Departamentos como Santander, Antioquia y Atlántico anunciaron que en 2020 continuarán su estrategia de educación en casa.

EDUCACIÓN

¿Qué tan riesgoso es reabrir los colegios en medio de la pandemia?

Todos quieren volver a los colegios, pero la pregunta es cuándo. Muchas familias y profesores tienen miedo al contagio; sin embargo, pediatras y psicólogos advierten que el aislamiento prolongado en los niños puede ser peor que la enfermedad. ­¿Qué hacer?

1 de agosto de 2020

Las aulas de clase ya llevan más de cuatro meses vacías. La pandemia aisló gran parte de la economía y llevó a las casas las jornadas escolares. Miles de niños, sus padres y los colegios y escuelas hoy deben actuar en la virtualidad.

Sobre la marcha tuvieron que ajustar programas escolares, aumentar la cobertura digital, llegar con las guías a las casas de los estudiantes y mantener el ritmo educativo. Todo para no perder el año.

Para los niños es muy importante que los colegios abran sus puertas, pero realmente también lo es para toda la comunidad. La vida cotidiana depende de que los chicos vayan a clase mientras los padres trabajan. Sin embargo, hoy las casas se convirtieron en aulas y oficinas virtuales. Y muchos padres están desesperados con esa doble jornada.

Hace unos meses, uno de los escenarios era retornar en el segundo semestre académico a clases presenciales o, en el peor de los escenarios, a un esquema mixto denominado alternancia. Consiste en establecer grupos pequeños para cumplir las medidas de bioseguridad y alternar las clases presenciales con las virtuales para evitar las grandes conglomeraciones en los colegios. Cada institución ajustaría esta alternancia a sus necesidades y a su cantidad de estudiantes.

Sin embargo, estas semanas coinciden con la llegada al temido pico de contagios, capaz de poner en jaque al sistema de salud. Y con esa tensión, a la medida le han llovido críticas y cuestionamientos.

El Gobierno nacional planea avanzar en ese modelo de alternancia para retomar gradualmente la presencialidad en los salones de clase.

Comenzará a probar el esquema en 16 departamentos y 34 de las 96 Secretarías de Educación ya implementan progresivamente los protocolos de bioseguridad. Para ello, el Gobierno ha girado más de 92.000 millones de pesos para que las instituciones puedan cumplir los protocolos.

A pesar de esto, muchas familias están asustadas. El coronavirus, un asunto nuevo y poco entendido, las angustia. Hay una avalancha de información sobre la pandemia, las noticias recientes hablan de incrementos en el número de casos en el país, lo que aumenta el temor de las familias ante una eventual reapertura de colegios. Cifras entregadas por la Confederación de Padres de Familia, la principal del país, indican que el 87 por ciento no enviaría a sus hijos al colegio.

A esto se suma que la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) anunció que no apoya el esquema propuesto por el Gobierno. “No estamos para experimentos, no es momento de presencialidad ni alternancia, si el Gobierno determina eso los profesores entraremos en desobediencia civil, no vamos a ir a los colegios”, sostuvo su presidente, Nelson Alarcón.

No obstante y para calentar aún más el debate, otros sectores han instado a reabrir las escuelas, pues consideran la cura peor que la enfermedad. Pediatras, psicólogos y expertos en neurodesarrollo sostienen que el impacto en el aprendizaje y en la salud mental de los niños es mucho más grave que el riesgo de volver a las aulas.

Por ejemplo, la Academia Estadounidense de Pediatría, asociación con fama de conservadora y cautelosa, sorprendió con las pautas que entregó para la reapertura de las escuelas. En efecto, iban en contravía de las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en ese país (CDC, por sus siglas en inglés), que mantienen que el aprendizaje remoto es la opción más segura para los niños.

El doctor Sean O’Leary, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas, ayudó a escribir las pautas para reabrir colegios en Estados Unidos. Para él, la covid-19 es diferente a la mayoría de los virus respiratorios. “Los niños cumplen un papel en el aumento de las tasas de influenza dentro de las comunidades. Pero ese no parece ser el caso con covid-19, como indican los estudios en varios países que han reabierto”, señaló el especialista, sobreviviente del coronavirus. “Hemos visto en la literatura y también anecdóticamente que los niños realmente parecen ser menos propensos a contraer la infección y a propagarla”, afirma.

¿Qué dice la evidencia?

La muerte de niños por el coronavirus conmociona a la opinión pública, pero no sucede con frecuencia. Por ejemplo, el número de casos graves registrados en niños menores de 15 años apenas representa 0,6 por ciento del total de casos en Francia.

La revista especializada The Lancet Child & Adolescent Health reveló en un informe que menos del 1 por ciento de los casos en niños resultan mortales. De los 582 pacientes positivos estudiados en España, Gran Bretaña y Austria, cuatro murieron (0,6 por ciento), todos ellos mayores de diez años con problemas médicos preexistentes. La cifra es similar en estadísticas de otros países, como Colombia, donde de casi 10.000 contagiados menores de diez años han muerto 14, una tasa de mortalidad del 0,14 por ciento. “Está claro que reabrir los colegios no va a generar la muerte de los niños. Es más grave el impacto del encierro en su aprendizaje”, dice el neurólogo infantil Jorge Eslava. Recordó que el 88 por ciento de los niños en el país tiene algún signo de afectación en su salud mental por la cuarentena, según un informe del Instituto Colombiano de Neurociencias.

El otro interrogante es la capacidad de los niños, con síntomas o sin ellos, de transmitir el virus a su familia o a los profesores. Los datos al respecto son menos claros porque es difícil estudiar el poder transmisor de sujetos que tienen poca o ninguna señal de la enfermedad

Las pruebas de detección más importantes se realizaron en Islandia, y tienden a confirmar que los niños desempeñan un rol menor en la transmisión. En una de las campañas de pruebas realizadas en la isla ningún niño menor de diez años dio positivo. Kári Stefánsson, un investigador líder en Islandia, le dijo a la revista The New Yorker que de unos 56.000 residentes examinados, “solo hay dos ejemplos en los que un niño mayor de diez años infecta a un padre. Pero hay muchos ejemplos en los que los padres infectan a otros”. Todas las investigaciones apuntan a un mismo resultado: los niños son menos propensos a contagiarse y a servir de vectores de la enfermedad.

Jonas Ludvigsson, pediatra y profesor de epidemiología clínica en el Instituto Karolinska, de Suecia, revisó la literatura relevante a partir del 11 de mayo y concluyó que “rara vez los niños pueden causar brotes de la enfermedad”. Por otra parte, Soumya Swaminathan, científica de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguró: “Por lo que sabemos, ahora parece que los niños son menos capaces de propagar la enfermedad”. Y Kristine Macartney, directora del Centro Nacional de Investigación y Vigilancia de la Inmunización de Australia, desestimó que los niños sean ‘superpropagadores’ de la covid-19 como sí lo son con la gripe. Aún no hay evidencia suficiente para que la comunidad científica dé una conclusión definitiva; pero con la información recolectada hasta ahora muchos expertos de varios países coinciden en que el riesgo de contagio es más bajo en los niños.

Por eso, los partidarios de reabrir las escuelas piden poner en una balanza el costo-beneficio y riesgo de cada decisión. “En los más pequeños los efectos en el desarrollo y aprendizaje pueden ser irreversibles. La brecha en la calidad, que ya existía desde antes de la pandemia, va a seguir creciendo, muchos de quienes se oponen a la reapertura de las aulas tienen la virtualidad solucionada, alimentación para sus hijos y un espacio seguro en casa, pero ese no es el caso de muchas familias”, dice la exviceministra de Educación, Isabel Segovia.

Kelly Navarro Abello, enfermera jefe de una clínica del Atlántico y madre de dos pequeños, tiene más que claras las cifras de contagios y muertes, pues vive la situación a diario. Ella más que nadie extraña que los colegios abran, ya que con esta coyuntura puede apoyar muy poco la educación virtual de sus hijos: “Sin hacernos los mártires, porque hay gente que puede tener condiciones más complicadas, la salud está primero en estos momentos, incluso sobre la calidad académica. Hay que tratar de que los niños se esfuercen y hagan las tareas bien, aunque tengamos claro que nunca será igual al nivel del colegio”.

¿Colegios, foco de contagio?

Ha habido noticias alentadoras sobre la reapertura de colegios en otras partes del mundo, incluido Wuhan, lugar donde se originó la pandemia. Pero también casos de Gobiernos que revirtieron su decisión de abrir las escuelas debido a nuevos brotes.

A comienzos de julio, Hong Kong cerró nuevamente los colegios, tras haberlos abierto unas semanas antes. Sin embargo, no lo decidieron por un foco específico en las escuelas, sino por un “incremento exponencial” de casos nuevos de covid en la población. Lo mismo sucedió en Sudáfrica, que dio reverso tras un incremento generalizado en los casos.

Austria, Dinamarca, Alemania, Suecia y Noruega han reabierto las escuelas sin grandes brotes. Estas naciones y otras han tomado medidas para estar a salvo, incluida la apertura lenta, la limitación del tamaño de la clase y la adopción de protocolos estrictos en los colegios. Israel, por su parte, experimentó brotes en las escuelas, registró hasta 130 casos en una misma institución, pero esto solo sucedió después de aflojar las limitaciones en el tamaño de las clases.

El Instituto Pasteur de Francia, tras un estudio realizado en seis escuelas primarias de Crépy-en-Valois, una comuna muy golpeada por la epidemia, considera erróneo decir que las escuelas son un foco de contagio. Se practicaron tests de detección de anticuerpos a 1.340 personas, entre ellas 510 niños. Los investigadores identificaron a tres contagiados antes de que los establecimientos cerraran en el marco del confinamiento. Ninguno de ellos infectó a alguien en la escuela durante las tres semanas en las que estuvieron expuestos.

No hay una verdad absoluta sobre si abrir los colegios puede incrementar los contagios en la población. Pero los casos de varios países dejan claro que sí es posible retomar gradualmente la presencialidad en medio de la pandemia. Los protocolos para reabrir las escuelas en los diferentes países tienen un común denominador: tener pequeños grupos de estudiantes para mantener el distanciamiento y alentar el uso del tapabocas. En Taiwán y Corea del Sur, entre otros países, las directivas de los colegios han puesto barreras plásticas en los escritorios de los estudiantes, para crear pequeños cubículos. En Francia, en algunos distritos los niños llevan tapabocas y protectores faciales de plástico. En Alemania, el Gobierno sugiere usar tapabocas solo para áreas comunes. En Dinamarca y Suecia, los estudiantes no requieren máscaras. Algunos países promueven las clases al aire libre.

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En Colombia, la normativa del Ministerio de Educación para la reapertura no es muy distinta. “Las recomendaciones para el regreso a las actividades presenciales con alternancia son generales para todo el sector educativo: uso del tapabocas, distancia física de uno a dos metros, no compartir elementos, evitar la asistencia presencial en caso de síntomas de covid-19”, dijo la ministra María Victoria Angulo.

Para el pediatra y virólogo Robert Cohen, debería preocupar cómo van a llegar los niños a los colegios, que es lo que en últimas va a suceder en las instituciones. Explica que “las llegadas y las salidas de colegios son momentos de encuentros entre adultos y eso es, quizá, lo que más influye en la epidemia, más que los propios niños”.

Datos del Laboratorio de Economía de Educación de la Universidad Javeriana indican que en Colombia la mayoría de los estudiantes reportaron desplazarse a su colegio caminando o en bicicleta (62 por ciento), seguido por quienes llegan en transporte escolar o particular (24 por ciento). Esta población sería la de menor riesgo si las instituciones establecen protocolos claros y seguros al momento de entrada y salida de estudiantes. El tercer medio de transporte más utilizado por los estudiantes es el transporte público (entre el 12 por ciento y el 15 por ciento). Este grupo estaría más expuesto.

A este riesgo de los estudiantes, no menor, hay que sumarle uno adicional. Dos de cada diez profesores (58.000) en el país tienen más de 60 años, es decir, alto riesgo. Sin embargo, algunos, como Alarcón, señalan que ese dato es irrelevante, pues cualquier adulto tiene algún riesgo de contagio.

Para Roberto Baquero, presidente del Colegio Médico Colombiano, en las principales ciudades del país no es lógico reabrir colegios en agosto, pues es el momento de mayor cuidado. “Conozco las afectaciones de salud mental, pero estas semanas serán críticas, y la prevención es la mejor ruta”. Sin embargo, señaló que esta decisión depende de cada territorio, pues “en municipios no covid, como epidemiólogo veo viable hacer clases, pero con los protocolos de bioseguridad como en cualquier sitio”.

Por el momento, las principales regiones del país terminarán el año virtualmente. Atlántico, Antioquia y Santander no retornarán a la presencialidad, ni con alternancia, en 2020. Bolívar, Valle del Cauca y Bogotá están a la espera, como muchas otras ciudades, de cómo evoluciona la pandemia, pero los expertos aún no ven cercano reabrir los colegios. La secretaria de Educación de Bogotá, Edna Bonilla, señaló que solo podrán pensar en que los niños vuelvan a las aulas en la capital cuando disminuya la curva epidémica de casos y la positividad diaria en las muestras procesadas. Tiene una posición muy clara: “Ambos aspectos están subiendo, por el momento no retornamos a la presencialidad”.

“No iremos a los colegios”

El presidente de Fecode, Nelson Alarcón, explica la posición de los más de 300.000 docentes respecto al modelo de alternancia que propone el Ministerio de Educación.

SEMANA: ¿Le creen a la alternancia?

Nelson Alarcón: No les creo a la presencialidad ni a la alternancia a partir de agosto, es claro que en estos momentos no están las condiciones para el regreso de toda la comunidad. Es lo que más queremos como profesores, pero el escenario real es que en medio de esta pandemia eso no es posible.

SEMANA: ¿Y los lineamientos para volver a clases?

N.A.: El Ministerio no hizo esos lineamientos con la comunidad educativa, no nos tuvo en cuenta. Faltan muchas precisiones sobre el transporte escolar, la infraestructura, hay colegios sin agua potable. Realmente es inviable. Defendemos primero la salud y la vida.

SEMANA: ¿Qué pasa en los municipios no covid?

N.A.: Decimos no a la presencialidad en todo el territorio, lo de los municipios no covid es muy cuestionable: cómo tenemos certeza de eso si no se están haciendo las suficientes pruebas en todo el país. Si deciden abrir colegios, nosotros no iremos, entraremos en desobediencia civil.

SEMANA: ¿Fracasó la virtualidad?

N.A.: La virtualidad es una herramienta más de la educación. Nuestros maestros están haciendo grandes esfuerzos para dar continuidad al proceso educativo, han establecido estrategias para que lleguen talleres a las familias, han incrementado su horario para que los jóvenes sigan estudiando en medio de estas dificultades. El Gobierno debería garantizar las condiciones para que funcione.