EN SU JOVEN ADULTEZ, Jorn Stubberud, músico, fundador y bajista de Mayhem, nacido en 1968 y conocido como Necrobutcher, vivió el duelo más de lo que muchas personas lo experimentan en sus vidas. Lo vivió dentro de su propia banda, cuando su cantante Per Yngve Ohlin se quitó la vida en 1991. Lo vivió de nuevo, a otro nivel, al dejar la banda que creó, en desacuerdo con su colega Euronymous sobre cómo abordar la pérdida de su amigo y de su voz. Euronymous, inescrupuloso in extremis, quería aprovecharlo a tal nivel que tomó fotografías del macabro episodio. Jorn quería vivir el duelo de su amigo, no ordeñarlo, y le ordenó quemar esas fotos. Por esa diferencia de principios, Necrobutcher dejó la banda, a la que prometió no regresar hasta que las imágenes dejaran de existir.

Antes de dirimir esa grieta, y poco tiempo después de que la banda sacara su primer LP, De Mysteriis Dom Sathanas, que ayudó a componer, pero que no grabó, el duelo volvió a tocar a la puerta de Jorn. En 1993, Euronymous fue asesinado a manos de Varg Vikernes, el bajista que lo había reemplazado en Mayhem, un radical conocido por haber incendiado iglesias (ya salió de prisión tras cumplir 16 años de condena). Los noventa en Noruega, sin duda, marcaron una era en la que la ficción, el horror, el arte y la realidad se fusionaron, y todo confluyó en Mayhem.

Sin cabeza visible, Jorn regresó a la banda, pero aun en medio de la satisfacción de volver, en 2001, la partida de Chuck Schuldiner, el fundador del grupo Death, a quien respetaba como músico y amigo, le dejó otro vacío devastador. No obstante, a lo largo de este siglo XXI, impulsado por ese contraste irreversible entre vida y muerte, reconociendo la fortuna de tener familia, vida y banda, Necrobutcher ha lanzado con Mayhem varios trabajos contundentes y anunció disco nuevo en febrero de 2026.

Mayhem versión 2025 es Attila Csihar (voz), Necrobutcher (bajo), Hellhammer (batería), Teloch y Ghul (guitarras abrasivas). Y a Bogotá vienen invitados Manheim y Messiah. | Foto: 2021 Per Ole Hagen

No es exagerado decir que Mayhem hizo historia cimentando el black metal noruego, forjándose en sonidos brutales y en hechos macabros. Pero lo notable de esta historia en 2025 es cómo esos músicos persisten en llevar al mundo sus frecuencias inquietantes, impulsados por las ganas que los unieron desde niños.

Ese es Necrobutcher, eso es Mayhem. Por eso regresa a Colombia, al Astor Plaza de Bogotá, el próximo 30 de noviembre, un país que no pisaba desde 2018 (con visita a Medellín, donde el Aeropuerto Olaya Herrera lo descrestó). Sobre Bogotá, recuerda una estadía en un hotel en el que unas reuniones del Gobierno significaron medidas extremas de seguridad y hombres con metralletas en el lobby, “algo a lo que no estaba acostumbrado”.

Desde su casa, ubicada en el sur de Oslo, en la que vive hace 33 años, Jorn recibe la llamada de SEMANA, y asegura que este nuevo concierto en Bogotá será único. “Manheim, mi viejo amigo, el tipo con el que crecí, con el que compartí clase en el colegio, con quien empezamos nuestra primera banda a los 12 años y con quien empezamos Mayhem cuando conocimos a Øystein (Euronymous), no ha dejado de hablar de Colombia desde que los visitó”, explica. Por esa razón, Mayhem traerá a este segundo integrante fundacional para tocar parte de su concierto y, además, a Messiah, el cantante que dio la voz al primer trabajo discográfico importante de la banda, el EP Deathcrush. “Vamos a Bogotá con Manheim y con Messiah, y este es un hecho muy difícil de repetir. Esto será exclusivo”.

EL 30 DE NOVIEMBRE, EN EL ASTOR PLAZA DE BOGOTÁ,DOS INVITADOS FUNDACIONALES HARÁN UNA NOCHE IMPOSIBLE DE REPETIR, ASEGURA EL MÚSICO.

En tiempos que parecen haberse sintonizado con la banda, en los que la geopolítica es un negocio crudo sin disfraz y las iglesias tienen planes de pago, pero no pagan impuestos ni rinden cuentas ante la Justicia, le preguntamos cómo se conectan el presente y la música de Mayhem. “A lo largo de mi vida, ha habido música que la gente ha pensado extrema... Desde que empezó el rock n’ roll en los años cincuenta, se decía que era música del diablo. Y se habló de la historia de Robert Johnson, un hombre que le vendió el alma al diablo para poder tocar su guitarra. Esto era un mito, claro, pero la gente se lo creyó entero”, cuenta.

“Y un tipo como Keith Richards se inspiró mucho en eso, y cuando su banda The Rolling Stones surgió en los sesenta, se decía que eran la reencarnación del demonio. Y entonces vino el heavy metal, Black Sabbath, y se pensó: ‘Si el diablo no son los Stones, debe serlo Sabbath’. Pero en los ochenta surgió Venom, de Newcastle, y lo llevó todo a otro nivel”, se explaya. “Y gente como yo empezó a pensar sobre los temas e imágenes sobre los que cantaban y a decirse: ‘Sé que esto no es real, pero quisiera que fuera real’. Ellos nos inspiraron a hacer lo nuestro, algo aún más extremo”, sentencia, marcando que siempre ha habido y siempre habrá música que, más allá de sus temas, será satanizada por principio.

Curiosamente, parte de una de las generaciones jóvenes más infames en la historia, Jorn describe la sociedad en la que creció como una muy segura, en la que “dejabas a los chicos salir en la mañana, regresaban en la noche, no había teléfonos celulares, nadie secuestraba jóvenes mujeres, no había un ‘coco’”. Y concluye que si bien “había mierda, no había tanta como ahora”. Jorn anota que la sociedad se fue endureciendo, pero, a la vez, pedía música más agresiva, en “una señal de los tiempos, de la vida diaria, desde la música que cantaban los esclavos en los campos de algodón hasta lo más demente y extremo del black metal en estos días”.

Cuando creció, en el mundo había mierda, nos dice Jorn, ¡pero no tanta como ahora!

A nivel personal, Necrobutcher comparte una observación ilustrativa sobre la música que hace y los tiempos actuales. “Hace poco, luego de una cena familiar dominguera en casa de mi madre, desde el sofá veíamos deportes de invierno en la tele, en el canal nacional NRK, como lo hacemos desde que soy joven. Y en el downhill, en el que los esquiadores bajan a la mayor velocidad posible, noté algo. En las repeticiones añaden música, y noté que sonaba la banda Extreme Noise Terror, ¡y se sintió tan natural! Miré a mi madre, y ni siquiera reaccionó ante esta música brutal. Ahí me golpeó el viaje de la música agresiva, desde Elvis con sus ‘ritmos demoníacos’, hasta estos días, con la música más brutal y veloz jamás grabada, que parece ahora ser la norma”. Y si es el caso, es porque, a su manera de ver, “quizá estamos empujando los límites de la violencia”.

A la vez, Jorn anota que la música suave es más popular que nunca. “No todo el mundo escucha lo que hacemos, pero afortunadamente somos suficientes para tener andando a una banda como Mayhem y poder llevarla a Colombia”.

No todo el mundo escucha lo que hacemos, pero afortunadamente somos suficientes para tener andando a una banda como Mayhem y poder llevarla a Colombia

Necrobutcher

Para una banda tan rodeada de mitología, le preguntamos si hay alguna idea falsa que considere importante rectificar. “Es muy difícil responder a esa pregunta. Implicaría entrar en el rumor, y como soy la fuente, no entro en el rumor”, exhorta, y ofrece una metáfora sobre las muchas voces que se han expresado sobre lo sucedido alrededor de Mayhem. “Mi especie de respuesta tiene que ver con esos toques legendarios en los que hubo realmente 70 personas, pero 7.000 dicen haber estado ahí (por ejemplo, el primer concierto de los Sex Pistols). Entonces no solo hay gente que miente sobre haber estado en un lugar, o haber presenciado o protagonizado hechos, ¡además expresa una opinión encima de esa mentira!”.

Sobre otras ideas falsas a rectificar, “puedo decir que la gente me dice: ‘¡Pensé que eras mucho más grande!’”, continúa Necrobutcher. “Yo mido 1,65, pero la gente, en su mente, me proyecta distinto. Y me lo tomo con humor, agradeciendo sus ‘altas expectativas’. Es normal si pienso en que usualmente me ven arriba en un escenario. El aspecto psicológico de esto me interesa, y el hecho de que no puedan evitar decirlo. Y me gusta pensar que sucede porque los he llevado a ‘otro lugar’, quizá a un estado de shock”.

Attila Csihar y Necrobutcher liderando a Mayhem en Oslo. La banda saca nuevo disco en febrero de 2026. | Foto: 2024 Per Ole Hagen

Antes de despedirlo, le preguntamos sobre el segundo de los libros fotográficos con los que documenta la historia de la banda. Nos cuenta que tiene todo listo, pero que ha tenido problemas con su ghost writer. Y no quiere a otro, porque quedó muy orgulloso con el primer trabajo.“Él es excéntrico, y he estado algo impaciente con él, llamándolo con insistencia, lo que empeoró todo. Así que dejé de buscarlo, y espero que aparezca, ojalá enel próximo par de años”... Por el momento, como muchos en su país, festeja algo en común con el público colombiano, la clasificación de su selección al próximo mundial de fútbol.“Allá también nos encontraremos”, sentencia. El duelo está atrás. Adelante quedan la vida en familia, la música oscura y algo de fútbol.