Salud mental

¿Por qué el viaje de regreso siempre se siente más corto?

La percepción del paso del tiempo es subjetivo y fácilmente sesgado por el estado de ánimo, los pensamientos, la actividad o los sucesos del momento. Eso dice el médico psiquiatra José A. Posada Villa, Médico Psiquiatra*

19 de diciembre de 2019

La mayoría de las personas que regresan de un viaje sienten que el regreso al hogar transcurre más rápido. Si bien las distancias y el trayecto son generalmente iguales, el camino de regreso parece más corto. 

Este fenómeno extraño se denomina técnicamente el "Efecto de viaje de retorno". Investigaciones recientes muestran evidencias de que el Efecto de viaje de regreso realmente existe y se ha observado que las personas pueden experimentar este fenómeno incluso cuando vuelven por una ruta desconocida, así se recorra la misma distancia.

Dicho efecto en el viaje de retorno es considerable. En las investigaciones realizadas se ha observado que la diferencia que se percibe fluctúa entre un 17% y 22 % más corto comparado con el viaje inicial.

La percepción del tiempo se refiere a la experiencia subjetiva del paso del tiempo, o la duración percibida de los eventos, que puede diferir significativamente entre diferentes individuos o en diferentes circunstancias. Aunque el tiempo físico parece ser más o menos objetivo, el tiempo psicológico es subjetivo y potencialmente maleable. Es interesante analizar la manera en que nuestro cerebro procesa los intervalos de tiempo y la expectativa del orden y la velocidad de los sucesos.

La mente es un dispositivo maravilloso para crear sentidos, que toma información ambigua o confusa y la simplifica. Se han estudiado dos posibles explicaciones para el Efecto de viaje de retorno. Una es la familiaridad. Así como las tareas rutinarias parecen requerir menos esfuerzo que las nuevas, quizás las rutas familiares parecen tomar menos tiempo en completarse. La otra es la expectativa. Si toma más tiempo de lo que pensábamos en el viaje de ida, que es lo que generalmente ocurre, entonces tal vez ajustamos nuestras expectativas en el camino de regreso y nos sorprendemos gratamente cuando no toma tanto tiempo.

Los investigadores han encontrado una mayor evidencia en la teoría de las expectativas. Al iniciar un viaje, a menudo las personas son excesivamente optimistas respecto al tiempo necesario y esto causa que se haga más largo de lo esperado. En el viaje de regreso sucede lo contrario. Recuerdan el viaje de ida y piensan que todavía les queda un largo viaje de vuelta, lo cual produce la percepción que éste no parezca tan largo. 

Por supuesto, hay otras variables en juego, entre ellas las actividades durante el viaje y estado emocional de cada pasajero.

*Grupo de Investigación, Nuevas Perspectivas en Salud Mental, UCMC