Cuanto más alta es la tensión, mayor es el riesgo de que se presenten daños en los vasos sanguíneos y en órganos tan importantes como el corazón, los riñones y el cerebro | Foto: Digital Division

SALUD

La hipertensión también es un problema de niños

La obesidad infantil se está convirtiendo en una epidemia mundial que afecta directamente la salud de los futuros ciudadanos del mundo.

17 de mayo de 2017

Los parques y las calles ya no son el lugar de juego favorito de los niños y niñas de hoy. Ellos prefieren los videojuegos y actividades más estáticas. Ese sedentarismo, junto con una mala alimentación, los expone a padecer de obesidad prematura y síndrome metabólico, principales desencadenantes de problemas que antes se consideraban de adultos como las enfermedades cardiovasculares. Precisamente, este 17 de mayo, en la conmemoración del Día Mundial de la Hipertensión, los expertos advierten sobre el aumento de casos en niños, niñas y adolescentes.

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La hipertensión arterial es el aumento persistente de la presión sanguínea. Cuanto más alta es la tensión, mayor es el riesgo de que se presenten daños en los vasos sanguíneos y en órganos tan importantes como el corazón, los riñones y el cerebro. Es una enfermedad silenciosa, pues no presenta síntomas y la mejor manera de prevenirla es llevar un estilo de vida saludable y controlar, periódicamente, los niveles de la tensión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), “a nivel mundial, más de uno de cada cinco adultos tiene la tensión arterial elevada, un trastorno que causa aproximadamente la mitad de todas las defunciones por accidente cerebrovascular o cardiopatía”.

Si bien muchos pequeños pueden presentar condiciones de hipertensión por cuestiones genéticas y enfermedades del corazón, el aumento en la población infantil se debe principalmente a la obesidad. Según datos de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional, en Colombia 1 de cada 6 niños y adolescentes presenta obesidad o sobrepeso. Por su parte, una investigación publicada por el Centro de Estudios en Medición de la Actividad Física (CEMA) de la Universidad del Rosario, que explica que un porcentaje significativo de niños en el país no cuenta con los valores de fuerza que se puedan consideran saludables y esto puede derivar en manifestaciones tempranas de riesgo cardiovascular.

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“Niños con hipertensión nos va a llevar a tener jóvenes y adultos con problemas cardíacos y la presentación de enfermedad renal crónica”, explica la nefróloga pediátrica de la Fundación Hospital Pediátrico La Misericordia HOMI, Juliana Chamorro. En la población infantil, la principal forma de hipertensión arterial es la secundaria, es decir, que se presenta como consecuencia de otra enfermedad más frecuentemente relacionada con lesiones renales.

Ha sido difícil establecer cifras de los niños que presentan esta condición porque el diagnóstico de esta enfermedad es diferente que en los adultos. “Los niños tienen un valor de referencia especial que tiene que estar adecuado a su grupo de edad. sexo y talla”, explica la experta. Además, “deben hacerse tomas correctas de la presión e interpretación apropiada de los valores de presión arterial bajo condiciones específicas para llegar al diagnóstico adecuado”, añade Chamorro.

Una buena noticia es que una parte de los casos podrían revertirse y en los que no se puede curar, es posible controlar esta condición con acciones como “el cambio de hábitos de vida como aumentar la cantidad de actividad física, que en niños debe ser mayor a 60 minutos, mínimo tres días a la semana. Mantener un peso adecuado, controlar el consumo de sodio, carbohidratos refinados, azúcares y consumir más frutas, vegetales, granos y fibra”, recomienda la experta.

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El incremento de la hipertensión es un problema a nivel mundial. Quienes padecen esta condición limitan drásticamente sus actividades diarias. Se debe tener especial atención a esta enfermedad, pues es silenciosa y sus factores de riesgo más altos son la obesidad, el tabaquismo, el sedentarismo, el consumo de alcohol y la mala alimentación.