El diente de león es considerado como una planta con capacidades depurativas y digestivas, gracias a sus beneficios a nivel hepático y renal, así como su acción laxante.

SALUD

Diente de león: estas son sus propiedades curativas y beneficios

Pese a que es muy común, pocos conocen el sinnúmero de propiedades que ostenta esta planta.

21 de agosto de 2021

El diente de león es una de las plantas más comunes que cuenta con una infinidad de propiedades. El uso medicinal de esta planta está documentado desde principios del siglo XI por reconocidos médicos persas como Ibn Sina –más conocido como Avicena– y su predecesor Al-Razi o Razi, quien inspiró el Instituto de Investigación Médica Razi, ubicado cerca de Teherán (Irán), reseña María José Alonso Osorio, vocal de plantas medicinales y homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y colaboradora de Advance Medical, en el blog Salud Mapfre.

Aunque es proveniente de Europa y Asia, en la actualidad esta planta puede ser encontrada en la gran mayoría de parques del mundo; muchos juegan incluso con el diente de león cuando está en la etapa donde posee vilanos, el conjunto de pelos plumosos blancos.

Crece en terrenos baldíos, a la orilla de las aceras, en las macetas y otros lugares, siendo considerada por muchos como una “mala hierba” o maleza. Pese a que es muy común, pocos conocen el sinnúmero de propiedades que ostenta esta planta. Hace miles de años, Avicena aseguró que el uso del diente de león ayuda a estimular la producción de bilis y de orina.

Más adelante, en el siglo XVI, se consolidó lo dicho por ese escritor persa y se destacó que el diente de león contiene propiedades diuréticas resultantes de aumentar la producción de orina. Lo anterior se suma a su doble acción en el hígado, donde ayuda a estimular la producción de la bilis teniendo un efecto colérico y también facilita la digestión de las grasas al ayudar a vaciar desde la vesícula biliar hasta el duodeno. En razón a lo ya descrito, el diente de león es considerada una planta con capacidades depurativas y digestivas, gracias a sus beneficios a nivel hepático y renal, así como a su acción laxante.

Un diente de león maduro fue fotografiado durante la cálida primavera en Belgrado, Serbia. (AP) | Foto: AP

El diente de león también ayuda a la piel, el órgano más grande que tiene el ser humano. En ese sentido, en la década de los cuarenta del siglo XX, el doctor Henri Leclerc (1870-1954) habló sobre la mejoría que obtenían las personas luego de tomar infusiones con esta planta para el tratamiento de algunos problemas de la piel como los eccemas, picores y erupciones en los pacientes donde los problemas dermatológicos coincidían con los problemas de función insuficiente del hígado. Es de recordar que existe una relación estrecha entre el buen funcionamiento hepático y la salud de la piel, reseña Alonso.

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) concibe el diente de león como medicamento de uso tradicional (MTP) para el tratamiento de trastornos digestivos leves –como sensación de plenitud abdominal, flatulencia y digestión lenta–, así como también para aumentar la cantidad de orina, limpiar las vías urinarias y los riñones. Además, puede ser utilizado como aperitivo, ya que gracias a su sabor amargo ayuda a abrir el apetito.

Se trata de una planta herbácea que forma parte de la familia de las compuestas. Su altura puede ser hasta de 35 centímetros y es de sabor agridulce. Las hojas que rodean al diente de león son dentadas –he ahí su nombre– y “forman una roseta en la base desde donde crecen los tallos floríferos que son huecos y erguidos, y acaban en un capítulo floral de color amarillo. Estas flores comestibles fructifican en forma de aquenio formando una esfera de vilanos –conjunto de pelos plumosos– blancos y sedosos que vuelan con el aire ayudando así a que se disemine su semilla”, describe la vocal de plantas medicinales y homeopatía.

El diente de león puede ser consumido en tisana, por lo que la Agencia de registros del Ministerio de Sanidad Alemán (Standardzulassung) recomienda mezclar la raíz y las hojas de la planta, llevando al punto de ebullición entre una y dos cucharadas de estas dos partes del diente de león –previamente machacadas– en una olla con 150 mililitros de agua. Surtido este proceso, se debe dejar reposar durante 15 minutos, filtrar y endulzar al gusto, reseña el blog Salud Mapfre. Puede tomarse una taza de esta infusión en la mañana y otra en la noche.

Alonso señala que para el consumo de la raíz de diente de león la dosis diaria recomendada es de 3 a 5 gramos, mientras que en el caso de las hojas, el equivalente es de 4 a 10 gramos. Si se mezclan las dos partes de esta planta, se recomienda consumir entre 3,5 y 7,5 gramos por infusión, todas las mezclas hasta tres veces al día.

Para concluir, la vocal de plantas medicinales y homeopatía del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y colaboradora de Advance Medical recalca que el diente de león “no debe utilizarse nunca en caso de problemas biliares sin la supervisión de un médico y está contraindicado en caso de obstrucción de las vías biliares. Debido a que contiene sustancias amargas, el diente de león estimula la producción de jugo gástrico, por lo que a ciertas personas puede causarles molestias gástricas e hiperacidez”.