HERODES NO ES COMO LO PINTAN

Recientes excavaciones revelan que el temido rey hizo algo más que matar niños

25 de abril de 1988

Después de 20 años de excavaciones y buceo, un grupo de arqueólogos norteamericanos han descubierto las verdaderas dimensiones de Cesarea, el monumental puerto de la vieja Judea, y ha llegado a establecer que Herodes el Grande era algo más que el peor enemigo de los niños.
El historiador judio Josephus, en el año 88 d.C., hizo una descripción de Cesarea, la ciudad construída en el clásico estilo romano al final del siglo I a.C., que hasta hoy se consideraba hiperbólica. Sin embargo, con los nuevos descubrimientos se ha venido a comprobar que el historiador no exageraba cuando hablaba de los muros fortificados, las colosales estatuas, el inmenso paseo de la ciudad, el templo de mármol, y cuando se refería a Herodes como "genio para los grandes diseños". Herodes, según lo que ahora se viene a conocer, merece un puesto en la historia por haber construído un enorme puerto donde las fuertes corrientes marinas y las características del mar hubieran espantado a hombres menos audaces.
De las ruinas de Cesarea ha surgido una imagen muy diferente del Herodes asesino de niños, que aparece ahora como un gran constructor.
Los arqueólogos han quedado sorprendidos con lo que han descubierto: el primer puerto construído en mar abierto sin el amparo de una bahía o península. La tecnología romana en construcciones de concreto, nueva para su época, fue aplicada para levantar inmensos rompeolas. Se hicieron también canales para el flujo del agua en el interior del puerto y para prevenir la sedimentación. Fue, sin duda alguna, según los arqueólogos, un logro de ingeniería tan innovador como audaz, nunca visto en la antiguedad.
Los nuevos hallazgos sugieren que Cesarea era no solamente uno de los más grandes centros urbanos del mundo antiguo, sino también un importante centro comercial. De acuerdo con la evidencia encontrada, la mayor fuente de riqueza de Herodes debió derivarse de las rentas obtenidas del comercio con el Oriente, gran parte del cual pasaba por Cesarea en la ruta a Europa.
Con esta riqueza, Herodes, que admiraba todo lo romano, creó su propia Roma. Logró traer agua hasta la ciudad a través de un acueducto que construyó desde el Monte Carmel y que requirió un túnel de más de 4 kilómetros bajo roca sólida. Afuera de las murallas, más allá del puerto, los edificios públicos y los templos, había un hipódromo, villas lujosas y el primer teatro del Medio Oriente. La ciudad, construída solamente en 12 años -entre el 22 y el 10 a.C.- recibió su nombre por el de Augusto César, el primer emperador romano y patrón de Herodes.
Este nuevo enfoque de Cesarea es el tema del libro "El sueño del rey Herodes", que saldrá al mercado el mes próximo, según lo revela The New York Times. Además, con este mismo motivo se ha organizado una exhibición en el Museo de Historia Natural de Nueva York con más de 200 objetos encontrados en las excavaciones.
EL MODELO: ALEJANDRIA
En el libro se dice que Herodes tuvo varias razones para construír a Cesarea: políticas, económicas y un deseo colosal de auto-expresión. Como Alejandro, cuya Alejandría en Egipto fue el puerto dominante del Mediterráneo oriental, Herodes "quería un monumento para asegurar su fama, una gran ciudad que floreciera hacia el futuro. Esa era, esencialmente, el sueño de Herodes".
Sin embargo, Cesarea no logró nunca destacarse como Alejandría pero sobrevivió durante más de 12 siglos. Sus ruinas rinden testimonio de los romanos, luego de la era cristiano-bizantina y posteriormente de la ocupación musulmana y de las Cruzadas.
Allí tuvo sus cuarteles generales Poncio Pilatos como prefecto romano de Judea. "Uno de los más sensacionales descubrimientos, se lee en el libro, fue un templo de piedra del año 30 d.C. que lleva el nombre de Pilatos, la única evidencia conocida de que Pilatos, quien presidió el juicio a Jesús, fue una figura histórica". Se sabe también que en Cesarea oraron Pedro y Pablo, y que allí Pablo fue puesto prisionero. La revuelta judía de 4 años contra Roma prendió su mecha en la ciudad de Herodes en el año 66 d.C. y más de 20 mil personas casi todos los judíos de la ciudad fueron masacrados.
Más que cualquier cosa, Cesare, era un reflujo de la visión y la perso nalidad de Herodes. Este realizó obras serias y osadas en gran escala. Fue fundamentalmente un profesional de la construcción y no "un loco de atar".
Durante su reinado, del 37 a.C hasta su muerte en el año 4 a.C., Herodes el Grande luchó vigorosa y rudamente para asegurar el control de Judea. Tenía que satisfacer a sus señores en Roma y aplacar a los judíos en su reino, que no lo aceptaban de todo como judío ni como su legítimo soberano. Su madre era una princesa árabe y la familia de su padre provenía de Idumaea, una tierra al sur de reino judío, donde sus habitantes habían adoptado la religión hebrea sólo dos generaciones antes de que naciera Herodes. Además, Herodes había llegado al trono con la ayuda de Roma.
César Augusto alguna vez hizo observaciones sobre los métodos de gobierno de Herodes y dijo: "prefiero ser un cerdo de Herodes antes que su hijo". Se refería a que mientras Herodes se abstenía de comer cerdo y públicamente observaba otras costumbres judías, buscando agradar con sus súbditos, no dudó en mandar matar a tres de sus hijos, de quienes sospechaba que estaban organizando un complot en su contra. También mandó eliminar a algunas de sus esposas y, además, como es de todos conocido, ordenó degollar a los varones recién nacidos ante los rumores insistentes del próximo nacimiento del rey de los judíos. "Para permanecer vivo en esa clase de mundo tomaba toda clase de precauciones y, en muchos casos, tenía razón de experimentar paranoia. Sus hijos y algunas de sus mujeres conspiraron para arrebatarle el poder", se afirma en el libro.
Por similares razones, Herodes comenzó su carrera como constructor. El miedo inspiró la ciudadela de Masada en una colina en el Mar Muerto. Buscando ganarse la simpatía de sus súbditos judíos, reconstruyó el segundo templo de Jerusalén. Y para traerle prosperidad a su pequeño reino, decidió erigir a Cesarea.
Las dimensiones del puerto sorprendieron a los arqueólogos. En los años 60 los buzos que exploraban bajo el mar encontraron piedras y bloques de concreto de los dos rompeolas artificiales que los ingenieros de Herodes habían construído para hacerle frente a la naturaleza. Por lo menos 100 buques de la época podían anclar en sus aguas.
Los expertos, sin embargo, se preguntan cómo demonios trabajadores en botes podían llevar inmensas piedras para construír los rompeolas. Los buzos descubrieron que eran bloques de concreto, que además fueron utilizados para construír el faro y los cimientos de las estatuas que flanqueaban la entrada del puerto.
Se sabía que los romanos habían inventado la construcción con concreto cerca de dos siglos antes. Su concreto era un agregado de piedra molida y cenizas volcánicas que se endurecía al contacto con el agua. El concreto se vaciaba en estructuras de madera. Los análisis hechos con la técnica del radiocarbón confirman la edad de la madera que coincide con el tiempo de Herodes. Se cree que Herodes importaba la madera de Europa lo mismo que a sus ingenieros.
Los carpinteros colocaban juntas las estructuras de madera en la playa y luego las remolcaban hasta ponerlas en la posición deseada. Luego se las rellenaba con piedra, de tal forma que las estructuras se hundían y quedaban en el fondo. Después eran llenadas completamente con la mezcla de concreto. Más rocas se colocaban a lo largo del borde exterior para reforzar la barrera y proteger las bases y las paredes del rompeolas de la fuerza del mar.
Los hallazgos han sido también más que un testamento de la eficacia de los sistemas de canales que se construyeron no sólo para conservar el suficiente nivel de agua en el puerto, sino para que hubiera el necesario desague que impidiera la sedimentación.
Los arqueólogos que realizaron los descubrimietos y participaron en la redacción del libro se sorprendieron con la correspondencia que había entre el texto de Josephus y los hallazgos arqueológicos. "Son tan exactos, afirman, que es posible reconstruír el diseño original del puerto con sorprendente detalle".
Algunas ruinas de Cesarea y restos de naufragios de barcos han aportado pistas para saber el tipo de comercio que se realizaba en la región. Se cree que Cesarea fue un gran puerto de comercio de sal del Mar Muerto al resto del mundo Mediterráneo. También se encontraron huellas de comercio de pimienta negra de la región del océano Indico; y ánforas de terracota en donde se almacenaba el aceite de oliva, el vino, mieles y salsas de pescado. Piezas de porcelana china algo hablan del comercio este-oeste que hacía escala en el puerto de Herodes.
AUGE Y CAIDA
Los científicos descubrieron que la ciudad floreció durante el período bizantino-cristiano, del año 325 al 640 d.C. Un perímetro mayor de fortificaciones construídas en esa época sugiere que había una población de cerca de 50 mil personas.
En el libro, los arqueólogos señalan que los descubrimientos llevan a una modificación de la tesis de Gibbon en el libro "Ocaso y caída del Imperio Romano", según la cual la cristianización del Imperio significó el final de la antiguedad. Los arqueólogos afirman que más allá de una fachada de prosperidad, la decadencia comenzó a comienzos del siglo VII. Las construcciones parecían desgastadas, el gran puerto prácticamente había desaparecido. El comercio declinó cuando el mar le cobró su precio a los rompeolas.
Pero ni Herodes con todo su poder, ni sus ingenieros romanos con toda su habilidad podían haber protegido a Cesarea de otra fuerza natural: la falla geológica sobre la cual se había construido. La corteza movediza había inclinado el piso del puerto y, por consiguiente, había hecho hundir lo que quedaba de los rompeolas. El sueño de Herodes el grande se fue convirtiendo en una pesadilla submarina.-