CRISIS
Más de 130 buses del MIO dañados en Cali
Conductores continúan inconformes y los caleños lanzan duras críticas contra el alcalde Rodrigo Guerrero.
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Aunque el panorama de este jueves en Cali parece no ser tan grave como el del miércoles, la ciudad continúa en tensión.
En las primeras horas de la mañana las vías se encontraban desbloqueadas, pero los caleños se enfrentaron a un problema igual de grave para poder llegar a sus trabajos: no había buses.
Un bus del sistema de transporte masivo MIO obstruyó durante unos minutos la vía Cali-Jamundí, pero rápidamente se retomó el control de la carretera. Aunque aún no hay comunicados oficiales, los conductores del MIO también se encuentran muy cerca de ir a paro, pues muchos de ellos se quejan por incumplimientos en el pago de sus salarios.
En la sede de Unimetro, uno de los operadores del MIO, en el oriente de la ciudad, se plantaron varios trabajadores reclamando sus derechos. Además, conductores de este operador (que cuenta con 450 conductores) amenazaron con dejar de trabajar, hecho que podría terminar por colapsar el transporte en Cali.
El oriente de la capital vallecaucana es la zona en la que aún persisten los bloqueos y habitantes de varios barrios del conocido distrito de Aguablanca se han visto afectados pues no encuentran en qué movilizarse, por lo que han recurrido a mototaxis y otros sistemas ‘piratas’ de transporte; un problema más con el que la Secretaría de Tránsito lleva años luchando.
Definitivamente no es un buen momento para la Alcaldía de Rodrigo Guerrero, pues crecen las voces de inconformismo y las réplicas de una premisa que parece estarse institucionalizando en la ‘Sucursal del cielo’: “Alcalde, el MIO no es capaz de suplir la demanda de transporte de la ciudad, no es el momento para acabar con los buses de servicio público”.
Además, entre la población no ha caído bien el anuncio autoritario del alcalde, quien aseguró que se retomará el control de Cali a cómo dé lugar.
La situación es tan tensa que hoy Guerrero se reunió con el viceministro de Transporte, Nicolás Estupiñán, para llegar a acuerdos con los conductores.
La vía al mar fue bloqueada después de la aparente calma y de nuevo empezaron los disturbios. Un policía resultó herido con una ‘papa bomba’ cuando intentaban desalojar a los manifestantes haciendo uso de los gases lacrimógenos y habitantes del sector denunciaron excesos del Esmad pues le arrojaron gases a los civiles que por obligación tenían que cruzar por el sector.
Los daños fueron devastadores para la tercera ciudad más importante del país. Hubo un muerto y 139 buses del MIO fueron destrozados, mientras que dos fueron quemados. Los atentados contra los articulados persisten en la troncal oriental del sistema, específicamente en los barrios Pizamos, Mojica y El Poblado, que hacen parte de Aguablanca.
En un recorrido realizado por el diario caleño El País se encontró que algunos articulados del MIO transitan con unas mallas en lugar de vidrios y con un letrero que dice: “Este bus ha sido vandalizado, le ofrecemos excusas a los usuarios”.