Los medicamentos de los ricos.

SALUD

¿De qué se enferman los ricos?

Un estudio reveló las drogas más prescritas en Estados Unidos, según el barrio. En los de estratos altos, curiosamente, predominan las indicadas para trastornos mentales serios.

16 de febrero de 2019

Los estudios han mostrado que el ingreso económico afecta la salud. Los individuos de ingreso bajo, según la evidencia científica, sufren más enfermedades como obesidad, diabetes y depresión, y reportan menores niveles de salud que aquellos que tienen ingresos más altos. Pero una reciente investigación mostró otro panorama. Aunque los ricos tienden a ser mas saludables y, en general, reciben menos prescripciones, el estudio evidenció que tienen más probabilidades de comprar medicinas para trastornos mentales. Mientras tanto, entre los pobres la gran mayoría de los medicamentos prescritos sirven para tratar infecciones como el VIH y la hepatitis C.

Los medicamentos de estilo de vida predominan entre los ricos e incluyen los usados para tratar acné, disfunción eréctil, sudoración excesiva, entre otros.

GoodRX, una compañía que monitorea los precios de los fármacos en Estados Unidos, hizo el trabajo con una muestra de 50 millones de prescripciones durante un año, en 39 de las áreas metropolitanas más grandes de ese país. Según Tori Marsh, coautora del estudio, querían determinar condiciones desmedidas en áreas de alto y bajo ingreso.

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El resultado los sorprendió, pues destaca las abruptas disparidades entre las áreas donde viven los más acomodados y las poblaciones vulnerables, a tal punto que “mostró dos países diferentes”, dice Marsh. En un lado del espectro, hay más prescripciones para condiciones de estilo de vida, y, en el otro, para enfermedades infecciosas relacionadas con el medioambiente y deficiencias nutricionales.

Los medicamentos de estilo de vida predominaron entre los ricos e incluyen los usados para tratar acné, disfunción eréctil, sudoración excesiva, arrugas faciales, calvicie, rosácea, manchas en la piel y crecimiento de pestañas. Lo anterior no sorprendió tanto a los investigadores como encontrar que entre las personas con mayor capacidad económica eran mucho más frecuentes las prescripciones para problemas mentales, como déficit de atención, adicción al alcohol, ansiedad, trastorno bipolar, depresión, desórdenes alimenticios, fatiga, pánico y trastorno obsesivo compulsivo.

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Esa tendencia desafía la lógica, según Marsh, pues los estudios han demostrado que los ricos gozan de mejor salud y, de hecho, en esta investigación ellos recibieron menos prescripciones que los habitantes de barrios pobres. Por eso, sorprendió la prescripción desproporcionada de drogas para problemas mentales, como ansiedad y depresión, entre los ricos. Podría tratarse del acceso. “Las comunidades de bajos recursos tienen altas tasas de estos desórdenes, aunque es posible que no tengan el tiempo y los recursos económicos para el diagnóstico y el tratamiento”, explica la experta.

Entre los pobres hay mayor deficiencia de vitaminas y problemas de nutrición.

Los medicamentos más prescritos en los barrios más pobres sirven para tratar amebiasis, pie de atleta, infecciones por parásitos, piojos, citomegalovirus, y otras condiciones producto de problemas ambientales. “Eso tiene sentido, pues en estos barrios hay más desafíos de este tipo”, dice la investigadora. Además, el trabajo encontró que entre los pobres había mayor deficiencia de vitaminas y problemas de nutrición. En efecto, observaron una mayoría de prescripciones para tratar la anemia, la deficiencia de calcio, vitamina D y B12. De nuevo, no se sorprendieron, ya que en estas comunidades la dieta poco saludable podría jugar un papel crucial.

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Según el psiquiatra José Posada, el trabajo revela un patrón mundial en el que la gente más vulnerable consulta por infecciones, traumas y parásitos, y los más ricos por enfermedades crónicas. En el caso de los trastornos mentales, Posada explica que el estrato no determina quién padece estas enfermedades, pero que este tipo de condiciones pasa menos desapercibida entre los ricos. “Los pobres también sufren trastornos mentales, pero piensan que son cosas de la vida diaria y no consultan por eso. A mayor estrato, mayor probabilidad de percibir esos problemas”, concluye.