Dicen que nada más difícil que poner de acuerdo a un grupo grande, sobre todo, en términos políticos y, peor aún, de cara a nuevas elecciones.
En las comisiones económicas conjuntas de Senado y Cámara estaban convocados los integrantes, para dar el primer debate a la Reforma Tributaria del Gobierno de Gustavo Petro, que se ha llamado Ley de Financiamiento, porque plantea un recaudo por impuestos que es parte del Presupuesto de 2026.
Aunque habían citado a la 1:30 p. m., con la esperanza de adelantar el debate en hora y media, antes de comenzar la plenaria legislativa en otro espacio del recinto del Congreso, la jornada se dilató.
Durante más de 50 minutos esperaron la llegada de los miembros de cada una de las cuatro comisiones, para conformar el quorum decisorio.
Un par de veces, uno a uno, los secretarios de comisiones repitieron el llamado a lista y, cuando parecía que se iba a completar la mayoría más uno, faltaba alguien de nuevo, principalmente en la Comisión Tercera de Senado.
El presidente de la sesión, Wilmer Castellanos, estaba pendiente de la puerta y se le notaba algo preocupado por las ausencias parlamentarias.
El proyecto de ley, durante la semana pasada, también tuvo otro episodio que evidencia las dificultades que hay -por diferencias políticas- para que inicie su trámite. Las resoluciones que autorizaban la sesión conjunta, según lo exige la norma, no estaban firmadas por dos presidentes de Cámara, y cuando finalmente estuvieron las rúbricas ya había pasado el tiempo reglamentario, lo que condujo a levantar la sesión para evitar un vicio de trámite.
La propuesta del gobierno, con un paquete de 97 artículos que tenía originalmente, varios de los cuales fueron eliminados en la ponencia que está en capilla para ser sometida a votación, no es bien recibida por la mayoría. De hecho, hay una ponencia negativa radicada, otra de archivo, y una positiva, que se suman a la del gobierno, quien ha permitido ajustes al articulado, en busca de darle una oportunidad de respaldo parlamentario.
La ausencia de legisladores fue explicada por presuntas dificultades en los itinerarios del transporte aéreo, pues es bien sabido que los congresistas vuelven de sus regiones los días martes de cada semana.
Finalmente, cuando ya se conformó el quorum necesario, una voz anunció que era necesario levantar la sesión, para dar paso a los congresistas a asistir a las plenarias, tanto de Senado como de Cámara.
Las protestas no faltaron, mientras el presidente de la sesión señalaba la convocatoria para el día siguiente. Sin embargo, muchos estiman que ya la reforma a los impuestos, la segunda propuesta en la actual administración, para buscar recursos públicos, tendría poca oportunidad de ser tramitada en el poco tiempo que falta para que concluyan las sesiones ordinarias del Congreso.