Según las Naciones Unidas, el yoga redujo el estrés durante el aislamiento por el Covid-19.
Según las Naciones Unidas, el yoga redujo el estrés durante el aislamiento por el Covid-19. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

Estrés: cinco hábitos para lidiar con él

El estrés puede causar muchos tipos de síntomas físicos y emocionales.

19 de octubre de 2022

El estrés es la forma en que la que el cerebro y el cuerpo responden a un desafío o exigencia, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, explicó que cuando se está estresado, el cuerpo libera sustancias químicas llamadas hormonas que ponen en alerta al cuerpo y listo para actuar, pero mucho estrés puede tener consecuencias negativas en el cuerpo y puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.

De hecho, el Grupo Sanitas de España explicó que existen varios tipos de estrés:

  • Estrés normal: las reacciones fisiológicas que se dan en nuestro organismo ante determinadas situaciones y que se definen como estrés en realidad son normales, en cierta medida. Un poco de estrés y ansiedad nos puede ayudar a afrontar y superar algunas situaciones difíciles.
  • Estrés patológico: cuando el estrés se presenta de modo intenso por periodos prolongados, es muy probable que cause problemas físicos y psicológicos, transformándose en un estrés crónico y nocivo que puede provocar crisis de llanto, depresión, y diversas afecciones físicas.
  • Estrés post-traumático: es aquel que se presenta después de que una persona ha vivido algún tipo de suceso aterrador, como puede ser un accidente de tráfico o un desastre natural. A consecuencia de estos traumas, la persona tiene pensamientos aterradores con frecuencia, relacionados con la situación que vivió. Este tipo de estrés puede aparecer en personas de todas las edades, pero los niños son particularmente propensos a sufrirlo.
  • Estrés laboral: se le llama estrés laboral a un conjunto de reacciones nocivas, emocionales y físicas, que se producen cuando las exigencias en el ámbito laboral superan los recursos, las capacidades y/o las necesidades del trabajador. Según un estudio llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 28 % de los trabajadores europeos sufre estrés laboral, y el 20 % padece el síndrome llamado “burnout”.

Por ello, reveló que si se tienen síntomas de estrés, tomar medidas para controlarlo puede tener muchos beneficios para la salud y algunas estrategias de manejo del estrés, incluyen:

  • Hacer actividad física con regularidad, ya que la actividad física puede ayudar a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que hacen sentir bien, denominados endorfinas y para eso la Organización Mundial de la Salud (OMS), sugiere realizar actividades físicas aeróbicas moderadas durante al menos 150 a 300 minutos o actividades físicas aeróbicas intensas durante al menos 75 a 150 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas e intensas a lo largo de la semana.
  • Practicar técnicas de relajación, tales como respiración profunda, meditación, yoga, taichi o masajes.
  • Mantener el sentido del humor. Un buen sentido del humor no puede curar todas las dolencias, pero puede ayudar a que las personas se sientan mejor, incluso si tiene que forzar una risa a través del mal humor, de acuerdo con Mayo Clinic
  • Pasar tiempo con la familia y los amigos. El contacto social es un buen calmante para el estrés, porque puede ofrecer distracción, brindar apoyo y ayudar a tolerar los altibajos de la vida.
  • Reservar tiempo para pasatiempos, como leer un libro o escuchar música.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.

Adicional se debe consultar a un profesional de la salud si se tienen síntomas graves durante dos semanas o más, incluyendo:

  • Problemas para dormir.
  • Cambios en la alimentación que provocan cambios no deseados en el peso.
  • Problemas para levantarse de la cama debido al estado de ánimo.
  • Dificultad para enfocar los pensamientos.
  • Pérdida de interés en las cosas que normalmente se disfrutan.
  • No poder realizar las actividades diarias habituales.