| Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

La historia detrás de las niñas que se desmayaban sin razón

Periodistas de la Universidad de Cartagena investigaron durante siete meses el caso de las niñas de colegio que se desmayaban en Carmen de Bolívar.

20 de julio de 2016

Una crónica sobre el caso de las niñas del Carmen de Bolívar que entre julio y septiembre del 2014 de manera insólita comenzaron a desmayarse sin ninguna explicación ganó el premio Roche de periodismo en salud en la categoría de radio. En ese momento, los padres de familia asociaron el malestar a la vacuna del Papiloma Humano, pero el gobierno y otras autoridades de salud lo declararon un caso de sugestión colectiva.

En septiembre de ese año, Martha Amor, Fabián Cardoso y Ruddy Negrete, periodistas de la Universidad de Cartagena, fueron al lugar de los hechos y durante siete meses hablaron con padres, psiquiatras, médicos y otros expertos para tratar de explicar el fenómeno.

La historia, contada de manera entrelazada con la obra Del amor y otros demonios, del nobel Gabriel García Márquez, fue emitida por primera vez a principios del 2016 en la emisora de la universidad bajo el titulo De vacunas, abandono y otros demonios.Semana.com. COM habló con Martha Amor, coautora de la crónica.

Semana.com: ¿Qué pasó en Carmen en julio del 2014 con estas niñas?

Martha Amor: Entre julio y septiembre de ese año se hicieron públicos en los medios de comunicación unos casos de desmayo entre unas niñas de un colegio en Carmen de Bolívar. En ese momento ya muchos padres asociaban esos síntomas a la aplicación de la vacuna del VPH, pero otros decían que se debía a que las niñas habían jugado con la tabla de la Ouija. El Gobierno, por su parte, dijo que era un caso de sugestión colectiva. A mí me impactó la noticia de que se presentaran desmayos masivos y por eso viajé allá para conocer la situación de primera mano.

Semana.com: ¿Qué los motivó a ir?

M.A.: Que las cosas no cuadraban. Cuando se dijo que era por sugestión colectiva, eso me generó muchas preguntas:  ¿Por qué todas sienten los mismos síntomas? ¿Cómo se contagian? ¿Cómo se trata? Era una iniciativa muy personal.

Yo era la encargada de la emisora de la universidad y sentía que debía contestar esos interrogantes. Fui por primera vez en septiembre con dos colegas y estuvimos durante siete meses investigando el tema.

Semana.com: En ese momento, ¿cuál fue la conclusión del Gobierno?

M.A.: Que todo había sido producto de una sugestión colectiva. Una investigación posterior del Instituto Nacional de Salud reiteró ese dictamen.

Semana.com: ¿Pero ustedes qué encontraron?

M.A.: El primer gran hallazgo fue darnos cuenta de que no todas estaban enfermas. Pero también vimos que el tema no se abordó de la mejor manera. Una declaración de sugestión colectiva no se hace de forma tan apresurada sino que tiene unos protocolos propios. El informe del Instituto de Salud dice que se basan en las historias clínicas de las niñas y de acuerdo con la información recogida, muchas de esas historias clínicas no se hicieron con el rigor necesario. Nosotros, que fuimos a la fuente, constatamos que no a todas las niñas las evaluaron individualmente como indica el protocolo médico siquiátrico para descartar cualquier otra afección y poder decir que era una sugestión colectiva.

Semana.com: ¿Y qué observaron en cuanto a los efectos adversos de la vacuna?

M.A: Encontramos que los efectos adversos se han presentado en mujeres de otros países pero son de difícil diagnóstico. Por ejemplo, está la disautonomía, que se confunde con un problema psicológico. Pensamos que no se hicieron estudios a profundidad con las niñas afectadas.

Semana.com: ¿Cuántas están enfermas?

M.A.: Tengo que aclarar que no soy médico para saber quién padece enfermedad y quién no,  pero al confrontar la información nos queda duda de que haya habido un estudio exhaustivo sobre lo que sucedió allí. Muchas están padeciendo y se ven graves. La preocupación queda.

Semana.com: ¿Que síntomas tenían las más graves?

A.M.: Los casos más serios tienen que ver con la dificultad para caminar, les fallan las piernas, se caen. En algún momento fueron los desmayos repentinos.

Semana.com: Qué piensan ustedes hoy sobre lo que les pasó?

M.A.: Para mí es un asunto de falta de atención. La sugestión colectiva es de fácil cura y tratamiento, entonces ¿por qué no las atendieron para que la superaran? También se han debido hacer estudios individuales, pues el protocolo psiquiátrico exige una revisión para excluir otras enfermedades. Pero no hubo eso. Sería bueno que recibieran atención interdisciplinaria. Lo otro es haber aclarado lo de la vacuna.

Semana.com: Y en cuanto a la vacuna, ¿qué concluyen de eso?

M. A.: No tengo el criterio para saber si las niñas padecen de una sugestión colectiva o no, pero lo que puedo decir con la investigación es que hay unas que se ven afectadas, no sé si por la vacuna, pero los antecedentes de sus efectos adversos se deben revisar. La misma compañía farmacéutica que la comercializa los declara en un folleto en la caja de cada vacuna.

Cuando se presentan en Estados Unidos, los pacientes son indemnizados. En otros países la han reitrado del esquema de vacunación precisamente por las presiones de los grupos liderados por personas afectadas. Algunos señalan además que su efectividad está entredicho. ¿Por qué no se revisa su estado de salud con respecto a esto?