Hígado graso
En Estados Unidos, el hígado graso es la forma más común de enfermedad hepática crónica, y afecta aproximadamente a una cuarta parte de la población. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Salud

Hígado graso: los alimentos prohibidos para quienes lo padecen

A pesar de que esta enfermedad puede no presentar ninguna alerta, se puede manifestar a través de fatiga o molestia en la parte superior derecha del abdomen.

3 de febrero de 2022

De acuerdo con Medline Plus, la enfermedad de hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la acumulación de grasa en el hígado que no es causada por consumir demasiado alcohol. Las personas que la presentan no tienen antecedentes de consumo excesivo de alcohol. La EHGNA está usualmente, pero no siempre, relacionada con el sobrepeso.

Una forma más grave de la enfermedad se conoce como esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y puede causar cirrosis e insuficiencia hepática. También puede causar cáncer de hígado”, afirma el portal especializado de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

De hecho, según Mayo Clinic, esta afección es cada vez más común en todo el mundo, especialmente en los países occidentales. En Estados Unidos es la forma más común de enfermedad hepática crónica y afecta aproximadamente a una cuarta parte de la población.

Síntomas

A pesar de que la EHGNA puede no presentar ninguna alerta, en ocasiones se puede manifestar a través de fatiga o molestia en la parte superior derecha del abdomen. Los expertos no saben exactamente por qué algunas personas acumulan grasa en el hígado, mientras que otras no. De manera similar, no se termina de entender por qué algunos hígados grasos desarrollan inflamación que avanza hasta la cirrosis, afirma Mayo Clinic.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico y la esteatohepatitis no alcohólica están relacionadas con lo siguiente:

  • Sobrepeso u obesidad.
  • Resistencia a la insulina, en la cual las células no absorben azúcar en respuesta a la hormona insulina.
  • Azúcar alta en la sangre (hiperglucemia), lo que indica prediabetes o diabetes tipo 2.
  • Niveles altos de grasas, particularmente triglicéridos, en la sangre.

Los médicos recomiendan, además, mantener una dieta saludable que ayude a disminuir el riesgo de una complicación de la EHGNA, centrándose en la ingesta de frutas y verduras, y en la disminución controlada de azúcares.

Alimentos permitidos

  • Frutas frescas y naturales, como manzana, pera, piña, durazno, papaya, fresas, mandarina, naranja, limón, ciruela y guanábana.
  • Vegetales frescos, como calabacín, rúcula, espinacas, berenjena, lechuga, tomate, cebolla, zanahoria y berro.
  • Cereales integrales, como arroz integral, pan integral, pasta integral, quinoa y avena en hojuelas.
  • Proteínas con poca grasa, como huevos, tofu, pollo y pescados de carne blanca.
  • Leche y derivados con poca grasa, como leche y yogur descremados, y quesos blancos como requesón (ricota) y cottage.
Una dieta rica en fructosa puede producir un hígado graso y resistencia a la insulina, lo que puede ocasionar diabetes de tipo II.

Alimentos que deben restringirse

  • Alimentos ricos en grasas, como quesos amarillos, queso crema, tocino, cordero, carne de res grasa, piel de pollo, carne de cerdo, chocolate, mantequilla y margarina.
  • Cereales refinados, como arroz blanco, pasta, pan blanco y harina de avena.
  • Alimentos ricos en azúcar, como galletas, helados, dulces en almíbar, mermeladas y jugos de fruta industrializados, como los envasados o en polvo.
  • Alimentos industrializados, como salsas listas, pasta instantánea, comida rápida, pan de molde y comidas congeladas.
  • Embutidos, como jamón serrano, pechuga de pavo, salchicha, mortadela, salami, longaniza y lomo.

De acuerdo con Medline Plus. no hay un tratamiento específico para esta enfermedad. El objetivo es manejar sus factores de riesgo y cualquier afección médica. Es importante consultar con un profesional que pueda guiar a cada persona en su proceso y según sus necesidades para establecer un plan de cuidados.

Algunos puntos claves pueden incluir perder peso si la persona presenta sobrepeso, llevar una dieta saludable, no beber alcohol, realizar actividad física constantemente, vigilar de cerca la posibilidad de otras afecciones como la diabetes o la hipertensión, vacunarse contra la hepatitis A y B y reducir los niveles de colesterol y triglicéridos.