La única causal para encarcelarlos es que podrían incidir en sus procesos. Eso se puede argumentar cuando la persona conserva una posición de poder con tentáculos sobre pruebas, testigos o sobre sus jueces. Pero Melo y Andrade son dos tecnócratas que ya renunciaron a sus cargos y las presuntas pruebas contra ellos ya están en poder de la Fiscalía. Sería más lógico una medida menos radical hasta que haya un veredicto de fondo. Y si este es condenatorio entonces sí ponerlos tras las rejas.