está listo para recibir la primera orden en su celular para entregar domicilios.

Pasa el día en medio de un tráfico insoportable que él, como experto en el manubrio, lo tiene sin cuidado. De un lado a otro de la ciudad lleva lo que necesita el cliente, desde una orden de comida, algo para comprar en la tienda o un mercado que alguien solicitó para ser entregado en la oficina. A mediodía, si el clima bogotano lo favorece, ya tiene entre $30.000 y $40.000.

Con ese producto al día reúne lo suficiente para sus necesidades. Pablo afirma que con eso “pago el arriendo, la comida, los servicios y me parece que es una forma factible de trabajo. Llevo así dos meses y considero que me ha ido bien”.

Lo cierto es que si llega a pasarle un accidente, la empresa de pedidos por aplicación en la que está empleándose le responde con un seguro para este siniestro. Al ser preguntado por FP si está pagando seguridad social, como aportes a salud, pensión y riesgos laborales, él respondió con un simple ‘No’.

Su situación no es muy diferente a la de otros bicidomiciliarios que ruedan por las calles del país, gracias al nacimiento de una nueva economía colaborativa, de la que hacen parte compañías como Domicilios.com, Rappi y Uber Eats, esta última en arribar a Colombia. Son las más conocidas porque en las vías de Bogotá, estos ciclistas pasan a todas horas, y algunos de los más osados hacen maniobras arriesgadas con tal de llevar más pedidos y generar ingresos.

Una a una fueron apareciendo y llenando una necesidad. Domicilios.com fue la primera que conectó a los restaurantes con los clientes y se encargó de la gestión de los pedidos, lo cual era toda una ‘tortura’ y una constante pelea con los encargados del restaurante.

Le tenemos: Entre tres aplicaciones de domicilios para pedir comida ¿cuál tiene el mejor servicio?

La siguiente en llegar fue Rappi, que empezó como una tienda virtual para traer cualquier cosa que se necesitara a diferentes puntos de la ciudad. No tardó en convertirse también en una forma de pedir domicilios, más que todo en bicicleta.

La más reciente es Uber Eats, una de las líneas que maneja la plataforma Uber. Desde su surgimiento en 2015 en San Francisco, se ha logrado expandir a cerca de 200 ciudades en 29 países en el mundo. En Colombia está disponible desde 2016 para Bogotá, donde cuenta con más de 800 socios restaurantes y recientemente inició operaciones en Medellín, Cali y Barranquilla con más  de 300 socios restaurantes. Con un tiempo de entrega de 30 minutos en muchos de sus domicilios, es una de las dos primeras aplicaciones más usada para pedir domicilios en la capital del país.

La nueva economía

Además, esta nueva forma de empleo ha permitido ser ‘el desvare’ de miles de personas que no encontraron oportunidades en el mercado laboral formal. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas, DANE, el desempleo en abril de 2018 llegó al 8,9%, con una tasa de desempleo en las 13 ciudades y áreas metropolitanas de 10,7%, igual a la del mismo mes de 2017.

En el trimestre móvil febrero-abril 2018, la actividad que más empleo generó fue comercio, hoteles y restaurantes (27%), seguido por servicios comunales, sociales y personales (19,4%) y agricultura, caza, ganadería y pesca (16,7%). Según la posición ocupacional, el trabajador por cuenta propia representa el 43,4% de los ocupados, seguido por obrero o empleado particular, con 39%.

FP habló con otros domiciliarios que bajan estas aplicaciones para ‘desvararse’ y ponerse a generar ingresos, ya que la situación de salir a encontrar trabajo está, como coloquialmente se dice, ‘muy dura’. La gran mayoría coincide en que esta es una forma de emplearse y que si se hace de forma juiciosa se puede obtener lo suficiente para el diario.

Sin embargo, en algunos encontró que los pagos de seguridad social se hacen porque laboran directamente con el restaurante. Otros, ni siquiera saben del tema, solo encienden la aplicación, toman su bicicleta y salen a trabajar. Si algo les ocurre, como un accidente con una moto o un servicio de transporte público, dicen que el SOAT les responde por los gastos médicos, o si la bicicleta queda siniestrada, la aplicación les tiene un seguro.

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¿Cómo lo ven los expertos?

Según Uber Eats, cuando un repartidor descarga la plataforma, que tecnológicamente pone en contacto a restaurantes, usuarios y socios repartidores para la entrega de comida y bebidas a domicilio, entra a trabajar como cualquier contratista independiente, que encuentran en Uber Eats una opción de autoempleo y acceso a ganancias flexibles, sin horario establecido, ni jefe directo.

Adicionalmente, desde la perspectiva comercial, los socios repartidores con cuenta activa registrada en la aplicación, pueden acceder a grandes ventajas y promociones que les permiten incrementar sus ingresos, obtener descuentos y con ello, que usar la aplicación sea una opción cada vez más rentable para todos.

La relación se da de manera independiente, es decir, el socio repartidor es un contratista independiente que presta sus servicios con sus propios medios con plena libertad y autonomía técnica y directiva. Sin embargo, se cuenta con una póliza de seguro por responsabilidad civil, que  protege a todos los ocupantes de un vehículo durante un viaje que se realice usando la aplicación de Uber y la de Uber Eats, incluso con cobertura de daños a terceros, esto en todas las ciudades en donde operan las aplicaciones.

“Es cierto también que el país tiene el reto de revisar los sistemas de salud para que estén acorde con las nuevas realidades de la economía colaborativa. Uber espera ser parte de esas conversaciones para dar a conocer entre las personas que deciden utilizar nuestra aplicación, las opciones que tienen en su carácter de contratistas independientes para proteger su salud y su futuro. Deben ser alternativas modernas y preferiblemente digitales. Esperamos ser un actor positivo en este proceso”, indicó la aplicación a una solicitud de información enviada por FP.

El carácter de contratista independiente de las personas que prestan servicios usando la aplicación ha sido confirmada por más de 80 resoluciones de autoridades y tribunales laborales alrededor del mundo, se han emitido en Estados Unidos, diversos países de Latinoamérica, Asia-Pacífico, Medio Oriente y África, todas ellas de gran relevancia e interés, indicó la herramienta tecnológica.

Para Iván Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, las nuevas economías (economía colaborativa) rompen con los esquemas de regulación laboral ligados a la clásica relación empleador-trabajador que demandan esquemas de adecuación de las relaciones mediadas por plataformas, economías digitales, industria 4.0 etc.

Sin embargo, estas empresas, así como otras que hay en Europa, se han movido entre la escasa regulación, con lo cual se fomenta la informalidad laboral, como ha pasado con otros debates suscitados al estilo de empresas como Uber, Airbnb, Couchsourfing, entre otros.  

“Lamentablemente la informalidad laboral ha caracterizado la prestación de servicios de los trabajadores de las diversas aplicaciones que expone desproporcionadamente a este grupo de trabajadores a riesgos sociales sin esquemas de cobertura”, indicó el investigador.

De hecho, en Europa, a través de la plataforma Deliveroo se ha desarrollado esta modalidad de trabajo, que ha determinado el encuadramiento como verdaderos trabajadores por cuenta ajena merecedores del marco de protección establecido en los Códigos Laborales  con las garantías de afiliación y pago de cotización al Sistema de Seguridad Social.

En Colombia, existe un proyecto de ley sobre economía colaborativa que busca encuadrar a este tipo de trabajadores en materia de afiliación a seguridad social, no obstante se requiere desarrollo específico de las autoridades judiciales y administrativas para determinar la naturaleza del vínculo y el consecuente esquema de protección aplicable.

La iniciativa fue presentada por Rodrigo Lara, autor del proyecto y representante a la Cámara por el partido Cambio Radical. “Se necesita un nuevo modelo de vinculación laboral compatible con la naturaleza del empleo a través de plataformas, para lo cual presentamos un proyecto de ley que crea la figura del trabajador dependiente”, indicó Lara, al momento de socializarla a través de Twitter.

Hicimos el siguiente video para ver cómo era el servicio en los tres domicilios para que usted saque sus conclusiones: