Las situaciones que más estrés generan en la gente es estar en una posición en el medio conectando a gente diferente. | Foto: Google

Hablan los expertos

“Lo peor que alguien con estrés puede hacer es ignorarlo”

El peligro de una situación estresante prolongada es que puede terminar en el síndrome de 'burnout.' María Camila Umaña, estudiante de doctorado en psicología de la Universidad de los Andes, cuenta cuáles son las señales de alerta y cuáles son las circunstancias laborales que más lo promueven.

26 de abril de 2019

El estrés es una respuesta de los seres vivos ante situaciones amenazantes. Es necesaria para sobrevivir, pero cuando se sostiene por mucho tiempo puede llegar a afectar el bienestar. El estrés es negativo cuando hay muchas demandas en el ambiente y poco control para lidiar con ellas. En la oficina, esas demandas están relacionadas con la cantidad de trabajo, la rapidez con que una tarea debe ser completada y con la ambigüedad, es decir, no saber qué es lo que uno debe hacer en el empleo o recibir órdenes contradictorias del jefe. La falta de control tiene que ver con no poder decidir ni poder manejar las circunstancias para llevar a cabo esas demandas de trabajo.

En Colombia una de las  situaciones que más estrés genera en la gente es estar en una posición de ‘sánduche‘: en el medio conectando a gente diferente.

Cuando se combinan ambas cosas la gente empieza a sentir las respuestas del estrés que pueden ser físicas, psicológicas, y fisiológicas. “Es ese malestar que uno siente, la sudoración en las manos, las ganas de salir corriendo, la sensación de que se va a salir el corazón”, dice María Camila Umaña, psicóloga experta en cómo las relaciones sociales en el trabajo afectan el estrés de las personas. Esas señales son iguales para todos, lo que varía es la fuente.

A una persona mayor le genera estrés no tener seguridad financiera porque eso le impedirá tener control de su vida personal, mientras que a un millennial lo estresa no llevar una vida con un propósito, no cumplir con sus deseos o tener un trabajo que no le permita crecer. “Muchas personas en el área de gestión humana, sin embargo, manifiestan que los millennials no se estresan porque apenas se ven amenazados renuncian y salen corriendo”, dice Umaña.

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Uno de los hallazgos más sorprendentes de su tesis doctoral es que en Colombia una de las situaciones que más estrés generan en la gente es estar en una posición en el medio conectando a gente diferente. “Son las que más agotan, producen estrés y la razón es que tienen que lidiar con gente que tiene lenguaje y prioridades distintas”, dice. Un ejemplo clásico es el del director de una empresa que debe manejar a sus subalternos y también responderle a la junta directiva. O el empleado que está en medio de dos jefes que dan órdenes diferentes. “Para estas personas eso es una fuente de estrés y tensión”.

En el mundo, sin embargo, lo que más genera estrés es la inseguridad laboral, es decir, cuando el individuo siente que su trabajo está amenazado. En estas condiciones el estrés se eleva y la persona baja su productividad porque no está enfocada. “Está invirtiendo más energía en resolver su situación personal”, explica la experta. Navegar esta agua sin hundirse es difícil porque no todo lo puede resolver el individuo. Según Umaña las organizaciones responsables deben acompañar a las personas en estos momentos brindando información o ayudándoles en la transición en caso de que tengan que salir en ese recorte. “Mi consejo sería que cuando estén en dicha situación de salida aprovechen los recursos que les da la organización y cuando no, intenten pensar en qué pueden controlar y qué no”.

En el mundo, sin embargo, lo que más genera estrés es la inseguridad laboral.

Hay muchas estrategias para controlar el estrés. Por un lado, está tener un estilo de vida sano, con comida saludable, ejercicio, yoga, etc. Eso ayuda a tener un organismo más fuerte para afrontar esas situaciones de amenaza. “Eso no disminuye el estrés, sino que ayuda a tener un organismo más fuerte para que aguante más”, aclara Umaña. “Pero si estamos preparados físicamente vamos a estar mejor”. Las personas también deben hacer algo que genere estabilidad emocional y afectiva, buscar espacios de desconexión y hacer actividades que lo ayuden a disminuir la presión que siente en el trabajo para estar mejor en casa. “Si miro el e-mail y sigo trabajando, llego a la casa sobrecargada, por lo tanto, tener una pausa es una de las claves”, dice. Adicionalmente, hay que valorar la situación y reconocer qué se puede controlar y qué no.

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Es importante tener amigos en el trabajo. Las investigaciones dicen que las relaciones de apoyo social en la oficina y fuera de ella ayudan a disminuir el estrés. Eso implica tener alguien a quien pedirle consejo, o que enseñe a hacer cosas que no sabe. “Así nos llenamos de más recursos, tenemos más control de la situación y nos ayuda a distendernos y a tener más tranquilidad al saber que en los espacios de trabajo puedo tener un buen rato cuando me conecto o almuerzo con otra persona”.

Paradójicamente, las relaciones sociales también son fuente de estrés laboral porque no son escogidas por la gente sino impuestas.  “No los escogemos, no son las personas con las que nos gustaría trabajar, ni con las que prefiero hablar o pedirles un favor”. Ayuda a bajar el estrés manejar ese tipo de relaciones que no se dan por deseo propio sino porque el trabajo lo exige y llevarlas de buena manera. Aprender a ser cordiales y amables. Todo esto sin permitir el abuso, dice la experta.

Es difícil que el estrés no afecte otros aspectos de la vida personal. Pero para reducir su impacto ayuda aprender a mantener un espacio de trabajo separado del de la casa. La experta recomienda usar los momentos del trayecto del trabajo a la casa para llamar a un amigo o hacer algo que le guste como escuchar música. Eso ayuda a desconectarse y a diferenciar que el ámbito del hogar es diferente al de la oficina.

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Las técnicas de relajación y respiración son importantes para manejar el estrés porque este es una respuesta física y fisiológica. “A uno le palpita más rápido el corazón, le sudan las manos y se acelera sin darse cuenta, entonces aprender a parar, respirar profundo, contar hasta 20, y fijar la atención en tres o cuatro cosas que hay en la habitación y tres o cuatro cosas que estoy sintiendo me ayudará a tomar distancia de la situación y a no acelerarme”. Agrega que las personas deben aprender a conocer las diferencias de su cuerpo cuando está estresado que es diferente a como se siente cuando está contento.

Lo peor que una persona puede hacer en una situación de estrés es continuar así. El estrés cuando se vive puntual genera malestar, pero una vez se resuelve todo retorna a la normalidad. Pero cuando se prolonga por mucho tiempo se da el síndrome de burnout, el cual está asociado a problemas de salud. Y cuando una persona detecta que está bajo estrés durante mucho tiempo es necesario evaluar qué hacer para acabar la situación. “A veces lo mejor es cambiar de trabajo pues eso sería lo mejor para el bienestar físico y mental de la persona”.

En Colombia hay una ley que exige evaluar las condiciones de trabajo. Buscar climas y culturas de amistad, amabilidad, respeto y decencia

El síndrome de burnout tiene tres componentes. El primero es sentirse agotado, sin fuerzas físicas ni emocionales y sin energía ni ánimo de hacer las cosas. La segunda es tener una actitud de cinismo y sucede cuando las personas se distancian del objeto de trabajo en caso de que lo hagan con otros. “Eso se llama despersonalización y es el caso de médicos enfermeras y educadores que empiezan a ver a sus pacientes o a sus alumnos como cansones”. En el caso de los que no trabajan con otros se les escucha decir “cómo molesta mi jefe”. En otras palabras, no le dan la importancia que le daban antes al trabajo. La tercera es sentir una pérdida de eficacia profesional. El trabajador se cuestiona si vale la pena hacer eso que antes hacía y para lo cual era muy bueno. “Si los siente al tiempo es una bandera de alerta de que algo está pasando y algo debe hacer”.

Las organizaciones deben evaluar a la gente. En estos casos la recomendación es hablar con gestión humana y definir planes de acción y una evaluación por medicina laboral. Lo importante es que las personas lo evalúen y lo manifiesten. El estrés en el trabajo es un asunto de las organizaciones y no solo del empleado. En Colombia hay una ley que exige evaluar las condiciones de trabajo. Buscar climas y culturas de amistad, amabilidad, respeto y decencia. Ayudar a mejorar el bienestar y a mejorar la productividad. “La gente cree que, mientras más demanda de trabajo, más van a responder y resulta que cuando la gente está con mucha demanda de trabajo por mucho tiempo se desploma o se sale de un trabajo donde era exitosa o bajan su rendimiento”, concluye Umaña.